Desde que se publico el especial de Rebirth todos sabíamos que llegaría este día, pero pese a ello muchos tratábamos de ignorar en la medida de lo posible que la secuela de Watchmen estaba a la vuelta de la esquina. Pero este miércoles se publico el primer numero y aunque Diógenes sin duda lo boicoteara como hizo con Before Watchmen (yo peque y me leí la miniserie de Darwyn Cooke) a mi me ha picado la curiosidad y he leído este primer numero del crossover que no recuerdo que nadie pidiese jamas y que va a reunir a los personajes de Watchmen con los superhéroes de DC…sigh.
Han transcurrido siete años desde que Ozymandias puso en practica su plan para llevar la paz al mundo, un plan que se ha hecho añicos y que no solo le ha convertido en la persona mas odiada del mundo, sino que el planeta mismo se encuentra al borde de la destrucción por culpa de la inminente guerra nuclear entre los dos grandes bloques. Pero aun queda una esperanza, una clavo ardiendo al que agarrarse para detener la guerra y evitar la destrucción de todo lo que existe, una peculiar alianza con un objetivo común, encontrar a “Dios” y pedirle que detenga la guerra. Y aunque hace años que nadie ha visto al Doctor Manhattan, el hombre mas inteligente del planeta cree saber donde buscarle…
Si, una secuela de Watchmen (Sin Alan Moore ni Dave Gibbons) nos hacia tanta falta como, bueno, como las precuelas aquellas, pero que se le va a hacer, el cómic esta aquí y no se puede hacer nada mas que ignorarlo o echarle un ojo a ver que tal. Y el resultado preliminar, habiendo leído solo el primer numero, es que tanta polémica y tanto volver a echar sal en la herida de Alan Moore y Dave Gibbons no valía la pena para lo que nos hemos encontrado. Doomsday Clock no puede decirse que de momento sea un mal cómic, pero tampoco es un gran cómic, se trata de un cómic normalito que va a remolque de todo lo que hicieron sus creadores originales y que en principio no aporta nada nuevo que justifique todo esto mas allá de la polémica y el morbo fácil y el presumible subidón de ventas que ello representa.
Un cómic que ademas representa lo que ya hace años que es conocido por todos, que Geoff Johns parece que quiere basar el resto de su carrera en vivir de las rentas de Alan Moore. Y eso que yo he defendido durante muchísimo tiempo a Johns (las peleas que hemos tenido Diógenes y yo al respecto casi han llegado a las manos) y que siempre le estaré eternamente agradecido por devolverme a Hal Jordan y convertirle en uno de los pilares del Universo DC (del regreso de Wally estoy menos agradecido porque fue culpa suya que este pasase a un segundo plano tras la resurrección de Barry) Pero lo que en Green Lantern fue un curioso aprovechar (y luego estirar hasta el hartazgo) un par de historias cortas de Moore para Green Lantern Corps, acabo derivando en algo que casi parece salido de un cómic de Iznogoud.
Hace años Moore dijo en una entrevista que temía que DC quisiese crear una granja de Alan Moores, pero parece que al final lo que están intentando es que Johns sea Alan Moore en lugar de Alan Moore. Porque básicamente eso es este cómic, ya no se trata simplemente de rescatar un par de ideas que Moore dejo colgadas en una historia de complemento, se trata de continuar una de sus historias mas importantes, de tratar de emular su estilo e incluso de seguir sus pasos, introduciendo nuevos personajes en el Universo de Watchmen que al igual que el reparto original también están basados en viejos personajes de la Charlton… ¿Y para que? No dudo que Johns en el haga todo esto desde un respeto y admiración hacia Moore mal entendidos, pero en el fondo todos sabemos que se hace solo por la pasta, y sabiendo todo lo que hubo detrás de la eterna reedición de Watchmen y sus derechos, es algo muy triste.
En cuanto al cómic en si, malo, lo que se dice malo no es (es correcto sin mas), pero lo único que realmente destaca del mismo es el impresionante trabajo del dibujante Gary Frank y el colorista Brad Anderson. Un equipo artístico cuyo estilo, aunque se inspira muy claramente (y lógicamente) en el trabajo de Dave Gibbons y John Higgins, encaja bastante bien con la historia que se esta contando (una secuela) pero afortunadamente no trata de imitarlos chapuceramente pese a que utilizan muchos d ellos recursos de Gibbons como la estructura de pagina. Pero tratándose de un cómic tan polémico como este y que va a desatar tantas pasiones encontradas, lo mejor sera que cada uno decida si se lo quiere leer o no y que saque sus propias conclusiones.
Pero dejando a un lado lo que nos pueda hacer sentir el continuar un cómic como este (a mi personalmente la idea no me gusta nada) no podemos olvidar lo que supone para el Universo DC en su conjunto. Y es que como ya se ha dicho oficialmente mucho antes de la publicación de este cómic, el Doctor Manhattan es el responsable de la creación del New52, y por lo tanto es responsable también de todos los cambios que sufrieron los personajes tras Flashpoint. Pero la forma en la que este cómic en sus ultimas paginas se centra en un evento muy concreto, en un cambio sufrido por un personaje en particular (uno de los cambios que mas he detestado) seguro que va a traer tanta o mas polémica que el resto del cómic.
Y así están las cosas, nos guste o no este cómic existe y las repercusiones que va a tener seguro que no serán pocas. Porque si Watchmen ya tuvo precuelas y ahora tiene una secuela, podemos estar seguros de que no tardaremos en tener spin-offs (serie regular del Búho Nocturno o de Roscharch, mas cómics de esos que no sabíamos que queríamos…) o peor, la completa integración de algunos de estos personajes en el Universo DC tradicional como si se tratase de personajes de Wildstorm (Silk Spectre nuevo miembro de las Birds of Prey o algo así). Así que solo nos queda abrocharnos los cinturones y prepararnos para lo que venga, que seguro que va a ser movidito, que tras esto yo ya espero ver publicado un “V de Victoria” contándonos que paso después …¡Sabemos que son capaces!