Una semana mas toca reseñar la Justice League de Scott Snyder (quién me lo iba a decir a mi), James Tynion IV (esto ya es mas propio de mi) y nuestro paisano Bruno Redondo. Un capítulo mas de esta peculiar saga espacio temporal que están viviendo los héroes de tantas épocas y en el que pese a que mi añorada JSA no tiene tanto protagonismo como en números anteriores sigue teniendo suficientes puntos de interés como para continuar con su reseña. Así que abrochémonos los cinturones, porque como diría el gran Steve Englehart… ¡EL TIEMPO SE HA DIVIDIDO EN CUATRO!
Perpetua y el Apex Predator Luthor (Lex fusionado con J’onn J’onzz) se han encontrado con la sorpresa de que el Antimonitor no va a ponerse de su parte sino todo lo contrario, se ha aliado con sus hermanos Monitor y Forjador de Mundos y con Hawkgirl y Starman III para detener sus planes. Pero ni siquiera todos juntos rivalizan en poder con su madre por lo que recurren a una alternativa desesperada e inesperada, fusionarse en un solo ser y transformarse en… ¡El Ultra-Monitor, Defensor del Multiverso! Porque en el Universo DC también deben ver Dragon Ball Z o algo… (y menos mal que no hacen bailecitos previos ni se ponen pendientes mágicos)
Por su parte en el pasado la JSA, Barry, John y el “renacido” Aquaman se dirigen a la Atlantis de la época ya que necesitan utilizar un artefacto místico que perteneció a Arion y que en esa época aun se conserva en la capital del reino submarino para poder contactar con Starman/Will Payton. Pero lo realmente curioso de la escena es algo que ya he visto repetirse en números anteriores, que ya sea Snyder, Tynion o ambos, parecen olvidar de vez en cuando que versión de la JSA están escribiendo. Que recordemos que nos encontramos en 1941, la JSA prácticamente acaba de nacer y aunque las edades de sus los miembros oscilan un poco, sabemos que Jay Garrick se convirtió en Flash en 1938 cuando aun era estudiante universitario, por lo que en esa época no debe tener aun ni veinticinco años y sus compañeros deben rondar esa edad. Y pese a ello nos encontramos con que Jay no para de llamar “son” a Barry o a Aquaman, que deben tener su misma edad o incluso ser mayores, como si Snyder y Tynion de forma inconsciente estuviesen escribiendo al Jay que conocemos todos, al señor de ochenta y pico años de pelo gris que ha sido mentor de varias generaciones de superhéroes.
Un papel similar al que juega Alan con John aconsejándole de forma casi paternal cuando en ese momento John tiene que ser a la fuerza algo mayor que el, que tengamos en cuenta que John ha tenido tiempo de estudiar arquitectura, servir en los marines y ser un veterano de los GLCorps con años de experiencia. Pero son detalles de los que uno casi ni se da cuenta en una primera lectura porque simplemente estamos demasiado acostumbrados a las versiones adultas y veteranas de los héroes de la JSA.
Quienes no están teniendo tanta suerte de momento son los miembros de la Liga de la Justicia y la Justice Legion A, a quienes Brainiac One Million esta avasallando como si no fuesen mas que moscas, pero por suerte para ellos Kamandi tiene un plan…
De vuelta en el pasado la JSA y compañía han llegado por fin a Atlantis, donde son recibidos por el ejercito Atlante formado por ¿Atlantes morados? ¿Se ha despistado el colorista y no le han dicho que los Atlantes de DC tienen los mismos colores de piel que los habitantes de la superficie? ¿Eran los Atlantes de los años 40 morados? ¿Se ha creído que eran los Atlantes de Namor pero aun así se le ha ido la mano con el color?
Pero los problemas para Aquaman en el reino de su abuelo no han hecho mas que empezar, ya que pro un lado Sinestro y sus compañeros en la Legion of Doom han conseguido apresar al mismísimo Poseidon (que es Azul como un Atlante de Namor, en serio estos coloristas de Hi-Fi se han confundido de Universo o algo) y le están utilizando contra ellos, y por otro se ha llevado la desagradable sorpresa de que en esa época Atlantis se encontraba bajo el control de Vandal Savage y su “Club de Legionarios” (que como nombre de secuaces de villano es de los peores que he visto nunca)
Y toca regresar con Kamandi, quien (supongo que utilizando el fragmento de la Totalidad que Wonder Woman le dio para que protegiese) ha dado un salto en el tiempo para buscar ayuda (Recordemos que “el tiempo se había dividido en cuatro”) ya que se ha dado cuenta de que ni aun cuando uno sea la ultima persona en la tierra, y por eso si dos Ligas no son suficientes para derrotar a Brainiac…
¡Hace falta una Liga de la Justicia Ilimitada! (que tener otro Superman, otro Green Lantern y otros dos Batman entre otros, seguro que les viene bien.) Y digo dos porque aunque en la imagen solo veamos a Terry McGinnis, seria un desperdicio que el viejo Bruce no les acompañase como estratega y pueda tener un encuentro con su yo del pasado que homenajee al que pudimos disfrutar en la serie animada.
Añadir además que de nuevo contamos con un dibujante diferente a los anteriores números, siendo en esta ocasión nuestro paisano Bruno Redondo el encargado de ilustrar la historia, un cambio de lo mas agradable tras el numero anterior y que dibuja una JLU que da gusto verla. Ahora lo que toca es esperar un poco más para ver como sigue desarrollándose esta saga que sin llegar a ser nada espectacular, al menos nos esta dando algunos momentos curiosos de ver y unos encuentros y reencuentros que al menos yo esperaba con bastantes ganas. Eso y seguir cruzando los dedos para que Snyder no se desvíe por el mal camino y que cuando le toque ocuparse de la JSA en solitario sepa lo que hace y no nos haga una de las suyas, pero no acabo de atreverme a ser optimista.