El segundo día de la Summercon se presentaba intenso aunque tristemente mas por el (enorme) numero vacío de horas entre actividades que por la cantidad de las mismas. Un día en el que mi principal objetivo era conseguir una buena posición para la sesión de firmas de Jesús Sáiz, resistir de nuevo la tentación de correr hacia la mesa de Esad Ribic para encargarle un dibujo y hacer tiempo para la charla de la tarde. Y aunque debo decir que conseguí (casi todo lo que me proponía hay cosas que siguen doliendo…
El día comenzó tempranisimo, pasadas experiencias ya me habían enseñado que tenia que madrugar lo máximo posible para poder estar de los primeros en la puerta cuando estas se abriesen incluso aunque este año podía prescindir de hacer cola en la taquilla al tener mi acreditación. Así que antes de que saliese el sol ya me estaba preparando y conseguí llegar a la puerta del recinto a las ocho de la mañana, una hora antes de la apertura de las taquillas y dos antes de la apertura de las puertas… Y reviviendo el deja vu de todos los años ya había un montón de críos esperando allí. En serio, empiezo a creer que hay gente que no es que madrugue mas, sino que simplemente el día antes cuando desalojan a los visitantes se quedan por fuera esperando a que abran de nuevo. De nuevo me tocaba esperar bajo un sol abrasador escuchando a un montón de adolescentes hablar en lo que parecía un idioma ininteligible, una espera en la que recibí como un soplo de aire fresco (por desgracia no literal) el escuchar a algunos hablar de como una Moira y una Tracer les habían arrinconado en una casa y el Reaper de su equipo había acabado con ellas ¡Por fin algo comprensible!
Por suerte poco a poco comenzaron a llegar los habituales de todos los años y entre comentar las anécdotas de la jornada anterior y planificar lo que se haría a lo largo del día, esas dos horas casi eternas de espera se hicieron mas llevaderas. Y por fin se abrieron las puertas, corrimos hacia el mostrador de información para pedir los turnos, vimos de nuevo como la cola para Salva Espín parecía no tener fin (suena triste decirlo, pero todos los autores de cómics deberían empezar a llamar a Broncano a ver si les hace un hueco en alguno de sus programas, que menudo éxito) y yo conseguí mi objetivo de ser uno de los primeros para la sesión de firmas de Jesús Sáiz.
Una vez conseguido esto tocaba de nuevo armarse de paciencia ya que la sesión de firmas no comenzaría hasta dos horas mas tarde y el plan de ponerme de nuevo ante la mesa de Esad Ribic para verle dibujar había quedado en suspenso ya que este aun no había llegado (y lo que le costo llegar) Así que fui alternando entre los distintos grupos de amigos y conocidos que había por allí mirando con calma el panorama que ofrecía la Summercon este año. Esto me permitió fijarme con mas atención en algo que ya había apreciado el día anterior, que todo parecía mucho mas vacío al menos en la planta de abajo. En pasadas ediciones tanto el numero de stands dedicados a la venta de merchandising y cómics como el espacio dedicado a los talleres de manualidades varias y todo tipo de juegos de mesa y rol había disminuido, y esto parecía haber provocado que la afluencia de gente en toda aquella zona fuese aun menor que otros años, ya que a diferencia de en el pasado resultaba bastante fácil moverse por allí sin tener que estar apartando a cantidades ingentes de personas. Una sensación que compartían muchos de los asistentes con los que pude charlar que también notado que aunque había mucha gente, no parecía haber tanta como otros años y que el numero de actividades también se había visto reducido. La zona superior, la mas centrada en toda la parte mas propia de la TLP, stands de informática y zonas de videojuegos la controlo poco o nada, así que ahí ya no me atrevería a decir si había mas o menos movimiento que en pasadas ediciones, pero la sensación general era la de que faltaba gente o sobraba espacio.
Y entre el cotilleo, el rebuscar en los stands si había algo que me interesase plantearme una vez mas como sobrevivían allí dentro los cosplayers que llevaban disfraces de esos que no dejan ni un centímetro de piel al aire (los Masacres y Spidermans me daban calor solo de verlos) llego el momento de la sesión de firmas. No tuve que esperar demasiado para poder estar por fin ante Jesús Sáiz y tras pedirle otro Doctor Extraño para la colección (a añadir a los de Marcos Martín y Javier Rodríguez) pudimos charlar brevemente acerca de rediseños de personajes. El primer tema que salio fue obviamente el rediseño del Doctor Extraño, que yo creía que era suyo pero que le vino directamente desde Marvel, y que pese a que a Waid le gustaba el no lo acababa de ver (demasiado moderno) pero que le acabo cogiendo cariño. Aunque yo personalmente y tras ver como en flashbacks Sáiz ha dibujado a Extraño con su traje clásico desearía que nadie en Marvel hubiese pensado en cambiarlo. Un tema que también motivo que confesase que el rediseño que hizo Daniel Acuña para el Capitán América tras su ultimo rejuvenecimiento, le encantaba… cuando lo dibujaba Acuña (pese a la enorme cantidad de detalles que este contenía), pero que el no sentía que le quedase igual de bien que a este. Y tras ese charla que se me antojo muy breve pude irme con mis cómics dedicados y un nuevo dibujo para colgar en la pared.
Ahora tocaba la mayor espera del día, ya que había terminado en la sesión de firmas a eso de las doce y pico y no había otra actividad que me interesase hasta las siete de la tarde, con la charla que iban a dar Jesús Sáiz, Esad Ribic y Salva Espín seguida por la sesión de preguntas del publico. Así que para matar el rato aparte de charlas de nuevo con los de siempre me acerque de nuevo a la mesa de Ribic para ver que estaba haciendo y resistir una vez mas como pudiese la tentación de encargarle un dibujo de Thor. Por allí ya tenia terminados los Darth Vader y Bruja Escarlata que le había visto empezar el día antes, un Thor de medio cuerpo que daba gusto verlo y estaba en proceso de pintar un Loki que cuando pude verlo terminado realmente costaba mucho no correr al cajero mas cercano para ver si me podía permitir algo así (no podía) Pero al final el sentido común, el cansancio y el hambre pudieron mas que nada y me marche al hotel a comer algo y dormir una pequeña siesta para recuperar fuerzas para la tarde.
Y como el sábado fue un día largo e intenso (aunque con muchas horas muertas) dejare para mañana el repaso de la charla que Esad Ribic, Jesús Sáiz y Salva Espín dieron por la tarde a la que siguió una sesión de preguntas por parte del publico. Una charla que aunque podría haber dado mucho mas de si, tuvo bastantes momentos de interes que ya veremos con detalle mañana viernes en la tercera entrega de las crónicas de la Summer-Con de verano 2019.