Hoy toca hablar de clásicos por partida doble. Por un lado tenemos a todo un veterano, y uno de nuestros mejores autores de cómic con mayúsculas, como Carlos Giménez en uno de sus trabajos mas recientes. Y por otro lado tenemos a otro clásico, esta vez dentro del genero literario, como el grandísimo H.G Wells, de quien Carlos Giménez adapta aquí una de sus historias mas populares, La Maquina del Tiempo. Una combinación de enorme talento por ambos lados que ha dado lugar a una obra que no solo es tremendamente respetuosa con el libro original, sino que es ademas un cómic apasionante en el que Giménez da buena prueba de que por el no parecen pasar los años mas que para hacerle mejorar.
Durante una de sus cenas habituales un reputado científico hace un sorprendente anuncio a sus amigos, uno que es recibido con una mezcla de sorpresa e incredulidad, ha descubierto la forma de viajar en el tiempo y se propone poner a prueba su invención realizando un viaje hacia adelante en el tiempo donde espera encontrar la tierra convertida en la utopía en la que siempre ha soñado. Pero lo que se encontrara el viajero en el tiempo en su viaje a ese distante futuro es muy distinto, una era en la que descubre con horror como la humanidad se ha dividido en dos razas radicalmente diferentes y que el futuro de esta es muchísimo mas terrible que la peor de sus pesadillas…
A estas alturas supongo que sobra entrar en detalles sobre una obra tan universalmente conocida como la Maquina del Tiempo de Wells, una obra que ha sido adaptada y homenajeada en incontables ocasiones y que para Giménez ocupa un lugar muy especial. Y es que tampoco creo que sea necesario recordar que Giménez es un apasionado de la ciencia ficción y que no solo ha tocado el tema en su obra en numerosas ocasiones como en Dani Futuro, Delta 99, Erase una vez en el futuro, Cuentos del 2000 y pico, Hom, etc, sino que ya en el pasado ha adaptado relatos de grandes clásicos del genero como Brian Aldiss o Stanislaw Lem con magníficos resultados (Hom es uno de esos cómics que HAY que leer) Una pasión por el genero que le sirve aquí para homenajear una de sus obras favoritas que como el mismo dice, ha leído tantas veces que prácticamente se la sabe de memoria.
Y ese cariño por la obra de Wells se puede apreciar en esta adaptación en la que Giménez ha sido lo mas fiel al texto original que le ha sido posible, tanto que mas que estar adaptando la obra de otro casi da la sensación de que Giménez esta esta colaborando con un guionista que murió cuando el apenas tenia cuatro años de edad. Pero aunque esta fidelidad al libro haga que las aportaciones de Giménez a la historia sean mínimas, su forma de narrar la historia, de decidir como contarla, nacidas de su larguísima experiencia, hacen que la historia sea también un poco suya.
Una historia que ademas, y como no podía ser menos, esta bellamente ilustrada con ese estilo de Giménez que con los años se ha ido orientando un tanto hacia la “simplificación”, al prescindir de todo trazo superfluo y a la casi caricaturización de sus personajes, sin que ello repercuta en la expresividad de estos o en el nivel de detalle de su trabajo. Un trabajo en el que Giménez deja claro que los años no parecen pasar por el, que sigue poseyendo una habilidad extraordinaria para crear mundos fantásticos o recrear el pasado y que pese a esa aparente sencillez de su dibujo sigue siendo capaz de sorprender al lector reflejando el horror mas absoluto.
No creo que haga falta decir mas para dejar claro que este, como el resto de sus cómics que he leído, es una lectura que recomiendo mas que efusivamente. Un cómic divertido que pese a conocernos la historia de memoria casi tan bien como el propio Giménez consigue atraparnos y que es ademas un bonito recordatorio de la suerte con la que contamos de tener aun en activo a un autor de su calibre que sigue ofreciéndonos grandes cómics con los que disfrutar.