¿Se puede detestar hasta el paroxismo al personaje protagonista de una historia y aun así seguir leyendo? Quiero decir, en La Conjura de los Necios todos odiábamos a Ignatius, pero nos reíamos de su patética -y tremendamente amarga- realidad. Otros personajes, como los psicópatas de American Psycho o El Perfume provocaban un interés morboso, basado mayormente en querer ver como empapelaban a semejante escoria, pero la protagonista de Snotgirl, Lottie Person, es detestable de los pies a la cabeza y no me interesa ni lo más mínimo su historia porque… ¡Es una jodida blogger!
Y eso lo sabemos todos, los bloggers son lo peor. Ponen blogs de estos, les ponen nombres como «Revientacráneos» o algo así y se ponen a opinar de todo y todos, poniendo a parir todo lo que les da la gana hasta que empiezan a recibir jamones y los comentarios se llenan de mensajes de «tu antes molabas». Pero mientras sigo recargando la bandeja de entrada a la espera de poder venderme al capital, tengo el penoso deber de mirar con envidia como existen bloggers que van un paso más allá, que se convierten en palabrotas en inglés como «Trendsetters» o «Influencers» y que se ganan la vida a base de sacarse selfies y colgarlos en redes sociales mientras tratan de aparentar que su vida es maravillosa cuando en realidad su existencia se reduce a lo que pasa entre selfies y posts sobre cuantos centímetros tiene que tener una pieza de ropa o cuantos kilómetros de más vas a decir que has corrido esta semana. Lottie Person hace exactamente eso, escribe un blog de moda y trata de aparentar que su vida es maravillosa aun sabiendo que es una mierda.
Porque puedes tener una línea de ropa maravillosa y comportarte como una arpía digna del personaje de Meryl Streep en el Diablo viste de Prada, pero si en realidad no soportas a tus amigas y tras casi un año todavía no has superado la ruptura con tu último (y único) novio, siempre te parecerá que vives un infierno porque la verdad nunca estará a la altura de tu ficción. Y la cosa es aún peor si resulta que una medicina para tus alergias -que son tremendamente hijas de puta porque te pasas todo el año moqueando hagas lo que hagas- es tan fuerte que te provocan alucinaciones, te hacen ver cosas raras o… O yo que sé, hay alienígenas en tu casa o algo, porque en Snotgirl uno no puede estar seguro de que lo que se cuenta es real, es una alucinación de Lottie o directamente es que hay alienígenas vampiros zombie invadiendo la tierra y su único objetivo es torturar psicológicamente la persona más superficial del planeta.
Snotgirl es Brian Lee O’Malley atacando sin piedad ese mundo que nos ha crecido alrededor lleno de «personajes» de internet, de redes sociales y de gente extremadamente feliz en su existencia virtual pero que en la realidad se sienten más miserables que la mayor parte de la gente que les admira. Si Scott Pilgrim era una especie de avatar de la generación de los 8/16bits luchando por llegar a la madurez con un mínimo de dignidad mientras se enfrentaba a veganos y demás exnovios de la mujer de sus sueños, Snotgirl trata de hablar de la generación posterior, esa que ha crecido ya con internet y cuyos ídolos provienen de esa red de redes. El cómic viene dibujado por Leslie Hung, que le da un aire a la historia tremendamente shojo al más puro estilo «Candy Candy», con Lottie pillando tremendas rabietas y sobreactuando ante cualquier cosa que le pasara, pero con un ramalazo siniestro en momentos clave que promete ir mucho más allá a medida que avance la historia.
Snotgirl es un ejemplo de libro de los tiempos en los que vivimos en esto del cómic, otro cómic del que habría pasado completamente si sólo hubiera leído su primer número. Porque, más allá del cliffhanger del final del tebeo, no me parecía que el personaje de Lottie tuviera suficiente interés más allá de su propio patetismo de superficialidad y capitalismo puro y duro. Te podías reir de lo tonta que era, pero eso no es suficiente para mantenerte interesado en una serie. Afortunadamente, el hecho de que viniera firmada por el creador de Scott Pilgrim hizo que siguiera dándole oportunidades al personaje, y tengo que decir que, tras leer los cinco primeros números que corresponden al primer paperback de la serie, la cosa por fín se ha puesto interesante. Sin entrar en spoilers, Snotgirl parece ser una historia de dobles identidades -entre la real y el personaje de internet- bastante más turbia y retorcida de lo que parecía en un principio. Que no digo que esta serie vaya a transformarse en Mr Robot, pero ojito con Lottie que puede que vaya a darnos una alegría a lo largo del año, y todo esto a pesar de lo mucho que la detestamos.