Empiezo a pensar que Brainstomping me está sentando mal. Que me deteriora la salud, que me vuelve irritable y saca lo peor de mí. Y es que antes de abrir este pozo de maldad y villanía, yo disfrutaba con los juegos de Bioware y hasta EA me parecía que empezaba a apartarse del lado oscuro. Pero todo era fachada…
Porque pronto salió el maldito Command & Conquer 4 -una de mis primeras reseñas de videojuegos, y sigue siendo una de las más viscerales- y el Dragon Age 2, que me dejó claro que la Bioware de los doctores se había esfumado cual sueño de una noche de verano destilando cerveza. Y aun así le perdonaba la vida, y decía que el juego tenía unos valores de producción decentes, y que había esperanza y yo que sé que más, porque dentro del desastre jugable de aquello, el juego estaba escrito decentemente y había personajes más o menos interesantes. Mientras tanto, Mass Effect 3 se había separado totalmente de sus raíces como KOTOR 3 y se había convertido en un shooter con diálogos divertidos y un final horrendo. Y entonces llegó Mass Effect Andromeda, y todos los defectos de los anteriores juegos de Bioware se fundieron en uno solo.
Para los que hayan vivido debajo de una piedra y no se hayan enterado, os contaré que Andromeda viene a contar como un grupo de colonos de las distintas razas alienígenas de la Vía Lactea se meten al cuerpo un viaje de 600 años -a lo Passengers pero a lo bestia, vaya- hasta llegar a la galaxia de Andrómeda, la cual encuentran hecha unos zorros porque en los mil años que han pasado entre lo que les contaban los telescopios hace seiscientos años y el viaje de camino unos alienígenas de desconocida procedencia la han estado liando parda. El jugador tendrá que encarnar el papel del «pathfinder», que es el encargado de buscar nuevos planetas que colonizar y de asegurarse de tener el final bueno del juego a base de hacer suficientes misiones como para conseguir el 100% de habitabilidad en las cinco colonias que el juego te obliga a crear. Por el camino y como en los juegos anteriores, nuestro personaje irá conociendo varios personajes secundarios con los que entablará amistad y se enrollará si le apetece, pero nada de hacerse Sith y matarlos como en el KOTOR, que aquí todo es paz, amor y multitud de problemas que han llevado a la saga Mass Effect a la nevera.
Porque Mass Effect Andromeda tiene las localizaciones sosas de Dragon Age II, las misiones a lo MMO de Inquisition, los niveles de shooter y poca libertad de Mass Effect 3 y no voy a decir que tiene un final tal horrendo como este último, pero que quede claro que para evitarse la ira del personal han metido un final simplón y corrientito. Pero el mayor defecto de Mass Effect Andromeda es uno que va más allá de los memes y los fallos de animación, su mayor problema es que está muy mal escrito. Los personajes son los más sosos que he visto en un RPG a este lado de Fable, los diálogos son insípidos y en la mayor parte de los casos te dan la sensación de estar metidos por compromiso; más de una vez me he encontrado a un personaje abiertamente hostil al que cualquiera de tus líneas de respuesta convierte en un dócil corderito sin que hayas dado un argumento convincente. Y esta dejadez en los diálogos se ve trasladada a una trama que parece escrita por el mismísimo Scott Lobdell, porque me recuerda peligrosísimamente a aquellos cómics en los que no pasaba absolutamente nada… Hasta que al final del cómic les empezaba a dar prisa a los personajes, una historia total y absolutamente carente de sentido del ritmo.
Y es que cuando la historia de un RPG es mala y el combate tampoco mata -que en el fondo es el mismo de Mass Effect 3, que estaba bastante bien pero que no hay nada nuevo bajo el sol- el jugador acaba soltando el mando porque se aburre. No provoca la implicación del jugador que le impulse a seguir para conocer los porqués y los cómos, y esto en el fondo es una tragedia porque el equipo B de Bioware había tenido unos cuantos aciertos en el apartado jugable que con un guión mejor podrían haber aguantado el tipo bastante mejor; ya os digo que el combate es aceptable, la exploración con el nuevo mako es un millón de veces mejor que la pesadilla de Mass Effect 1 y el volver a los grandes espacios jugablemente le sienta bien al juego; el problema es que todos esos planetas están despoblados de historias interesantes, y la mayor parte de las quests te incitan pasar de todo -hay varias quests en las que literalmente te mandan comprar ingredientes a un npc que está a unos pocos metros de distancia, creía que eso ya lo habían superado hasta en los MMOs- y dedicarte sólo a una campaña principal sensiblemente más corta que la de Dragon Age Inquisition. Y mejor no hablamos de algunas de las misiones «de fidelidad», que algunas de ellas son sospechosamente parecidas.
Pero bueno, que ya es universalmente conocido que EA forzó la salida de este juego antes de la cuenta, y que probablemente debería haber tenido también mayor presupuesto. Porque los diálogos chapuceros con tiempo se pueden corregir, y aunque la trama principal sea más complicada de arreglar, lo cierto es que con un par de cutscenes bien dirigidas puedes tapar algunas carencias entre el público menos exquisito. Tristemente no hemos tenido ni siquiera eso, y escenas como la pelea entre líderes krogan o algún reencuentro supuestamente emotivo tienen una comicidad involuntaria que da ganas de llorar. ¡Todo esto sin hablar de los romances, que debería darles vergüenza darle tanto bombo a algo tan mal resuelto! Y ya si sumamos a todo esto que gran parte de los interrogantes de la historia se los han reservado para unas secuelas que ya nunca llegarán, pues como que no merece la pena salir por Andromeda…
De cualquier modo, tengo que romper una lanza por Mass Effect Andromeda, un producto forzado por la obsesión de hacer más dinero en cada semestre: más allá del aburrimiento, más allá de las chapuzas y de lo mucho que te de igual la Iniciativa, conducir el Nomad -que así se llama el nuevo mako- es divertido. Los puzzles serán estúpidos, pero corretear de un lado a otro con el Nomad al estilo Mad Max tenía su aquel, y lo peor de todo es que aunque sabes que iba a ser otra decepción, te da la sensación de que Mass Effect Andromeda 2 podría haber sido muy buen juego, porque los cimientos que ponía esta primera parte se arreglaban cuidando un poco más los diálogos y dándoles más horas a los grafistas para adaptarse al nuevo motor. Mass Effect Andromeda ha conseguido lo que no consiguieron Dragon Age II y demás fiascos de Bioware, que pase de la ira a la tristeza, a la pena.