Ya que tenemos mas cerca el aniversario de Jack Kirby he pensado que no vendría mal compartir por aquí la primera vez que pude leer a los 4F del Rey en persona y hacer eso que tanto le gusta a Diógenes de bucear en la nostalgia y lanzarme de lleno a eso que el llama de forma despectiva “pornografía emocional”. Un cómic que tuve que leer en una edición horriblemente chapucera y que durante bastante tiempo no supe valorar como se merecía y cuyo recuerdo ha hecho que me de cuenta de lo poco valorada que ha debido estar su obra en España durante demasiado tiempo. Así que vamos a dar un par de saltos atrás en el tiempo hasta 1982 y 1970 para de paso recordar que no siempre todo tiempo pasado fue mejor y el maltrato que ha recibido su hasta hace relativamente poco tiempo.
Tras rebuscar un poco he conseguido averiguar que ese primer cómic de los 4F de Kirby que leí (aunque ya antes había leído otros cómics del grupo dibujados pro otros artistas) fue el Fantastic Four 96 de 1970, en el que el cuarteto se enfrento a uno de los diabólicos planes del Pensador Loco, quien en esta ocasión pretendía secuestrarles y suplantarles por unos androides que llegaban incluso a imitar sus poderes. Una divertida y contenida historia autoconclusiva de Stan Lee y Jack Kirby en la que de nuevo todo fallaba para el villano al no ser capaz de prever en sus meticulosamente trazados planes la impredecibilidad del ser humano. Un cómic que recuerdo que me provocaba bastante mal rollo con esa trama de que cualquier ser querido podía ser un monstruo suplantándole.
Pero es un cómic que ademas tuve que leer de una forma horrible. En aquellos tiempos de la gloriosa década de los años 80, la editorial Bruguera era la que publicaba los cómics de Marvel en España (algunos de ellos al menos). Pero no debían considerar a los 4 Fantásticos lo suficientemente populares como para tener serie propia ya que estos acabaron reducidos a ser el complemento de la serie de Spiderman. Y no se cuantos de aquí han leído esas ediciones, pero he de decir que eran un horror inenarrable. Textos con una rotulación mecánica insulsa, un coloreado plano chapucero y sin sentido que provocaba que en muchas ocasiones todo parecido con el original fuese una simple coincidencia eran la tonica habitual. Pero sobre todo abundaba una arbitrariedad absurda en sus contenidos que provocaba que tanto Spiderman como los 4 Fantásticos se publicasen de forma salteada, omitiendo etapas enteras (y juraría que incluso saltando atrás y adelante en el tiempo) provocando que cualquier cosa parecida a una continuidad fuese una simple coincidencia.
Un horror de planificación editorial de la que no escapo el complemento. Sin ir mas lejos en esta primera historia de los 4F Kirby que leí, y que se publico en el numero 49 del Spiderman de Bruguera, se publicasen como complemento ese numero 96 de 1970 y a continuación solo una pagina después el 150 de 1974, con la boda de Mercurio y Crystal enfrentados a un Ultron que Bruguera prefirió rebautizar como Megatrón (esas ediciones eran un horror a todos los niveles). Esta extraña forma de decidir contenidos (debían lanzar una moneda o algo así) sumado a la extraña distribución que tenían los cómics por aquí en aquellos tiempos, provocó que antes (o tal vez al mismo tiempo) de descubrir a los 4F de Kirby descubriese también a los de George Pérez o Keith Pollard. Y para mi vergüenza debo decir que en aquellos años Kirby me parecía inferior a los otros del mismo modo que Romita me parecía superior a Ditko (era un niño ignorante que no sabia nada).
Lo curioso es que por aquel entonces yo adoraba su Capitán América (Publicado por Surco dos años antes). Pero la diferencia es que por aquellos tiempos yo no conocía mas Capitán América que el de Kirby, mientras que de los 4F había podido leer diversas etapas de diferentes épocas en un periodo muy corto de tiempo, y en esa comparación con dibujantes posteriores (a los que seguramente había descubierto antes) el trabajo de Kirby me parecía tosco y poco pulido en comparación. Una sensación a la que seguro que no ayudo nada el que Bruguera colorease sus cómics de una forma criminal mientras que las ediciones de Surco tenían un color bastante mas fiel al original. Por suerte con los años fui aprendiendo a valorar adecuadamente el valor y la fuerza del trabajo de Kirby y a ponerle en el lugar que se merecía, en lo mas alto.
Pero claro, todo este ejercicio de ¿nostalgia? me ha hecho plantearme que cuanta gente se encontró en mi misma posición durante muchísimo tiempo. Para cuando Forum y Zinco comenzaron a publicar los cómics de Marvel y DC en España de una forma algo mas coherente las etapas de Jack Kirby habían quedado muy atrás, y para toda una generación de lectores, este era simplemente un nombre del pasado, el creador de unos personajes que ahora escribían y dibujaban otros. Y durante mucho tiempo, y mas allá de cosas puntuales como historias sueltas en los especiales estacionales, en Clásicos Marvel o aquellos prohibitivos (y sin continuidad) tomos de Orígenes Marvel, hubo que esperar hasta finales de la década de los 90 para ver reeditado en España sus cómics clásicos… ¡En formato pequeño y en blanco y negro! ¿Cuantas generaciones de lectores han crecido sin poder tener acceso a la obra de Jack Kirby en unas condiciones minimamente dignas? ¿Cuantas generaciones no han tenido ni idea de la importancia e influencia de Kirby para el cómic de superhéroes mas allá de ser el creador y co-creador de unos cuantos personajes por culpa de la nula o nefasta edición de su trabajo?
Por suerte las cosas son muy diferentes hoy en día y es relativamente fácil (aunque no barato) hacerse con buena parte de la obra de Kirby tanto para Marvel como para DC en unas ediciones mas que dignas, y las generaciones actuales, a diferencia de la de Diógenes y mía (que aunque le joda pertenecemos a la misma) tienen la inmensa suerte de poder conocer la obra del que sin duda ha sido y sera uno de los mas grandes de toda la historia del cómic. Un autor cuya figura nunca se reivindicará lo suficiente ni aunque le dedicásemos en el blog cinco días a la semana durante dos o tres meses, pero no por ello no vamos a seguir aportando nuestro pequeño granito de arena para que se le recuerde y se le aprecie.