Como lector, hay algo que me molesta profundamente y de lo que «las grandes» se están librando sin comerlo ni beberlo. Y es que las dos tienen sus contadas excepciones, pero no suelen padecer tanto los retrasos tanto como las independientes; autores que al no verse limitados por una editorial que les impone a rajatabla unas fechas tienden a estirar la salida del siguiente número «para que quede bien» y con la tontería han acabado haciendo que «el retraso» lo sintamos como algo inevitable. Algún iluminado dirá que son la prerrogativa del autor y se quedará tan ancho, pero la realidad es que puedo soportar el decompressive storytelling, los reinicios de continuidad y demás burradas que me dan ganas de quemar cómics, pero a la hora de la verdad lo que más me duele es… Olvidarme de un cómic que me encanta. Y me está pasando cada vez más.
No, no es alzheimer ni ningun problema de salud, simplemente que las editoriales gordas no suelen sufrir retrasos, y te publican cuando dicen que van a publicar salvo contadas ocasiones. Sin embargo, series independientes de Image o IDW constantemente me andan con retrasos o con series que se postponen indefinidamente, lo cual provoca que los lectores nos acabemos olvidando completamente de ellas. El experto hacer que me olvide de sus series es Jonathan Hickman, conocido no solo por haber dejado colgada una serie limitada en Marvel justo en el último número -su famoso SHIELD lleva seis años esperando a ser terminado- si no por la caótica periodicidad de todas sus series de Image como East of West, The Dying & the Dead (que sufrío un parón de dos años entre 2015 y 2017) o The Black Monday Murders (seis meses entre los números 4 y 5, otro hueco parecido entre el 7 y el 8), por mencionar algunos ejemplos. Hasta la serie debut de Hickman en Image, The Nightly News, sufrió un retraso en la publicación de su último número.
Y sé que alguno me dirá «pero es que anda que no le metiste palos a Hickman en Vengadores, ¡si es que ni te acababan de gustar sus 4F!» y yo lo admito, sí, pero es que para mí Hickman es un autor que es mil veces mejor trabajando en sus propios mundos que en los ajenos. Y cuando consigue articular una serie que me interesa, que me engancha y de repente hace que pasen seis meses entre un mísero cómic de 24 páginas y otro que para poder leerlo casi te tienes que poner una alerta de google para que te avisen, pues como que jode. Porque una cosa es que te avisen que esto sigue dentro de seis meses y los autores hayan preparado la historia para ese hueco temporal -lo que hacen Vaughan y Staples en Saga- y otra cosa es que estos parones sean aleatorios y la histora se continúe directamente de un número a otro.
Que no soy yo sospechoso de echarle mierda a Walter Simonson -todo lo contrario- pero lo que está pasando con su Ragnarök también duele; lo raro es que un número salga al mes siguiente del otro, y hasta es tristemente habitual el que tarden hasta cuatro meses como pasó entre el número tres y cuatro (11/2014 y 03/2015) o entre el cinco y seis. Por no hablar de que el libro dos de la serie terminó en febrero del año pasado y todavía estoy esperando a ver si vuelve. ¿Cómo puedo ir por aquí recomendando una serie de la que no sé cuando saldrá el siguiente número? Con esta periodicidad es lógico que el lector acabe pasando de la grapa y acabe pasándose a los tomos, que así por lo menos te aseguras de leer toda la historia seguida y con parones donde tocan; y es que no merece la pena desmejorar un cómic tan condenadamente bueno y a pesar de todos estos obstáculos sigo recomendando a todo el mundo.
Y ya, ya, que ya oigo los gritos de los del fondo preguntándome por Bendis y series como Scarlett, United States of Murder Inc o Brilliant, de periodicidad que sólo podríamos considerar como absurda (07/11, 01/12, 04/12, 08/12 y 03/14) y que por supuesto se quedó colgada en el último número. Ahora dice Bendis que las va a recuperar para DC, pero uno no deja de preguntarse si el haberlas publicado mientras era productor de la serie de TV de Powers no habrá tenido que ver con tanto caos, sobre todo teniendo en cuenta que el dibujante de Brilliant era Mark Bagley, un tipo nada sospechoso respecto a fallar fechas de entrega.
Alguno podría decirnos que tampoco nos podemos quejar mucho porque en el manga es habitual que los autores se peguen un hiato bien majo -eso sí, suelen respetar la periodicidad cuando toca y avisan con tiempo- y en el cómic europeo nunca se dice cuando saldrá el siguiente álbum, que ya no es como en los 60/70 cuando los cómics se serializaban en revistas como Mortadelo o Spirou; pero es que cada álbum suele contener una «unidad narrativa», un planteamiento y un desenlace ideales para empezar y parar la historia, y así es como se hace soportable que cada entrega de XIII saliera de pascuas a ramos a lo largo de treinta años sin que nos contaran de una vez quién puñetas era el protagonista -que por lo visto ya se sabe, pero todavía no lo he leído-.
Mirad, estoy convencido de que todos estos retrasos de gente como los ya mencionados y otros muchos como el Age of Bronze de Eric Shanower y tantos más tienen su razón de ser, desde problemas personales hasta espantadas de alguno de los autores porque los ha fichado una de las grandes para un proyecto de relumbrón y tienen que dejarlo, o esas sirenas de Hollywood y TV que monopolizan todo tu tiempo. Somos humanos, lo entiendo, y al ser cómics «de autor» el lector siempre preferirá un buen trabajo que una chapuza. Lo que pasa es que el lector también es humano y se acaba olvidando de las series que leía, o por donde iban en el número anterior. Comercialmente lo peor que puedes hacer es provocar que el cliente se olvide de tu producto y tu marca, y creo que eso es exactamente lo que esta pasando. Porque sí, Kirkman se esta haciendo de oro con su Walking Dead a pesar de que hace ya demasiado que es una serie hundida en la mediocridad, pero también es una serie que sale cada mes contra viento y marea. Savage Dragon, Spawn, esas criaturas centenarias de los orígenes de Image y que no sabemos como han llegado al número trescientos, siguen publicándose mes a mes y alimentando a sus fieles. Las que han desaparecido han sido las de los hiatos como WildCATs, Cyberforce, The Maxx, The Pitt, al margen de que cuando aparecieran en su día armaron un buen revuelo. Una periodicidad caótica no beneficia a absolutamente a nadie, y tu serie tiene que llamar la atención al nivel de Watchmen como para que el lector aguante esperándote seis meses o más sin ni siquiera saber si algún día saldrá el siguiente número.