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Dibujantes bailando y el Universo Marvel patas arriba: Secret Empire

Ya que M’Rabo está demasiado ocupado hablando de lo decepcionadísimo que está por la chapa de Watchmen y el coitus interruptus de Jay Garrick y la JSA -que Johns parece que quiere hacerla volver en un cómic escrito por el mismo, y de paso que vuelva la Legión, el Hypertiempo y hasta Johnny DC si hace falta- yo voy a aprovechar y hablar un poco sobre Secret Empire, esa miniserie de tanto rasgarse las vestiduras porque algunos todavía creen que es debatible el que HYDRA sean nazis y tonterías de esas.

Me cuesta defender a Cassaday cuando me hace ilustraciones como esta.

La cuestión es que hoy no voy a hablar de la historia, porque ya hemos hablado del tema y creo que ha quedado claro que nos gusta lo que por ahora está haciendo Spencer en ella, así que lo que me preocupa es que llevamos 3 números del Imperio Secreto este y tres dibujantes distintos. Me vais a perdonar, pero recuerdo bastante bien a Joe Quesada hará unos once años -ugh, que viejo soy- diciendo que Civil War tenía que retrasarse para que McNiven pudiera terminar sus páginas y todos pudiéramos ver el cómic acabado, que iba a ser maravilloso y que todos íbamos a ser felices al tener un TPB homogéneo con toda la saga y no una chapuza con dibujantes fillineros como había pasado con el Guantelete del Infinito, serie que empezó dibujada por un George Pérez que hacia el número tres pegó la espantada y tuvo que ser sustituido por un Ron Lim que demostró el abismo que mediaba entre ambos autores -y que conste que yo no soy precisamente un fan de Pérez.

Pues no, George Pérez desde luego no es.

Así que cuando leo el número cero de Secret Empire y viene dibujado por Daniel Acuña con un pequeño prólogo dibujado por Rodrigo «Rod» Reis, pienso que la idea es que el prólogo tenga un estilo -después de todo se desarrolla en otra época- por razones narrativas. Pero luego me encuentro el número uno, y me encuentro que lo dibuja McNiven sin que haya un gran cambio en la historia. Y uno ya empieza a mosquearse al llegar al número tres y encontrarse a un Andrea Sorrentino -cuyo estilo ya no pega en absoluto con el de Acuña o McNiven- que dibuja todo el cómic excepto las tres últimas páginas, que las vuelve a dibujar Rod. Y entonces veo que para el número 3 tenemos otra vez a Sorrentino, para el cuatro a Leinil Francis Yu y también para el cinco, pero por lo visto lo han cambiado a última hora y serán otra vez Sorrentino y Rod. Y entonces yo miro el conjunto de la serie, y me cago en todo porque esto no pega.

¿A alguien puede parecerle coherente que todos estos Capitanes América pertenezcan a la misma serie?

Que por si alguien no se ha dado cuenta y está empezando a querer quemarme la casa porque me meto con su dibujante favorito, que se calme porque lo que estoy haciendo es meterme con su editor favorito, que es el que supuestamente tenía que haberse encargado de que, ya que estos crossovers son tan complejos para conseguir sacarlos todos con una periodicidad quincenal, por lo menos que los estilos de los dibujantes se parecieran minimamente. Que alguno me dirá que estoy pidiendo un imposible, pero antes prefiero que me dibujen el cómic Deodato y Yu -que no me gustan, pero por lo menos su estilo se parecería más que el de todos estos- a que me metan un número con Acuña, otro con McNiven y otro con Sorrentino. Si sumamos a esto que la nueva Astonishing X-Men va a seguir la misma política de meterte un dibujante cada número, pues como que me cago en todo.

Imagínate que hubieran ido intercalando a McLeod con Sienkiewicz y de vez en cuando a Milgrom, ¡el locurón!

Supongo que en Marvel no conocen la triste historia de la edición española de Los Nuevos Mutantes, aquel cómic que se vendía como churros a mediados de los ochenta -llegó a ser quincenal y a tener al Doctor Extraño como complemento, un locurón- y que cuando Bob McLeod fue sistituido por un tal Bill Sienkiewicz tuvo un bajón de ventas espectacular gracias a los descastados con pocas neuronas y ningún tipo de sensibilidad artística que abandonaron el barco porque aquel tipo «dibujaba raro». Secret Empire acaba de mezclar tres estilos diametralmente distintos para contar la misma historia, con lo que ha aumentado las posibilidades de que la gente abandone muy exponencialmente. Que alguno me dira que da igual, que la gente se compra los eventos igual y que lo de Age of Ultron es peor, pero es que lo más triste de todo esto es que es el primer crossover en más de una década que saca Marvel y está bien escrito. Y lo están saboteando por el baile de dibujantes.

El guión de Civil War huele a vino, pero lo que queda claro en el TPB es que es la misma historia de principio a fin.

Porque por mucho que el guionista trate de atar lo que hay en cada viñeta con un guión a lo Alan Moore, es el dibujante el que acaba siendo el que marca el ritmo y el estilo de la historia. El tener a cuatro o cinco dibujantes distintos con su propia identidad acaba convirtiendo eso en un collage que sacrifica la fluidez del relato por completo, desconectando al lector de la historia. Que ojo, soy muy consciente de que esto cada vez es más habitual en las dos grandes, pero si algo deberían haber aprendido de Image es que tu puedes vender un evento todo lo que quieras en grapa, que si la historia es buena vas a vender más en el TPB. Y a Secret Empire la están machacando, porque no va a haber hijomadre que se lea semejante batiburrillo. Y ya, si queréis, hablamos otro día de la historia del propio cómic y de la revelación del último número, que a mi es que ya se me han quitado las ganas…

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