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Aquellos fans de los orígenes: Los mejores cómics de 1962 (I)

Teniendo como tenemos por aquí el saco de nostalgia ochentera que es M’Rabo, a veces nos olvidamos de que en los 80 de lo que tenían nostalgia es de los 60 -y de los 50, no olvidemos a Marty McFly-, así que igual nos toca preguntarnos si en los 70 tenían nostalgia de la Segunda Guerra Mundial o en los 60 de la Guerra Civil Española. Que anda que no molaría eso de «uy, con los bombardeos se vivía mejor, si señor». Tranquilos, que esta introducción tan absurda y salida de madre si que viene a cuento, porque hace poco Tom Brevoort -editor de Marvel con unos cuantos amigos por aquí- tenía a bien enseñarnos este documento:

Nosotros vamos a hablar de la «pro division», aunque en la de amateur podríamos hablar de Roy Thomas petándolo con su fanzine Alter Ego.

Sí, son los «Alley Awards» de 1962, los primeros premios de cómic estadounidense otorgados por los fans. La primera impresión que tenemos al leer este documento es que en un momento en el que la Silver Age acababa de nacer y Marvel estaba dando sus primeros pasos como tal, el binomio Marvel/DC parecía ya completamente establecido. Es más, las dos grandes -la grande y la no tan grande, ya me entendéis- se reparten a medias todas las categorías, a pesar de que la historia acabaría poniendo en su sitio a cada uno y el genio desbordante de titanes como Jack Kirby o Steve Ditko desequilibraría la balanza de forma apabullante. Pero, ¿qué se estaba publicando exactamente en 1962? ¿Qué cómics eran estos, quienes eran estos autores que tenían tanta historia por hacer? Atentos porque vamos a hacer un pequeño viaje a la mente de los lectores de hace cincuenta y seis años…
Sí, esta criaturita era el superventas de 1962.

Antes que nada hay que ver los antecedentes, empezando por Bob Kanigher y Carmine Infantino dando el pistoletazo de salida a la Silver Age con Showcase 4, aparecido seis años antes y verdadero impulsor de que se reimaginara a personajes como Green Lantern o se creara el primer supergrupo moderno con esa revisión de la JSA llamada Justice League of America, aparecida en Brave and the Bold 24 allá por 1960. Se suele decir que el éxito del nuevo grupo provocaría el despertar de Marvel para la creación un año más tarde de The Fantastic Four, pero como bien sabemos lo que realmente había impulsado el renacimiento de Marvel era la rigidez de estilos artísticos que se vivía en DC en aquellos tiempos y que había provocado que dibujantes como Jack Kirby o Steve Ditko acabaran en las manos de Stan Lee. Pero no vamos a adelantar acontecimientos y mejor vamos directos a 1962 y la primera edición de los Premios Alley…
Desde la composición a la anatomía o las texturas, no había color entre las portadas de Joe Kubert y la media de las series de la época.

Y empezamos por el premio a la mejor cubierta, la de Brave & The Bold 42 y que viene protagonizada por el Hawkman de Gardner Fox y Joe Kubert, que también gana el premio al mejor héroe y que había sido creado por ambos un año antes. Para los que no lo sepan, Brave & The Bold en aquellos tiempos no era la serie de Team Ups de Batman que fue después, si no un contenedor por el que se iban presentando nuevos conceptos como el Escuadrón Suicida, Cave Carson, la presentación de La Liga de la Justicia, el Príncipe Vikingo o el propio Katar Hol. Probablemente sean Brave & the Bold, su «serie hermana» Showcase y Mystery in Space las mejores series de la DC de aquellos tiempos y el centro de la revolución que el editor Julius Schwartz (premiado también en los Alley del 62) estaba llevando a cabo en la editorial; pero si los primeros números de Flash o Green Lantern son un tanto intragables, lo cierto es que el Hawkman de Fox y Kubert se conserva bastante mejor, y es por eso que probablemente los fans de aquellos tiempos valoraran al personaje como uno de los mejores del momento. Sin embargo y aunque reconocen a Fox como uno de los mejores guionistas del momento, da la sensación de que los lectores preferían otra serie de DC:
Lamentablemente lo de fliparse por un crossover lo hacen tanto los lectores de hoy como los de hace cincuenta años.

La ya mencionada Mystery in Space contaba también con Gardner Fox pero con Carmine Infantino a los lápices y el entintado de Murphy Anderson, definiendo el nuevo estilo artístico de DC al margen del Curt Swan de Superman o el Dick Sprang de Batman. Mystery era una antología de ciencia ficción que en aquel momento contaba con Adam Strange como protagonista casi absoluto, y aunque con el tiempo también contaría con la presencia de Hawkman, los lectores de 1962 premiaron como número único de aquel año al número 75 de la serie, que enfrentaba a Strange y La Liga de la Justicia contra Kanjar Ro, uno de los primeros enemigos de la Liga y que con el tiempo acabaría convirtiéndose en otro de tantos hazmerreir a revampear años más tarde. Personalmente, creo que Hawkman era bastante más interesante que el Adam Strange de aquel momento, pero el que Infantino no fuera tan «rompedor» como Kubert y el hecho de que La Liga de la Justicia en aquel momento era uno de los grupos de moda supongo que decantó los votos en favor de Kanjar Ro. En cualquiera de los casos y por más que rabie M’Rabo por hacerle de menos a Katar Hol, hay que decir que lo que se estaba cocinando en Marvel en aquel momento era muchísimo más interesante, pero eso lo vamos a repasar mañana que tiene mucha más mandanga…
Que por cierto, los 4 Fantásticos siguen con la serie cancelada. Gracias por nada, Marvel.

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