Diógenes es un tipo extraño. Todos sabemos que le encanta gritar ordenes, que nada le satisface mas que ver como los demás hacen lo que he les ha ordenado que hagan, y que yo suelo ser la sufrida victima de ese carácter. Por eso no me ha sorprendido cuando estos pasados días me ha estado diciendo sobre que tema tenia que hablar este lunes, que en el blog la gente había pedido que yo cubriese ese asunto y que incluso había salido en una encuesta que eso me tocase a mi (tendría que leer el blog para saber si eso es verdad, pero me niego a darle visitas) Y aunque eso no es nada nuevo ni muchísimo menos si que me ha sorprendido el tema del que quería que hablase, pero como por una vez es un tema que me interesa he decidido no quejarme mucho y escribir el articulo. Eso si, lo que no voy a entender es porque de pronto se ha emperrado en que tenia que hablar del ET (aunque ya podría aprender a vocalizar mejor que casi sonaba como Etes) pero yo con tal de revisionar una de mis películas favoritas de Spielberg me quedare callado.
Cuando el pequeño Elliott noto que había algo escondido en el cobertizo del jardín de su casa, lo ultimo que se le paso por su cabeza seguro que fue encontrarse con un pobre alienigena confuso y desvalido que solo quería llamar a su hogar para que viniesen a recogerlo. Pero pese a sus dispares orígenes pronto nació entre el alienigena apodado E.T. y Elliott una amistad inquebrantable que llevara a este a hacer todo lo posible para ayudar a su nuevo amigo a regresar a casa. Una misión complicada que le obligara a mentir a su familia o incluso a enfrentarse al gobierno de su país, pero nada de eso sera obstáculo para una amistad que supera todas las barreras.
Decir que esta es un de mis películas favoritas de todos los tiempos (y una de las pocas que aun consigue hacerme llorar) seria quedarme cortisimo. Porque no es solo que esta fuese la primera película que vi en el cine o que me pillase muy joven (en aquellos tiempos Elliott me parecía mayor, sigh) es que con E.T. Steven Spielberg hizo el que sin duda sera para siempre uno de sus mejores trabajos en el mundo del cine. No en vano hablamos de una película que durante mas de una década fue la mas taquillera de todos los tiempos y que fue capaz incluso de destronar a la todopoderosa Star Wars y que de forma CASI unánime (¡A Diógenes no le gusta E.T.! ¿Que mas pruebas queremos de que no tiene alma ni corazón?) es considerada una de las mejores películas de todos los tiempos tanto fuera como dentro del genero de la ciencia-ficción.
Y todo esto lo debemos a unso origenes algo tristes (E.T. estaba parcialmente basado en el amigo imaginario con el que Spielberg hablaba para superar el divorcio de sus padres) y un proyecto de pelicula de terror, «Night Skies», que nunca llego a nada. Con estos origenes y la inestimable ayuda de la guionista Melissa Mathison, Spielberg creó una de esas historias que trascienden todas las épocas y por la que no pasan los años y mostrarnos en pantalla una de las relaciones de amistad mas bonitas y emotivas de la historia del cine. Y es que E.T. es esencialmente un canto a la amistad, Elliott esta dispuesto a sacrificarlo todo por ayudar a E.T. debido a la amistad que les une, del mismo modo que los amigos del hermano de Elliott no dudan ni un instante en ayudarles a salvar a E.T., los compañeros de este regresan a la Tierra a buscarle pese al peligro que eso supone para ellos e incluso ese agente del gobierno cuya misión era capturar E.T. acaba simpatizando tanto con Elliott y su familia que les ayuda a escapar, porque la amistad lo supera todo.
Aunque E.T. es mucho mas que una historia emotiva, como película sigue funcionando tan bien como el primer día. Pese a ir alternando la fantasía, con el humor, el drama e incluso algo de acción, Spielberg consigue que el ritmo de la película no decaiga en ningún momento. Nada de eso mejor representado que en la escena en la que Elliott descubre a E.T. funciona casi como una película de terror (la idea original de Spielberg cuando quería hacer “Night Skies”, manteniéndonos en tensión hasta que descubrimos a un alienigena de cuerpo grotesco en el que una mirada tremendamente humana consiguió que la criatura diseñada por Carlo Rambaldi ( ese hombre y su equipo fueron unos genios con lo que consiguieron en esta película) se convirtiera en un icono popular casi de inmediato y que nos hace sonreír respirar aliviados. Y es que Spielberg sabia (y muchos directores deberían aprender de el) que no puedes mantener al espectador en tensión durante toda la película, que hace falta respirar de vez en cuando.
Pero no podemos olvidar un elemento sin el cual esta película no hubiera sido tan perfecta, la impresionante banda sonora a cargo de John Williams. Una banda sonora que sin ser su mejor trabajo (Que entre Indiana Jones, Star Wars, Tiburón o Superman hay una competencia enorme) si que sigue siendo una de las mejores y mas memorables composiciones de la historia del cine y otra muestra mas de por que Williams es y seguirá siendo siempre uno de los mas grandes. Williams, como ha demostrado siempre a lo largo de su larguísima carrera, sabe como transmitir al espectador con su música la emoción que sea necesaria, ya sea en los momentos emotivos o en los de acción, como en la que es no solo una de mis escenas favoritas de la película, sino también el mejor tema de toda la banda sonora, la huida en Bicicleta de Elliott, E.T. y compañía. Un tema con el que Williams consigue que vayamos pasando de la emoción de la persecución a la tensión y el miedo ante la inminente captura al “subidon” cuando echan a volar huyendo de los agentes del gobierno.
Hay que estar muy muerto por dentro para no emocionarse con esta escena
Y este ha sido mi análisis de esta película que creo escuela y cuyos pasos muchos han intentado seguir en las pasadas tres décadas pero muy pocos han conseguido tan siquiera acercarse (Stranger Things es hasta ahora la que a su manera mas se ha acercado) Una película que el que el desalmado de Diógenes llama de forma despectiva “El Etes” y que aunque sigo sin entender porque el y los comentaristas del blog estaban tan empeñados en que reseñase, no me pienso quejar, que cualquier excusa es buena para volver a revisitar un clásico de este calibre. Y si tengo los ojos enrojecidos es porque en esta pequeña filmoteca del los Ángeles (que ya me gustaría saber para que me ha hecho Diógenes venir hasta aquí para verla cuando la podría haber visto en casa tan ricamente) en la que proyectaban la película hay mucho polvo y en esta ciudad hay mucha contaminación , no porque me haya emocionado ver a E.T. volver a marcharse en su nave espacial después de decirle a Elliott aquello de “Estaré aquí mismo…” snifs.