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El copón del Club Fuego Infernal: Los Nuevos Mutantes de Bill Sienkiewicz (VII)

Os voy a confesar que la semana pasada quise centrarme más en la trama para liberarme esta de contar lo que pasa en el cómic y poder hablar un poco más sobre como lo cuentan. Porque hemos hablado mucho del trazo, del entintado y de la caracterización de Sienkiewicz de los personajes, pero no hemos hablado tanto de cómo lo cuenta. Y eso es lo que vamos a hacer hoy, aunque nadie se espere algo tan revolucionario como todo lo visto hasta ahora porque desde luego con este post no va a entender Stray Toasters o Elektra. Sienkiewicz en su día fue considerado como uno de los dibujantes más «dificiles de leer» del momento, y los correos de los lectores de forum así lo atestiguan, pero aun así si nos fijamos en su forma de narrar… Bueno, que no me alargo más, el propio Bill demuestra lo bien que lo hace:

No dan grima los flipaos estos ni na, pues así debe de ser el Bilderberg ese.

 

Aquí vienen a mostrarnos la iniciación de Selene y el padre de Bobby, Emmanuel DaCosta, en el Club Fuego Infernal, y como podéis ver casi podría decirse que el texto sobra (pero no, cabrones, no sobra). El elemento que guía casi toda la página es la copa, que baja desde la primera viñeta a la segunda y va pasando de una a otra hasta la sexta viñeta, para que en la séptima Sebastian Shaw levante el brazo y en la última todos lo lo celebren. La copa es el poder, el control del Club Fuego Infernal, y por eso a Selene se la muestra en tres viñetas tocándola y bebiéndola mientras que a Manolo solo en una.

¡Ay que te como! ¡Ay que te como entero!

Es el poder que le ha entregado Sebastian Shaw, y por eso en la página siguiente vemos como Selene lleva otra copa -si, el alcoholismo empodera o algo- y controla perfectamente la situación mientras Shaw cada vez está más arrinconado y ocupa menos espacio en la escena, con Selene relajándose a la izquierda disfrutando de la inquietud que crea sobre alguien tan poderoso como Shaw; no olvidemos que en aquel momento el Club Fuego Infernal todavía no había sido derrotado aplastantemente por el primer mamarracho despelujado que pasaba por ahi y habían conseguido sobrevivir hasta a Fénix Oscura. Y sí, hoy en día son cuatro cosplayers rancios a los que marea cualquiera, pero estamos hablando de 1984.

Por razones emocionales el anuncio de las galletas con sabor a manzana me lo quedo para mi solo y no pienso enseñarlo.

Tras esto tenemos una secuencia en el escondite de Harry, con Sienkiewicz canalizando cosa mala a Steadman en el personaje de Harry, dibujado como un tipo de cintura voluminosa que viene a guiar toda la escena hasta que Peter tiene que decirle a Bobby que es hora de cerrar y tenemos una transición de página a página con la mano del primero en el hombro del segundo que en el cómic original fue reventada por una página con un bonito anuncio de galletas con sabor a manzana.

El puñetazo es un clásico del género de superhéroes, es un clásico que no hay que tocarlo porque nunca pasa de moda.

La mano de Peter entra en el plano desde la izquierda con Harry y Molly de fondo y Bobby en primer plano, está angustiado y su rostro se deshace en una mancha negra. No, no es que esté transformándose en Mancha Solar, simplemente la oscuridad que le carcome en su interior lo está empezando a controlar y por eso lo siguiente que vemos es a Bobby arreándole un puñetazo a Peter. Que por cierto, ya que estamos, si algo nos han enseñado los grandes como Jack Kirby o Sal Buscema, a la hora de sacar un puñetazo en una viñeta el segundo exacto que hay que mostrar no es el del impacto, es el del segundo siguiente. Porque si cogemos el segundo exacto del impacto vemos el golpe pero no la consecuencia, y queda tremendamente estático. Y alguno me dirá que esto es de perogrullo y blablabla, pero esta misma semana (y las anteriores) he visto a profesionales empeñados en sacarte el momento del impacto y se quedan tan anchos. Copón, que solo tienen que ver la portada del número uno de Captain America Comics de 1941 para aprender como se dibuja un buen puñetazo…

La tercera viñeta lo que nos está diciendo es que Bobby ha entrado desde la derecha atacando y Peter lo ha cogido al vuelo, ha dirado sobre si mismo y en la cuarta viñeta es Bobby el que lo ha acabado atrapando porque tiene los poderes de Capa y hace trampa.

Y en esta última página pasa algo curioso, porque vemos literalmente un baile. Podemos ver como Peter entra de izquierda a derecha hacia Bobby, pero en la tercera viñeta lo agarra y giran sobre si mismos hasta que el efecto «sombra» de Roberto lo acaba sujetando a él y acabamos en la quinta viñeta con Peter arreándole un soberano puñetazo que lo manda, onomatopeya mediante, a la sexta viñeta y un KO en toda regla. Y hasta aquí, que lo siguiente es Magneto aprendiendo a convivir con los humanos -que falta les haría esto a la gentuza de Krakoa- y la trama de la historia ya empieza a girar sobre Dani y Sam buscando a Rahne que también ha sido poseida por sus poderes «de narcotráfico» y ha terminado convertida en su propia princesa de cuento y alojándose en un hotel de lujo. ¡Para que luego nos digan que la droga es mala!

«-No nos haga daño señora, solo somos dos pobres adolescentes, no pensamos ayudarles en nada porque somos un par de egoistas…» ¡Personajes de Mantlo tenían que ser!

Y claro, es entonces Sam y Dani visitan a Capa y Puñal para pedirles cuentas por la chapuza de «curación» que hicieron el año anterior, pero los muy desgraciados no solo han elegido ese momento para quedarse sin poderes, si no que se niegan a recuperarlos porque para ellos son una maldición y blablablabla. Estoy convencido de que a estos tampoco los han invitado a Krakoa y ni falta que hace.

¿Quién acecha a nuestros héroes? ¿El Oso Místico? ¿El Rey Sombra? ¡No, es la irresponsabilidad de Capa y Puñal!

La semana que viene veremos como a Bobby lo posee la oscuridad chunga otra vez y se pone a romperlo todo, a ver si nos da otras buenas escenas de puñetazos «que no se entiendan nada» porque claro, este es Bill Sienkiewicz y sus tebeos son muy raros. Aquí nos veremos.

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