Hay ocasiones en las que uno se lanza a leer un cómic del que no sabe absolutamente nada, realizado por un autor que solo te suena vagamente pero no sabes exactamente de donde, y te encuentras con algo que te deja enganchado al sillón y con ganas de mas. Eso es lo que me ha sucedido con el Paklis de Dustin Weaver, una antología de historias de ciencia ficción, fantasía, horror y surrealismo en la que Weaver esta demostrando una enorme versatilidad escribiendo, dibujando, rotulando y coloreando diversas historias en las que puede suceder cualquier cosa y con el que ha conseguido que a partir de ahora vaya a seguir muy de cerca su trayectoria profesional.
Descubrir que estas viviendo en una pesadilla kafkiana de la que resulta imposible salir, embarcarse en una misión de búsqueda a través del universo, enfrentarse en solitario a un enemigo implacable aunque ello suponga oponerte a los tuyos… Estos son solo algunos de los escenarios que Dustin Weaver despliega ante nosotros en esta antología en la que ha puesto sobre el papel historias que le habían rondado por la cabeza desde su adolescencia, con las que había utilizado para desbloquear su frustración por la incapacidad que sentía para contar sus propias historias o que simplemente habían surgido en momentos de emoción durante un vuelo sin mayor intención detrás que pasar el rato. Historias que han surgido de momentos emocionales muy diferentes entre si y a las que no une ningún otro hilo conductor mas que su creador.
Y luego yo me quejo de las pesadillas que tengo…
Y tan diferentes son entre si que al terminar el primer numero tuve que volver atrás a repasar los créditos para cerciorarme de que efectivamente todo esto era obra de una única persona. Pero es que cuando al comienzo del articulo hablaba de la versatilidad de Weaver no lo decía a la ligera, ya que no se trata solamente de que aquí lo haga básicamente todo (que le ha faltado imprimir y grapar el mismo los cómics), es que su estilo en cada historia, tanto en su faceta de guionista como en la de dibujante, es muy diferente entre si. Así nos encontramos desde el increíblemente detallado trazo y vivo coloreado que utiliza en la primera historia, “Mushroom Bodies” al mas sobrio y en blanco y negro de “Sagittarious A*” o el trazo mas suelto y espontaneo (resultado sin duda de dibujarlo en pleno vuelo a París) y coloreado minimista de “Amnia Cycle”, tan solo tres historias (a las que se suman otras en los siguientes números) que demuestran que Weaver es un autor que parece capaz de enfrentarse a lo que sea y salir airoso de ello.
Lo que resulta curioso que Weaver se haya lanzado a esta aventura apostando por un formato tristemente en desuso como el de la antología de relatos cortos. Un formato que fue muy popular en el pasado pero que en estos tiempos del “decompresive storytelling” en los que una historia de 24 paginas no cunde nada no parece que algo que ofrece historias aun mas cortas cuente con el favor de una buena parte del publico actual pese a las posibilidades que este presenta. Que sin ir mas lejos ahí tenemos hace tan solo unos meses la cancelación del Island de Brandon Graham y Emma Ríos. Aunque a diferencia de aquella serie aquí lo que tenemos es una antología de un solo hombre, por lo que habrá que ver si esa diversidad en historias pero uniformidad en autor supone alguna diferencia para el publico y Paklis consigue mantenerse en el mercado.
Pero lo mas curioso es que cuando termine el primer numero asombrado y con ganas de leer ya el siguiente numero, me encontré conque me sonaba muchísimo el nombre de Dustin Weaver pero era incapaz de ubicarle, encontrándome tras una rápida búsqueda que llevaba años viendo su trabajo aquí y allá sin que nada me hubiese llamado la atención lo suficiente sobre su obra hasta el momento (No, el S.H.I.E.L.D. de Hickman no fue algo que consiguiese retener, mas bien todo lo contrario). O incluso peor aun, me he encontrado con que este Paklis ni siquiera era su primer trabajo como guionista y que entre otras cosas fue el autor completo de Infinity Gauntlet, una de aquellas incontables miniseries que surgieron durante las ultimas Secret Wars y que en su momento, y pese a que visualmente era una gozada, me dejo bastante frío. Pero supongo que esa es la diferencia de trabajar con tus propias historias y trabajar a las ordenes de otros, y difícilmente Weaver va a encontrar mas libertad creativa de la que disfruta aquí siendo su propio jefe.
Así que todo aquel que este buscando algo diferente debería acercarse a Paklis aunque solo sea para descubrir que nueva sorpresa se guarda Dustin Weaver bajo la manga, porque hasta el momento (solo dos números) este comic esta siendo todo un espectáculo en el que Dustin Weaver no deja de experimentar tanto en el guion como en el dibujo. Lo que sumado a ese enfoque que le da a sus historias que casi le acerca mas al cómic europeo que al de su propio país hacen que sea un autor muy interesante al que vale la pena descubrir aunque como en mi caso le hayamos estado viendo aquí y allá desde hace mas de una década.