Tras la muy polémica etapa de Nick Spencer que tuvo su desenlace con Secret Empire, tocaba devolver al Capitán América a su “status quo” tradicional, y para ello nada mejor que dos autores con reconocida experiencia en eso de devolver héroes a sus raices, teniendo uno de ellos ademas bastante historia con el personaje. Mark Waid y Chris Samme tienen por delante una tarea complicada, ya que la sombra de sus predecesores va a poner todos los ojos sobre ellos y se va a revisar casi con lupa lo que hagan, pero con sus antecedentes y el buen sabor de boca que me ha dejado su primer numero, no me cabe duda de que van a superar con creces las expectativas.
No es la primera vez que Steve Rogers despierta en un mundo que le resulta irreconocible, pero mientras que la primera vez lo que se encontró fue un mundo que había avanzado y apenas le recordaba, el mundo que se encuentra ahora es uno que se acuerda muy bien de el y le considera uno de los mayores villanos de la historia. Una situación complicada en la que tendrá que luchar duramente para ganarse de nuevo la confianza perdida por parte de sus compatriotas y en a que solo estara completamente seguro de una cosa, que mientras haya enemigos a los que derrotar el seguirá luchando cueste lo que cueste.
De la etapa de Nick Spencer al frente del Capitán América se podrán decir muchas cosas, pero desde luego no que dejase indiferente al publico. Pocas etapas recuerdo en tiempos recientes que hayan dividido de forma tan radical a los lectores (y a toda esa gente que no la leían pero les gusta hablar de oídas) dando la impresión de que o la odiabas o la amabas. Pero como todo en el mundo del cómic de superhéroes, esa etapa llego a su fin, y con ella uno de esos periódicos ciclos que sufren buen aparte de los cómics del genero cada cierto tiempo. Así que tras una etapa que había puesto patas arriba, o mas bien que había hecho saltar por los aires, todo lo que sabíamos del Capitán América, ahora lo que tocaba era algo con un tono mas clásico para volver a la normalidad.
Y ese es el motivo por el que Waid y Samme son los autores perfectos para ello, ya han demostrado que eso es algo que se les da de miedo hacer. Cuando Daredevil cayó en sus manos, justo después de Shadowland, el personaje se encontraba en una situación similar a la del Capitán América, una fuerza externa le había convertido en un villano contra su voluntad y había traicionado y atacado a sus compañeros y amigos en una etapa con un tono muy dramático. Algo que consiguieron arreglar a base de devolvernos a un Daredevil mas heroico y optimista, pero construyendo sobre lo que se había contado anteriormente, no pasando por encima como si aquello no hubiese existido.
Una habilidad como equipo a la que hay que sumar la experiencia personal que posee Mark Waid, y que tan bien le hace conocer al personaje, tras haber realizado junto con el dibujante Ron Garney dos etapas (o una malamente interrumpida) anterior y posterior a aquel horror que fue Heroes Reborn. Dos etapas que no solo siguen siendo de lo mejor que se ha hecho con el personaje en las ultimas décadas, sino que de forma mas que apropiada son dos etapas que también sirvieron como un “regreso a lo clásico” que supuso un giro radical con respecto a al tono marcadamente diferente al habitual que habían utilizado los autores anteriores en ambos casos.
Y eso es lo que nos hemos podido encontrar en el primer numero de esta nueva etapa del Capitán América, un perfecto regreso a lo mas clásico en el que ambos autores repiten la formula que tan buenos resultados les dio con Daredevil, mirar hacia adelante sin renegar del pasado reciente pero tampoco regodeándose en el. Así nos encontramos con un Capitán América que pese a que aun tiene que lidiar con las consecuencias de lo sucedido en Secret Empire y que no solo duda mas que nunca de su lugar en el mundo y no sabe si conseguirá que la gente vuelva a confiar en el, se enfrenta a este nuevo capitulo de su vida como siempre ha hecho, con la cabeza muy alta y con el optimismo por delante.
Y si de regresar a lo clásico se trataba poco dibujantes había mas apropiados para este trabajo que Chris Samme, no solo por la ya mencionada experiencia en esto de rescatar personajes de etapas mas oscuras, sino porque su estilo tremendamente clásico (por no hablar de lo bien que narra o maneja el lenguaje corporal y facial de sus personajes) es lo que mas necesitaba el personaje para volver a transmitir esa sensación de regreso a los orígenes. Una sensación que se refuerza con la recuperación de su clásico uniforme, diciendo adiós por fin a todos esos rediseños a cada cual mas espantosos que el personaje ha tenido que sufrir en los últimos años. Ahora solo queda esperar que en Marvel hayan aprendido la lección de que hay diseños de trajes que debería ser ilegal tocar, que Kirby sigue siendo mucho Kirby.
Como decía mas arriba yo soy de los que disfrute con casi todo lo que hizo Nick Spencer con el personaje, que como historia puntual fue bastante disfrutable. Pero no voy a negar que ahora que aquello ha llegado a su fin y nos han devuelto al Capitán América de verdad no estoy disfrutando como un enano. Ahora solo queda cruzar los dedos para que esto de Legacy siga manteniendo el nivel que esta teniendo por el momento y poco a poco vayamos recuperando a las versiones mas iconicas de esos héroes a los que por demasiado tiempo hemos tenido apartados de circulación o transformados mas allá de lo reconocible. Que los experimentos puntuales están bien, pero que duren lo que tienen que durar y no mas.