Esta va a acabar siendo la semana del regodeo, la de ser mezquino y alegrarse de las desgracias ajenas. Pero no lo puedo evitar, ya que aun me dura la alegría y extrema satisfacción de ver que Dan DiDio, la persona que ha personificado todo lo peor de DC Comics en las pasadas dos décadas, ha sido despedido de forma fulminante poniendo fin a una etapa que para mi y muchos otros ha tenido muchísimas mas sombras que luces. Así que toca eso, celebrar su marcha, recordar algunos de sus peores crímenes y mantener cierta cautela y preocupación no sea que su reemplazo acabe siendo aun peor.
De entrada quiero reafirmarme en que no me siento en absoluto culpable por alegrarme del despido de Dan DiDio, no solo porque llevaba demasiados años muy harto de el y de todo lo que representaba y pienso que este despido llega dieciocho años tarde, sino también porque sabemos que DiDio no va a pasar hambre ni se va a quedar sin casa ni a terminar haciendo un crowfunding para pagar facturas. DiDio es alguien que lleva demasiado tiempo en altos puestos ejecutivos, que debe tener una burrada de contactos, mas dinero en el banco del que yo jamas tendré en toda mi vida y que si no aprovecha ahora para jubilarse no tardara en caer de pie en algún lujoso despacho de otra compañía (y esperemos que no una que produzca nada que me interese) Así que no, no me siento en absoluto culpable de haber recibido su despido con una euforia que aun me dura y mi simpatía la guardo para todos esos autores a los que la DC de DiDio ha ninguneado.
Esta canción no pasa de moda en casos como este
Y es que aunque dieciocho años dan para mucho y ni yo puedo negar que no todo ha sido malo en ellos, soy un firme defensor de que los grandes cómics de DC de los que hemos podido disfrutar estos años han salido así a pesar de la cúpula directiva mas que gracias a esta. Una cúpula directiva en la que aunque no tenemos del todo claro, y quizás no lo tengamos nunca, quien hacia y decidía que, si sabemos con certeza que hay ciertas actitudes y tendencias que ya sufríamos en los cómics de DC antes de la llegada a dicha cúpula de Bob Harras o Diane Nelson y después de la marcha de esta y de Geoff Johns. Y dado que Jim Lee muchas veces ha parecido poco mas que la cara amable de DC, una suerte de relaciones publicas, y que por lo que se cuenta por ahí da la impresión de que su labor editorial se centraba en la parte artística, supervisar o realizar los rediseños (en muchos casos horribles) de los personajes, y poco mas, parece acertado asumir que Dan DiDio era el culpable de gran parte de esas malas ideas ya fuesen propias o por dar luz verde a las de sus autores.
Porque si, en estas casi dos décadas he tenido el regreso por todo lo grande de Hal Jordan como Green Lantern, el Superman y Supersons de Tomasi, un Mister Miracle cojonudisimo y muchos cómics mas de los que he disfrutado bastante. Pero también han sido unos años en los que DC ha ido virando (dando bandazos en otras direcciones de vez en cuando) hacia un tono pretendidamente mas adulto que en realidad no era mas que violencia extrema rayando el gore en ocasiones, la eliminación de personajes y grupos que no eran del gusto de DiDio y una huida hacia adelante caracterizada por continuos reseteos y relenzamientos que no eran mas que meras repeticiones de errores del pasado.
Uno de los mejores ejemplos de muchos de esos problemas los encontramos en un cómic que tristemente es de lo mas representativo de la era DiDio y que acabo convirtiéndose en un modelo a seguir por la editorial, el Identity Crisis de Brad Meltzer y Rags Morales (que se cuenta que este ultimo se sintió realmente incomodo dibujando algunas de las escenas). Un cómic que básicamente consiste en la tortura y asesinato, rayando en lo pornográfico, de un personaje bastante querido por los lectores como era Sue Dibny y de quien nos contaron su brutal violación y posterior asesinato y la secuela que dejaron estos en la comunidad superheroica, incluida esa tendencia de lavarle el cerebro a enemigos y aliados por igual y cuyas secuelas se dejaron sentir durante demasiado tiempo. Y esto como Elseworlds sin consecuencias podría haber estado bien, después de todo en ese sello editorial se nos llegaron a contar autenticas burradas, pero en lugar de eso se convirtió en una suerte de buque insignia de DC Comics.
No menos evidente fue ese desdén hacia determinados personajes que representaban todo lo opuesto de esta nueva DC, siendo el mayor ejemplo de esto la JLI/JLE, dos series caracterizadas por su sentido del humor (aunque sin huir del drama) y que son de lo mejor que DC ha publicado en su historia, pero como a “alguien” no le gustaba lo que simbolizaban, la editorial se dedico a ejecutar y/o torturar sistemáticamente a buena parte de sus miembros, en lo que parecía una pataleta de niño pequeño y no la labor de un presunto profesional. Así fue como a la ya mencionada Sue Dibny, la muerte de esta dejo destrozado a su marido Ralph, quien tras pasar una larga temporada sufriendo acabo muriendo también. Rocket Red 7, Dimitri, también fue ejecutado, el Capitán Atom convertido de nuevo en Monarca, asistimos a la transformación de Maxwell Lord en un villano despiadado y sin escrúpulos, a la ejecución a sangre fría de un personaje tan querido como Blue Beetle a manos de su antiguo amigo Max, y ni siquiera un personaje tan querido como J’onn J’onzz se libro de ser brutalmente asesinado.
Algo a lo que debemos añadir que la propuesta por parte de Giffen, Dematteis y Maguire de realizar algún proyecto especial para conmemorar el aniversario de su serie fue rechazada por la editorial y que los intentos de trabajar de nuevo los tres juntos fueron igualmente anulados. Aunque curiosamente DiDio parece adorar a Keith Giffen y a JM Dematteis y los arrastro consigo a colaborar en las series que se le iba ocurriendo escribir (sorpresa, DiDio es un mal guionista de cómics) como O.M.A.C., Infinity Man and the Forever People o Phantom Stranger. Aunque de Kevin Maguire no debía ser tan admirador ya que este se ha quedado para colaboraciones demasiado esporádicas en muchos casos aparentemente enchufado por amigos como Brian Bendis.
Y esas manías y preferencias personales que no deberían tener cabida en alguien en su posición ni haber interferido con el desarrollo editorial de los personajes que supervisaba, nunca dejaron de hacerse notar en el Universo DC. Otra de las curiosas obsesiones de la DC de DiDio fue la edad de los personajes, y todo lo que a sus ojos hiciese envejecer a los personajes tenia que desaparecer (el que estaba envejeciendo eras tu Dan) y así de golpe y porrazo como el creía que el matrimonio les hacia envejecer tras el New52 todos eran solteros, aunque algunos con novia. Los sidekicks que se hacían mayores también les hacían envejecer y de ahí su obsesión con matar a Nightwing o de quitarse de en medio a Wally West. Una obsesión que rozo el ridículo cuando tras el New52 parecía que se había extendido una prohibición al vello facial y de pronto Deathshot había perdido su bigote y Deathstroke y Green Arrow habían perdido sus barbas. Porque envejecer esta mal y al parecer los veinteañeros ni se casan ni se dejan barba (irónico si tenemos en cuenta que el único pelo que tiene DiDio en la cabeza es su bigote)
Una obsesión con la edad que le llevo a cometer el que para mi ha sido uno de sus mayores crímenes, el de quitar de en medio a la JSA durante casi una década. Una JSA que seguramente le molestaba porque eran una panda de abuelos que no tenían cabida en su nueva y juvenil DC y por eso los planes de James Robinson para relanzar al grupo tras el New52 ambientando sus aventuras en su era original fueron bloqueados (vivir en los años 40 también era cosa de viejos) y por eso al final lo que tuvimos fue aquel horror de Earth2 ambientado en un presente alternativo donde todos eran jóvenes, solteros y vestían unos uniformes que parecían diseñados por el mayor enemigo del grupo. Pero todo fuese por mantener esa apariencia juvenil que tanto buscaba DiDio. Una obsesión por la juventud que curiosamente no salvo a la Legión de Superhéroes, quienes también acabaron desapareciendo del mapa y de quienes apenas volvimos a saber nada hasta que primero Geoff Johns y mas tarde Brian Bendis se empeñaron en recuperarlos.
Como esta, en principio, buena noticia me ha hecho sacar todo lo que llevaba dentro y ya me estoy extendiendo demasiado, vamos a parar aquí por hoy y continuar mañana (y que un articulo partido en dos es lo mas parecido a un día libre que puedo tener). Mañana seguiremos con esta celebración que casi nos ha dado para semana temática analizando el resto de problemas que ha tenido la DC de DiDio y lo que cada vez suena con mas fuerza como el autentico motivo detrás de su despido (no me canso de utilizar esta palabra).