¿Lobezno? Muerto. ¿Rondador? Muerto. ¿Jean Grey? Muerta, por supuesto. ¿Cíclope? Naaaaah, por ahi no me pillas, ¡nadie tendría como mutante favorito al desgraciado de Scott! Pero ya que lo preguntas sí, está muerto. Y nos lo ha confirmado Marvel de la forma más tonta, porque hace falta ser gañán…
La cosa es que ayer se presentó X-Factor, la nueva serie realizada por el equipo de Gwenpool Strikes Back (Leah Williams y David Baldeón) en la que Daken, Estrella del Norte, Polaris, Rachel, un friki con muchos ojos de Wolverine & The X-Men que seguro que es el mutante favorito de alguien que se acuerde de que se llama Eye Boy y Prodigy, de lo que fue Academy X y los Young Avengers de Gillen y McKelvie, retoman el nombre de Factor X -ese que siempre permanecerá manchado por el infame abandono del hogar de Scott Summers allá por los tiempos del Shooter crepuscular- para contarnos una historia que no tiene absolutamente nada que ver con todo lo anterior, como todo el relanzamiento mutante de Hickman. Este nuevo Factor X viene a contar como después de que los mutantes se montaran una máquina para resucitar gente, se dan cuenta de que tal vez/quizás/igual/podría ser/Magneto no lo quiera hayan resucitado a alguien que sigue estando vivo. Que no digo que haya pasado, simplemente puede que pase y claro, hay que prevenir algo así porque claro, tampoco es cuestión de duplicar a un mutante vivo. Repámpanos.
Alguno igual se acuerda de como nos preguntábamos por aquí como es posible que se considere resurrección a eso de crear un clon de un señor, meterle una copia de seguridad mental en la cabeza y fiesta, eso ya es un mutante resucitado porque Charles Xavier lo dice. En aquel momento tuvimos que dar por hecho que entre los poderes de Proteo de manipular la realidad y los temporales de Tempus, más el propio Hickman especificando que Cerebro les implantaba el alma del original a las copias, se justificaba completamente eso de que fuera la misma persona y no una copia, pero ahora de golpe y porrazo Marvel nos dice que esa resurrección no es infalible y que si no tienen cuidado pueden resucitar a alguien que está vivo, esto es, clonarlo. Lo cual hace que nos preguntemos si lo que sale de las vainas de resurrección de Goldballs (porque se llama Goldballs igual que el Trampero siempre será Pete Pote Pasta) no serán montones y montones de clones como esos que le gustaba tanto hacer a Mister Siniestro cuando era un tipo divertido.
Que luego igual nos dicen que en realidad todos los que murieron en la cabeza de centinela aquella de HoX/PoX no están muertos, que están congelados en la habitación secreta esa de Krakoa y la isla se los está merendando poco a poco porque nadie se cree que la angelita se esté conformando con las migajas; Krakoa come mutantes, copón ya. Que, ya que estamos, creo que Hickman confirmó que Krakoa era de género femenino en uno de los últimos números de X-Men, cuando le vino a saludar un señor isla y… Bah, que pasaron cosas.
Mientras tanto, la alegre tropa de Hickman sigue su camino y la mejor serie del relanzamiento sigue siendo Los Nuevos Mutantes, simplemente porque la escribe un Ed Brisson que aunque escriba a Roberto DaCosta como si fuera un niño tonto de 7 años, por lo menos la serie es coherente con las reglas que se ha puesto el mismo. X-Men sigue jugando a ser Grant Morrison pero sin ser Grant Morrison -vamos, que todo lo que le falta de talento a Hickman lo sustituye con gráficos y diagramas muy locos- y, en general, el relanzamiento se ha desinflado rapidísimo y solo X-Men tiene buena salud en ventas, mientras el resto de las series vende menos de la mitad y sigue en progresión descendente. Que no nos engañemos, tiene mérito lo que se ha hecho el verano pasado porque han vuelto a tener al personal hablando de los mutantes, pero aquí hace falta un buen revulsivo o todo este embolado no habrá servido para nada. De momento parece que tenemos el Fantastic Four VS X-Men de Chip Zdarsky y este X-Factor que de entrada ya tiene a su favor el hacer las preguntas adecuadas.