Suelo decir que hoy en día si uno quiere leer grandes cómics en Marvel o DC lo mejor es alejarse un poco de las series “importantes”, esas que venden mucho, o la editorial quiere que vendan mucho y controlan con mano de hierro, e irse a la periferia donde residen las series que “importan menos” y en las que sus autores suelen tener bastante mas libertad creativa. Y una de esas series, que ya llevo disfrutando casi un año y no se como no he hablado de ella antes, es el Inmortal Hulk de Al Ewing y Joe Bennett. Una serie en la que sus autores nos han presentado un enfoque del personaje radicalmente diferente en muchos aspectos pero al mismo tiempo bastante fiel a sus raíces en otros, un enfoque que se ha convertido a Immortal Hulk en uno de los cómics mas interesantes de Marvel del momento aunque no uno apto para estómagos sensibles.
Hulk había muerto, Bruce Banner se había asegurado de que si volvía a perder el control de su monstruoso alter ego se tomarían medidas para que fuese la ultima vez. Pero como el mismo y muchos de sus aliados y enemigos han podido comprobar mas de una vez, Hulk es tremendamente difícil de matar, tanto que parece imposible de matar, lo que ha llevado a Banner a la escalofriante realización de que Hulk es esencialmente inmortal. Pero este descubrimiento viene acompañado de un nuevo terror, ya que aunque Banner esta acostumbrado a las innumerables variantes que ha adquirido la personalidad de su otro yo, la versión junto con la que ha renacido podría ser la mas monstruosa de todas…
Como decía al comienzo, pese a que en esta nueva serie Ewing y Bennett han optado por un enfoque algo diferente de lo habitual, incidiendo y magnificando los aspectos mas monstruosos del personaje, esto tampoco es que sea nada nuevo. No podemos olvidar que en esencia Hulk nació siendo una moderna versión de Jekyll y Hyde en la que el lado monstruoso tenia una personalidad bastante similar a la del monstruo de Frankenstein. Pero aunque esas raíces monstruosas y de terror siempre han estado ahí de una forma u otra, lo novedoso del enfoque de estos autores ha sido el ir hacia otro estilo de terror con un Hulk que ha pasado de ser el “hijo bastardo” de Robert Louis Stevenson y Mary Shelley a serlo de John Carpenter y David Cronenberg.
Y aquí entramos en lo que decía mas arriba de que esto no es un cómic para estómagos sensibles, que yo a estas alturas creía estar curado de espantos (he leído a Junji Ito y sigo vivo para contarlo) pero algunas de las cosas que he visto en Immortal Hulk no pensé que las vería en un cómic de Marvel. Aquí Ewing y Bennet no han escatimado a la hora de horrorizar y asquear al lector (en el buen sentido) dando rienda suelta al gore y la casquería, con un Hulk que a ratos parece la criatura de la Cosa de Carpenter y que ha renacido con una personalidad mas sádica y violenta que nunca. Algo a juego con los enemigos a los que se enfrenta en esta enésima nueva vida, dispuestos a cometer cualquier aberración con tal de detenerle para siempre.
Immortal Hulk es por todo ello un cómic que tenia todas las papeletas para no gustarme (no soy un gran amante de ese estilo de terror) pero Al Ewing y Joe Bennett han conseguido lo imposible, que no solo me enganche sino que esta se haya convertido en una de mis etapas favoritas del personaje, pese a que a veces aun tengo el impulso de apartar la mirada de la pagina. Pero esto tampoco me sorprende demasiado, sobre todo por parte de Al Ewing, un escritor al que desde que descubrí en Mighty Avengers (pero que como buen escritor británico se formo escribiendo para una revista de la que tal vez haya hablado antes pro aquí llamada 2000 A.D.) nunca me ha decepcionado y que siempre ha demostrado una tremenda versatilidad, desenvolviéndose igual de bien con los superhéroes mas clásicos, el humor o como en este caso el horror mas grotesco. Y que cabe destacar de el que uno de sus trabajos mas relevantes en 2000 A.D. fue el ayudar a Henry Flint a guionizar su Zombo, una comedia negra de terror y ciencia ficción protagonizado por un zombi caníbal.
Mas me ha sorprendido aquí Joe Bennett, un veterano dibujante brasileño cuyo trabajo conocía desde hacia tiempo pero que nunca me había llamado especialmente la atención, siendo uno de esos dibujantes resultones cuyo trabajo es agradable de ver pero que no me parecía memorable o excepcional. Un dibujante del que he descubierto ahora que comenzó su carrera en su Brasil natal los 90 dibujando cómics de terror (ahora todo cobra mas sentido) y que ha sido ahora, con Immortal Hulk, donde de verdad he comenzado a apreciar su trabajo. Aquí Bennett ha dado rienda suelta a su talento y como mencionaba por ahí arriba se nota que sus principales referentes son el cine de Carpenter y Cronenberg entre otros. El resultado es un festival de horror y repulsión como no recuerdo haber visto nunca en un cómic “mainstream“ y que tras llevar casi un año leyéndolo aun en ocasiones me hace preguntarme como es que en Marvel les están dejando hacer esto.
Y tras casi un año (y 19 números, cosas de la periodicidad) Immortal Hulk sigue siendo una de las series mas solidas y consistentes de la actualidad de Marvel, donde la longevidad de un equipo creativo o la capacidad de asumir riesgos a veces escasean mas de la cuenta. Por ello, aunque con un imperdonable retraso, no podría recomendar con mas ganas este cómic que aunque de vez en cuando me haga sentir el impulso de leerlo con los ojos entrecerrados, aun no me ha decepcionado.