Lo habíamos dejado en que un alienígena llamado Proja, el autodenominado como el Promotor Supremo, estaba raptando a los mayores forzudos de la Tierra para enfrentarlos contra un tipo llamado el Campeón del Universo, un tipo que sólo vive para la competición y la lucha pero que no parece haber tenido suerte a la hora de encontrar sparrings a su altura. Que pruebe con Thanos, je.
Pronto nos enteramos de que Proja ha teleportado a los ocho fortachones al gimnasio del Campeón, del cual no pueden escapar ni con los portales del martillo de Thor ni haciendo agujeros en las paredes que los manden al vacio del espacio. Es la mar de interesante ver como, mientras personajes como Thor o Sasquatch más o menos entran dentro de lo que se podría esperar del personaje, Coloso se refiere a si mismo en tercera persona porque en 1982 puede que X-Men sea la serie más vendida de Marvel, pero muchos guionistas tardarían bastante en asimilar sus personajes porque el no tener como referente a Stan Lee los debía de cortocircuitar o algo así. Tras fisgonear y pegarse con los trastos, el Campeón hace su gran aparición en una splash page en la que queda claro que tiene más músculos que Hulk, es más alto que Sasquatch y tiene una melena más gorda que Doc Samson -o, ya puestos, Hulka-.
El Campeón es, básicamente, Son Goku. Le falta toda la humanidad de Son Goku y su gula, pero básicamente está siempre buscando una pelea que le permita probarse a si mismo, y vive en un estado de perpetua insatisfacción porque nadie le aguanta más allá del segundo asalto. Pero los superhéroes pasan del honor y de esas mierdas, por lo que toman la sabia decisión de darle una paliza entre todos y dejarse de tonterías a lo Dragonball. El Campeón no solo se los quita de encima, si no que revela que es uno de los Arcanos del Universo -que es como se tradujo por aquí lo de Elders of the Universe, sí- y que suyo es el poder primordial para mandarlos al piso. Vista la poca colaboración y motivación de los posibles contendientes, el Campeón amenaza con cargarse la Tierra si no le cumplen el gusto, por lo que los héroes acaban cediendo y el arcano les pone un entrenador personal para que se vayan preparando, porque quiere que se enfrenten a él al 100% y todo eso. Ben, al ver lo feo que es el alienígena que le ha tocado como preparador, dice que «no es su cita a ciegas ideal». Porque claro, su novia está ciega. Heh, que gracioso, tan gracioso como que te arranquen la columna vertebral por el cogote, vaya.
Mientras se procede al montaje de entrenamiento, DeFalco se acuerda de la pobre Alicia y nos viene a contar que no hay nada que pueda hacer Reed Richards, porque según su chisme cósmico «el rastro energético de la teleportación es más poderosa que la del mismísimo Galactus» recordándonos otra vez que DeFalco es el creador de Hypertormenta y se flipa mucho. Nos estremece aún más la otra escena que nos presentan a la página siguiente, en la que vemos a la Patrulla X de la segunda era Cockrum escrita con una maestria tal que he tenido ganas de ponerme en posición fetal en una esquina y taparme con una manta llamando a Superman, Jesucristo y a SHIELD para que me salve. Mención aparte se merece Ron Wilson, que sin el referente gráfico de Jack Kirby -porque lo de trabajar con dibujantes que emulan al maestro a DeFalco le viene de siempre, no empezó con su etapa junto a Frenz en Thor- se pierde bastante y destaca sobre todo ese Lobezno gigantesco que uno ya no sabe ni por donde cogerlo.
Pero llegados a este punto tengo que ser honesto y recordaros que no podemos ser muy crueles con los autores de éste cómic, después de todo DeFalco llevaba ya diez años como editor y tenía en su currículum varios números de Archie, Scooby Doo, Jimmy Olsen, The Avengers, además de ser también en ese momento el guionista regular de Dazzler… Mientras que Wilson tenía unos diez años como profesional a sus espaldas y había estado dibujando Marvel Two In One durante tres años a mediados de los setenta y había vuelto a la serie con el cambio de década. Lo cierto es que DeFalco seguía teniendo el aspecto editorial muy en mente en todo momento, y tanto Dazzler como M2O las veía como series «introductorias» al Universo Marvel, series en la que cada personaje que aparecía tenía que decir su nombre, poderes y si es posible dar un pequeño resumen de sus motivaciones o rasgos más importantes, con lo que así nos encontrábamos que sus guiones en esta serie fueran tan insufribles, sobre todo cuando estamos hablando de una historia como esta en la que salen tantísimos personajes. Pero claro, hay formas y formas de presentar personajes sin recurrir a la exposición… Como hay formas de emplazaros a la próxima entrega de este apasionante relato y ésta es una de ellas: