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Los 4 Fantásticos, mutantes por todos lados y Chris Claremont: Antes del Quesadismo (V)

Una de las pequeñas tragedias de Marvel es lo mucho que su serie decana, Fantastic Four, sigue a la sombra de John Byrne. Y es que mientras otros títulos veteranos han salido de la sombra de Kirby o Ditko con bastante soltura, los 4 Fantásticos siguen teniendo como referente a Byrne como una «recreación» de Kirby, y cada vez que un nuevo equipo creativo llega a la serie es comparado con Byrne y hasta se habla de recuperar el nivel de popularidad de tiempos de Byrne. Esto, que se sigue oyendo hoy en día, era muchísimo peor a finales de los 90, cuando de la espantada de Byrne de la serie habían pasado poco más de diez años y ni siquiera el esperpento de Heroes Reborn había conseguido que el referente de todos siguiera siendo el dibujante canadiense. Por eso para el relanzamiento posterior el único que podía guionizar los 4 Fantásticos era el Doctor Muerte de John Byrne, el mismísimo Chris Claremont.

En realidad esto era un numero de relleno entre las dos etapas, así que toca hablar de las dos etapas.

El regreso de Claremont a Marvel pilló a casi todos los lectores por sorpresa; de la noche a la mañana nos encontramos que el Patriarca Mutante había dejado Sovereign Seven en DC para volver a Marvel, y esta vez no solo en calidad de guionista, si no como una especie de sub editor en jefe que supervisaba los cómics de toda la editorial. Claremont se había pasado desde 1991 hasta 1998 hablando de Marvel en pasado, diciendo que los mutantes eran agua pasada, colaborando en distintas editoriales y creando la ya mencionada Sovereign Seven de la cual, por acuerdo directo con Paul Levitz, mantenía todos los derechos pero en la que podía utilizar cualquier personaje de DC Comics sin ningún problema. Y mientras tanto, lo que no sabíamos los lectores, era que Claremont había seguido teniendo contactos con Marvel, hablando con Bob Harras, recibiendo ofertas cada dos por tres y hasta tuvo algún regreso en falso. Pero todos aquellos intentos no consiguieron cristalizar en algo «real» hasta febrero de 1998, cuando Claremont aparece de repente como coguionista del cuarto número de los 4 Fantásticos de Scott Lobdell.

Que no, que no me creo que esto lo guionizara Lobdell.

Que nadie se lleve a engaño, el relanzamiento de los 4 Fantásticos tras Heroes Reborn nunca estuvo muy bien atado. Harras había colocado a Busiek a cargo de Vengadores e Iron Man, Mark Waid en Capitán América y seguía dejando cancelada Thor -la serie ni siquiera fue relanzada en Heroes Reborn-, con lo que los 4 Fantásticos era un verso suelto que había dejado en manos de Alan Davis, el cual vete tu a saber por qué no quiso guionizarla «publicamente» -se rumorea que el guión del primer número sí que es suyo, pero firmado por Lobdell- con lo que, supongo que por los servicios prestados, Lobdell fue colocado como guionista del relanzamiento. Y la verdad, a juzgar por el artículo sobre Heroes Return que publicó la Wizard, en el que se entrevistaba a Waid, Busiek y Lobdell, lo cierto es que Lobdell poco o nada tenía que decir al respecto, porque en el artículo más allá de soltar la parrafada de siempre «los 4F son exploradores, son una familia, la familia real de Marvel, blablabla» venía a hablar sobre recuperar villanos clásicos, explorar la relación entre Reed y Franklin y… Y un nuevo villano llamado «el Crisol» que venía a ser uno de los monjes que «entrenaron» a Victor Von Doom en el camino de la maldad y esas cosas, una idea que también exploraría años después Mark Millar con desastrosas consecuencias. Pero no nos adelantemos hablando del Marquis of Death y demás monstruosidades posteriores, porque The Crucible iba a debutar en el último número de Lobdell -el quinto- con diálogos de un Claremont que no sabía muy bien que hacer con el personaje, con lo que lo despachó rapidito con un «soy un villano terrible, os voy a joder la vida muy pronto» y hasta unos meses después no se descubrió que era una medianía de tantas relacionado con Genosha y los creadores de Adam Warlock.

Aquí Claremont demostrando que ha leído a los clásicos -y no, no solo me refiero a Lee y Kirby-.

Paralelamente a todo esto y mientras los 4 Fantásticos seguían vendiendose bastante bien, la editora de la serie Bobbie Chase empezó a coordinar varios proyectos con la forma de series limitadas como Before Fantastic Four -que actuaban a modo de precuela anterior a la creación del grupo y en las cuales se contaban historias de guerra de Ben Grimm o aventuras a lo Indiana Jones de Reed Richards- o un par de series del Doctor Muerte contando lo que iba haciendo en el mundo de Heroes Reborn después de que los 4F volvieran a su casa. Y es que el cuarteto en aquel momento gozaba de una salud como no había tenido casi desde los tiempos de Walter Simonson, tal vez no vendiendo tanto -la burbuja es la burbuja- pero manteniéndose en el candelero a pesar de que el periodo de adaptación a la nueva serie había sido excesivamente largo, abarcando casi todo el primer año de la nueva serie.

Valeria la versión futura de la hija que perdieron allá en los 80 y que Franklin recuperó mediante sus poderes mandándola a… Era Rachel Summers en versión 4F, ¡si es que en el fondo es así de simple!

Y es que una de las mayores críticas que recibió durante esa etapa fue por haber preferido centrarse en lo ya conocido -los mutantes- y referenciarlos constantemente, y no sería hasta el segundo año de la serie que su equipo creativo junto a Salvador Larroca -que en aquel momento ya era toda una estrella, habiendo estado al cargo junto a Peter David de la miniserie Heroes Return que daba el pistoletazo de salida al relanzamiento- empezó a compenetrarse cada vez más y la serie tomó identidad propia con la introducción de Valeria -la supuesta hija de Victor Von Muerte y Susan Richards de un futuro alternativo, puro crack claremontiano- y la puesta en marcha de las tramas que traerían de vuelta al Doctor Muerte desde la tierra alternativa de Heroes Reborn -con nisecuantos especiales de evento- tierra que por supuesto había conquistado por completo y por cosas de la vida se había convertido en un WaterWorld de segunda. Como colofón al enfrentamiento entre éste y Richards, Reed acabó encerrado dentro de la armadura del Doctor Muerte y, por una cuestión de responsabilidad, teniendo que hacerse pasar por Muerte porque si no Latveria acabaría como el patatal de siempre y ya se sabe. Claremont utiliza esta historia como una forma de explorar las verdaderas diferencias entre Reed Richards y Victor Von Doom, colocando al resto de los 4 Fantásticos en la disyuntiva de obedecer las ordenes de un Reed que cada vez parece más Muerte o mandarlo al cuerno.

 

El Doctor Muerte siempre ha sido un tipo cascarrabias, para que negarlo.

Y con esto llegamos al mes de la llegada de Quesada al poder, con el Fantastic Four 34 y Claremont habiendo abandonado la serie en el número anterior y Larroca haciéndolo en este número para dar lugar en el siguiente a lo que sería la gran apuesta loca de Bob Harras y compañía que traería de cabeza al fandom español en particular: porque los 4 Fantásticos iban a ser dibujados y guionizados por Carlos Pacheco, que se traería la colaboración de Rafael Marín para semejante labor. El relanzamiento, que pertenecía a la administración anterior, pronto fue engullido por completo por una administración Quesada que veía el inglés de Marín y Pacheco como demasiado correcto y demasiado vulgar a la vez, y es que al ser los dos gaditanos y no vivir en Nueva York como que no parecían cogerle muy bien el tranquillo, así que se les endosó al mismísimo Jeph Loeb para escribir los diálogos y… Digamos que el hombre hizo mucho más que corregir textos, poniendo el guión de Pacheco patas arriba y convirtiendo una serie de inicio prometedor en un auténtico fiasco, que empezaría a llenarse de fill-ins y autores «invitados», a lo cual se sumó el cambio de editor con la salida de Bobbie Chase -del antiguo orden- y la llegada del nuevo, un tal Tom Brevoort que como sabéis se quedaría en el cargo hasta hoy en día (aunque en un momento determinado se tomó un descanso) y que por lo que parece desde el minuto uno estuvo ya preparando el relanzamiento de la serie a cargo de nuevos autores…

¿Tengo que decir que Busiek a veces tiraba DEMASIADO de la etapa de Shooter y Michelinie?

Pero claro, de los 4F de Waid y Wieringo ya tendríamos que hablar otro día; lo cierto es que dentro de los planes del «día uno» de Quesada los 4 Fantásticos ni se mencionaban, porque en realidad se había llegado a tal irrelevancia que daba absolutamente igual. Para entendernos, si bien X-Men seguía manteniendo el apabullante dominio que tuvo durante todos los 90, las series de Heroes Return habían pasado a copar los primeros puestos y amenazaban bastante el dominio mutante, con los Vengadores colocándose por encima de los mutantes en más de una ocasión, y contando a su vez con múltiples series paralelas -Captain America, Thor, Iron Man- que, a diferencia de las cada vez más maltrechas series del universo mutante, mantenían bastante bien el tipo y consiguieron alejar la sombra de la revolución Quesada mucho más de lo que consiguieron hacerlo con los 4 Fantásticos. Pero no es oro todo lo que relucía, y en realidad los Vengadores tenían más problemas de los que parecía…

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