La vida moderna tiene la pequeña pega de que nos tenemos que crear contraseñas para todo. Ya sea para el correo, las redes sociales, las compras online o la banca, uno se ve obligado a andar con mil passwords e historias:
Antes la gente ponía cosas como 1234 o «contraseña», porque le preocupaba más el no olvidarse de la contraseña en cuestión que el que viniera un hacker ruso a reventársela «¿pero quién me va a reventar la cuenta a mí?». Luego empezaron a pasar cosas muy feas con bots y tarjetas de crédito, y la gente empezó a tener más cuidado. Pero el Doctor Muerte no tiene miedo a nadie, porque Muerte es Supremo y esas cosas:
Que uno queda así como muy putoamísimo con un password así, pero a la hora de la verdad es un pelín mierda porque te lo puede reventar cualquiera. Pero al fin y al cabo estamos hablando del Doctor Muerte, el putoamísimo Doctor Doom, ése que es supremo y señor de Latveria y buah, que lo flipas de lo que mola el notas. Así que siendo quien es, está claro que el password ese no debe de ser la única medida de seguridad, porque a diferencia de los ordenadores de los vulgares mortales, el Doctor Muerte tiene un password también de salida que con toda seguridad sea irrompible por los hackers ucranianos que…