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XVI (II de la era moderna) Salón del Cómic de Tenerife 2019 – Jornada del Sábado

Para el sábado el resfriado había aumentado y llegue a tener algo de fiebre, por lo que me pase las primeras horas de la mañana descansando y recuperando fuerzas para un día que aunque no preveía demasiado ajetreado, prefería curarme en salud (nunca mejor dicho) así que de nuevo me perdí algunas charlas y mesas redondas (que por suerte ahora puedo ver en el canal de Youtube del Salón) pero tendría tiempo de disfrutar de algunas exposiciones que el día anterior apenas había podido ver y de tratar de conseguir mi objetivo del día de obtener las dedicatorias (y algún dibujo si caía) de Enrique Corominas y Salvador Larroca.

Ya iba quedando menos para el final

Para comenzar quiero destacar como se agradece que se vayan puliendo detallitos de la edición anterior y en esta ocasión, a la hora de pedir turno para las firmas, decidiesen utilizar algo tan simple como ir anotando en una lista a todo el que quería una para ser llamados mas tarde a la hora del reparto y pillar numero, evitando así las aglomeraciones que se formaban de gente esperando con ansiedad a veces incluso horas antes de que llegase el momento de repartir números, pudiendo uno apuntarse y estar una hora y pico paseando por allí con calma sabiendo que tienes tu turno asegurado. Así no conseguí malas posiciones ni en la primera ni en la segunda sesión de firmas, en las que se encontraban Corominas y Larroca, aunque tristemente de nuevo el presupuesto asignado por Diógenes para esta expedición no daba para mucho y dado que Salvador Larroca cobraba 50€ por dibujo (un precio bastante razonable teniendo en cuenta los dibujos que hacia) de el solo podría llevarme unos cómics dedicados.

Los voluntarios tienen una paciencia infinita para organizar colas así

Así que para matar el tiempo pude mirar con calma todo lo que el día anterior tuve que ver con prisas, cuando pude verlo. La pequeña exposición dedicada a Batman, con todo tipo de cómics, libros y artefactos de lo mas variopintos prestados por un coleccionista privado para la ocasión, daban ganas de convertirse en un criminal (cobarde y supersticioso por supuesto) y tratar de llevarse bajo el brazo una de aquellas vitrinas. Ediciones extrañisimas en otros idiomas, una recopilación del manga de Batman, la biografía de Adam West, toda clase de muñecos y juguetes que abarcaban todos los estilos y épocas del personaje, desde aquellos muñecos algo mazacotes de Superpowers a una espectacular escultura de Dark Knight con Batman montado a caballo. Una delicia para todos los aficionados al personaje que por lo visto solo era una pequeña parte de lo que poseía ese coleccionista (y que espero que tenga un buen seguro a todo riesgo).

Y esto es solo una mínima parte, pero con el jaleo se me olvido sacar mas fotos

Y por otro lado también pude disfrutar y mucho de la exposición dedicada a la para mi desconocida artista austriaca afincada en Canarias Michaela Konrad. Se trata de una de esas artistas inquietas que no se conforma con un solo campo y con un estilo muy deudor del pop art. La obra que expuso en el Salón consistió en una serie de portadas que bajo el barniz del homenaje a los cómics de las décadas de los cincuenta y sesenta de aventuras, romance, acción y especialmente la ciencia ficción, nos ofrecía aquí una critica despiadada y nada disimulada de numerosos temas de triste actualidad que no dejaban a uno indiferente. Una exposición que ademas contaba con el aliciente de conseguir unas postales que reproducían dichas portadas y que desaparecían en segundos cada vez que las reponían (algo de lo que yo también fui culpable).

No conocía su trabajo pero me ha dejado encantado

Pero ya habría tiempo mas adelante de disfrutar del resto de exposiciones ya que tocaba regresar al escenario centrar para la primera sesión de firmas de la tarde y de la que esperaba salir con unas dedicatorias y tal vez un dibujo de Corominas, un artista con un talento tremendo y al que la mayoría conocemos por su trabajo ilustrando las portadas (y lo que se tercie) de Canción de Hielo y Fuego (mas conocida por quienes solo han visto su adaptación televisiva como Juego de Tronos). Por suerte no tuve que esperar demasiado y por fin pude conocer a Corominas, quien resulto ser como suele ser habitual en estos eventos, un tipo de lo mas amable y agradable con quien pude charlar sobre su trabajo en las famosas novelas, los desafíos a los que se enfrentó a la hora de reflejar elementos como violencia o desnudez en personajes que en las novelas era casi niños (mucho antes de que existiese la serie y envejeciesen a todos los personajes adolescentes) y también como el prefería los libros a la serie de televisión y no estaba nada conforme con como había terminado esta. Y todo ello mientras me hacia un dibujo de uno de mis personajes favoritos de la serie, el malogrado Ned Stark y cuyo final traumático me recordó Corominas con su elección de la pose para su dibujo. Y de allí me marche satisfecho no solo por haber podido charlar aunque muy brevemente con alguien con tanto talento y amabilidad, sino la mar de contento con este regalo que atesorare y que en cuanto pueda acabara colgado, aunque no de una estaca en la muralla de un castillo.

Pobre Ned (y grande Corominas)), demasiado decente para vivir en Poniente

Y aunque Larroca ya había llegado, vistiendo una espectacular chaqueta a lo Starlord que no era nada adecuada para el intenso calor que se sentía allí dentro, antes de ponerse a firmar quería terminar unos dibujos que le habían quedado pendientes por terminar en su sesión anterior, por lo que aproveche la pausa para darme un paseo por la zona de los stands y ver que es lo que me encontraba. Un paseo en el que se me fue el santo al cielo y tuve que regresar corriendo a la sesión de firmas de Larroca llegando por los pelos para no perder mi turno. Ya había dicho que no me llegaba el presupuesto para pedirle un dibujo (que fue una pena viendo lo que se habían podido llevar otros, que alguien se fue a casa con un Doctor Muerte bastante chulo) pero al menos me quede con la satisfacción de poder saludarle en persona tras tantos años disfrutando de su trabajo y de llevarme unas firmas en algunos de mis cómics favoritos. Y me dio la impresión de que le hizo ilusión ver que, en lugar de llevarle como hizo buena parte de los asistentes sus trabajos mas actuales y de moda como Star Wars, yo le lleve los primeros números de sus colaboraciones con Chris Claremont en los 4 Fantásticos y Extreme X-Men y el tomo de Héroes Reborn: El regreso que me dedico con toda amabilidad y me fuí de allí deseando poder encargarle algún dibujo la próxima ocasión.

Donde estén los clásicos…

Pero no quiero dejar de mencionar algo que me llamó la atención bastante durante mi paseo para matar el tiempo por la zona exterior. Y es que entre los stands de las tiendas y el Artist Alley la oferta era de lo mas variada como es habitual en estos casos, pero me resulto curioso comprobar como la enorme diferencia entre el publico asistente a la Summercon y a este Salón del cómic, eventos en los que repiten muchas de las tiendas, se reflejaba en la oferta de estos. De los stands que suelen vender merchandising relacionado con el manga o el pop coreano no había ni rastro, y aunque es cierto que si que había merchandising variado relacionado no solo con el cómic, el cine y los videojuegos (sobre todo los omnipresentes funkos) lo que primaba por encima de todo era el propio cómic, de todos los géneros, nacionalidades estilos y públicos objetivos, pero cómics, por todos lados y en primerísimo primer plano. Algo que daba gusto ver sobre todo cuando uno se encontraba con las ofertas de lo mas asequibles y apetecibles que podíamos encontrar en la mayoría de los stands (lastima del rácano presupuesto que me asignó Diógenes).

Da gusto estar en un evento donde el comic es el protagonista

Y aunque me dolió perderme la mesa redonda que un poco mas tarde impartieron Salvador Larroca y Julián Clemente sobre los 25 años en Marvel del primero, y que al menos de momento no esta colgada en el canal de Youtube del Salón, ya notaba que me empezaban a fallar las fuerzas y que era hora de marcharme de nuevo a descansar para prepararme para la ultima jornada del evento. Una en la que me iba a tocar madrugar un poco si quería conseguir dedicatorias, y con suerte algún dibujo, de los autores que me faltaban por conocer.

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