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Un año después seguimos recordando a Darwyn Cooke – Batman en “Deja Vu” [Solo #5]

Pese a que me resultaba imposible creer que ya hubiese pasado tanto tiempo, el pasado domingo se cumplió un año desde que Darwyn Cooke nos dejo. Una de esas muertes que siguen doliendo porque se trataba de alguien a quien aun le quedaban muchas historias que contar. Pero como digo siempre en estos casos su trabajo sigue ahí y hará que nunca sea olvidado, así que como quiero predicar con el ejemplo vamos a recordar su obra, centrándome esta vez en un trabajo que quizás no es de lo mas popular pero no por ello es una “obra menor”. Se trata de “Deja Vu” una historia corta protagonizada por Batman que se publico en el n.º 5 de Solo, aquella antología que DC publico hace algo mas de una década y en la que cada numero estaba dedicado a un único creador. Una historia de esas que nos recuerdan que hay autores que realmente entienden al personaje y que ademas nos recuerda lo grandísimo que era Cooke en todo lo que hacia.

Debería hacerme un póster con esta pagina

Una noche aciaga en Gotham la tragedia ataca de una forma que resulta familiarmente dolorosa para Batman. Ante sus ojos y siendo poco mas que un testigo impotente, Batman ve como la huida de unos atracadores se convierte en un doble homicidio que deja tras de si a una pareja muerta en el suelo y a un huérfano sollozante incapaz de entender lo que ha sucedido. Un crimen que Batman no piensa dejar impune y que le lanza en una despiadada ppersecución que le llevara mas allá de los limites de la ciudad contra unos criminales que no son conscientes de las fuerzas que han desatado esa noche…

Y la historia se repite una vez mas

Quizás lo mas curioso de esta historia es que no se trata de una idea original de Darwyn Cooke, sino de un remake de un viejo cómic de Batman de la década de los setenta, en concreto “The Night of the Stalker”, publicada en el numero 439 de Detective Comics (1974) y que estuvo escrita por Steve Englehart y dibujada por el matrimonio formado por Vin y Sal Amendola con tintas de Dick Giordano. Pero sin querer desmerecer el trabajo de estos, no hay comparación posible entre ambas versiones. Mientras que la historia original era una historia que dejaba claro que Englehart entendía muy bien a Batman y los Amendola hicieron un trabajo que podemos calificar de «correcto» (siendo generosos), Darwyn Cooke la hizo suya en todos los sentidos haciendo gala de esa elegancia y sutileza que le caracterizaba y que convirtieron esa pequeña historia olvidada en un clásico moderno con todas las de la ley.

Yo lo siento por los autores de la historia original, pero no hay color

Utilizando una aparentemente restrictiva cuadricula de 2×4 viñetas (que rompe cuando es necesario hacerlo) y una paleta de colores muy limitada Darwyn Cooke nos mostró una cacería contra estos criminales en la que la tensión va creciendo cada vez mas y uno casi puede sentir el pánico que sienten estos criminales al ver que no pueden librarse de su implacable perseguidor, una tensión a la que contribuye incluso el cuidadoso uso de las onomatopeyas (algo que cada día veo que se cuida menos) y un magistral manejo del color que consigue meternos de lleno en situación pese a de nuevo parecer que Cooke se esta limitando. Numerosos ejemplos de lo cierta que es aquella frase de “menos es mas” cuando hablamos de genios con un talento como el que poseía Darwyn Cooke.

Cooke no necesitaba ni mostrarnos lo que estaba haciendo Batman para conseguir que sintiésemos el miedo de los criminales

Pero dejando a un lado el grandísimo talento de Cooke como dibujante, la forma en la que utiliza a Batman es un claro ejemplo de que su habilidad como escritor no se quedaba atrás. En sus manos Batman se convierte en una sombra despiadada, incansable y absolutamente muda. En ningún momento a lo largo de toda la historia Batman dice una sola palabra ni tiene bocadillos de pensamiento (de hecho tod ala historia podria haber sido muda y hubiera funcionado igual de bien), no le hacen falta. En los escasos momentos en los que le vemos y no es simplemente un rápido borrón o una sombra, Cooke consiguió expresar sin necesidad de palabras toda la rabia y la frustración del Caballero Oscuro y sobre todo, en una memorable escena final, un enorme sentimiento de derrota.

Batman casi no necesitaba ni aparecer para que su presencia se sintiese

Porque si, Batman ha atrapado a los criminales, pero en alguna parte de Gotham hay otro niño que llora la muerte de sus padres y eso significa que el ha fracasado en su misión… Un recordatorio de cual es la autentica motivación del personaje que demuestra el mucho juego que se le puede sacar al personaje cuando le escribe alguien que realmente le entiende.

Un Batman  que cuando se encuentra a solas y puede dejar a un lado la mascara nos recuerda que en el fondo sigue siendo tan humano como cualquiera

Por cosas como estas Darwyn Cooke se convirtió en uno de los autores mas grandes que nos ha dado el mundo del cómic y por eso duele tanto haberle perdido a una edad relativamente joven. Pero como digo siempre nos queda el (triste) consuelo de disfrutar de su obra, de ese medio que le gustaba tanto que no dejo de intentar ser un profesional hasta que lo consiguió y nos dio con ello algunos cómics que difícilmente podremos olvidar. Así que leamos su trabajo, admiremos su obra y no olvidemos nunca durante unos años tuvimos el privilegio de disfrutar de un grandísimo artista que se ha ganado con todo el derecho del mundo ser recordado como uno de los mas grandes.

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