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Lo mejor y lo peor del cómic de 2016 (I)

Al igual que sucede con los videojuegos y la televisión (el cine lo tenemos demasiado abandonado) el mundo del comic también nos ha proporcionado muchas decepciones y alegrías en este 2016 que acabamos de dejar atrás. Han sido muchos los lanzamientos que nos han decepcionado,  los grandes autores que nos han dejado pero también hemos tenido muchas agradables sorpresas que han conseguido que el pasado año fuese un poco menos gris. Pero hoy toca centrarnos en lo negativo, un triste pero necesario recordatorio de todo aquello que dentro del mundo del comic nos ha hecho sentir mal por un motivo o por otro pero que no podíamos obviar.

Y un año mas ambas editoriales se han promocionado con unos diseños que ya no utilizan…

Antes de pasar a temas más ligeros toca hablar de lo realmente trágico de este año, todos los autores que nos han dejado. Tengo que confesar con algo de vergüenza que no conocía a todos ellos y que seguro que me he olvidado de más de uno. En el comic patrio nos hemos quedado sin Víctor Mora, creador del capitán Trueno, el Jabato y el Corsario de Hierro y guionista de Dani Futuro (junto a Carlos Giménez) y un clásico indiscutible del comic español. Pero este no ha sido el único motivo para que el comic europeo se encuentre de luto. Este pasado año también nos dejaron Micharmut (Juan Enrique Bosch Quevedo) y los franceses Marcel Gotlib y Ted Benoit. Al otro lado del charco nos hemos quedado también sin el argentino Carlos Nine, el veteranísimo autor de la EC y de la revista MAD Jack Davis y el no menos veterano rotulista, diseñador de logos Gaspar Saladino (a quien le debemos la imagen icónica de las portadas de muchísimos de nuestros comics favoritos) y el que fue lo único bueno de los 4F de Tom DeFalco, Paul Ryan. Pero en 2016 nos dejaron otros dos autores cuyas muertes me afectaron de una forma mucho más personal tanto por la relativa juventud de los fallecidos como por lo mucho que me había impactado su trabajo.

Descansen en paz

El primer palo me lo lleve en mayo con el fallecimiento de Darwyn Cooke a los 53 años de edad.  Un autor que tuvo unos inicios en el mundo del comic un tanto abruptos (un parón de 15 años entre su debut y su dedicación en serio a este mundillo) pero que se convirtió en uno de esos indispensables en un muy corto espacio de tiempo. Tras su segundo debut con Batman: Ego, llego el gran éxito de Catwoman junto con Ed Brubaker, donde nos presentó a una Selina Kyle más elegante y seductora que nunca y con un rediseño prácticamente perfecto que nadie se ha atrevido a modificar (pese a que muchos de los que han seguido sus pasos no han seguido sus indicaciones de como dibujar dicho uniforme). Pero pese a que tuvo otras obras en su bibliografía (no las suficientes, sigh) para mí siempre será el creador de uno de mis comics favoritos de DC, The New Frontier (Pese a que en el fondo disfrutaba más haciendo comics de serie negra que superhéroes). Este fue el comic que me reconcilio con la editorial en una época en la que yo me encontraba algo decepcionado con sus lanzamientos y con el que Cooke fue capaz de llevar a los héroes de DC a su esencia más pura (y ser el primero en “devolverme” a Hal Jordan). En New Frontier Cooke nos  presentó unas versiones perfectas de ellos que aun no entiendo como DC no tomo este comic como modelo para rehacer su línea editorial. Pero tristemente Cooke nos dejó demasiado pronto y con muchos proyectos que quedaron truncados y con el único consuelo de que pese a haber dejado una obra no demasiado extensa, es una en la que difícilmente podemos encontrar un solo mal comic.

Si alguien no conoce su obra que se haga un favor y se ponga con ello

Y hace tres meses me toco llevarme el segundo palo al perder a otro de mis autores favoritos, Steve Dillon a los 54 años. Pese a que la obra de Dillon es bastante extensa y todavía no me he encontrado con un comic suyo que no me gustase, para mí (y para muchos otros) siempre será el dibujante de Predicador. Este fue otro comic que me pillo en una época en la que andaba algo decepcionado con el comic (mediados de los 90) y esta enorme gamberrada que sabía ser seria, épica o dramática, cuando era necesario, perpetrada por Ennis y Dillon fue un solo de aire fresco que me descubrió un tipo de comics muy diferente al que estaba acostumbrado. Con los años descubrí que tras ese dibujante capaz de dibujar lo que se le pusiese, sin importar lo grotesco, violento o cotidiano que fuese, se encontraba un veterano artista que llevaba media vida dedicándose a esto del comic y que tampoco me decepciono en ninguna de sus obras. Pero al igual que con Cooke, y aunque suene demasiado egoísta, Dillon nos ha dejado demasiado pronto y con muchas historias que contar. Pero ahora lo único que nos queda es recordar las obras de todos ellos, descubrir los trabajos de los autores que desconocíamos y consolarnos pensando que al menos su recuerdo sigue vivo.

A tu salud

Pasando a temas más ligeros tenemos que recordar que aunque comenzó en 2015, fue a comienzos de 2016 cuando por fin terminaron de publicase las Secret Wars de Hickman, aquel crossover estiradísimo al que le sobraban más de la mitad de sus páginas (sumando tie-ins y todo) y que prometía cambiar el Universo Marvel para siempre. Una historia soporífera de la que realmente solo se puede destacar el trabajo de  Esad Ribic y que al final ha servido para poco más que para integrar a Miles Morales (y a Ganke) en eso que Marvel se empeña en no querer llamar Tierra-616, para que el Doctor Muerte sea un antihéroe, para poder justificar cualquier retconeo tonto que quieran hacer y sobre todo para desbandar y marginar a los 4 Fantásticos…

Para ser sinceros tampoco es que tuviésemos unas expectativas muy altas…

Porque si, 2016 ha sido el año en el que por primera vez desde 1961 (55 años, que se dice pronto) no se ha publicado NI UN SOLO comic del grupo que dio el pistoletazo de salida a la Marvel actual. Ya sea porque realmente no saben qué hacer con el grupo o porque es cierta esa teoría de que es todo parte de un complot para joder a la FOX (y a la empresa que tiene los derechos cinematográficos del grupo) al no poder hacer ellos películas del grupo, los 4F como tales han dejado de existir. Reed, Sue y sus hijos están por ahí perdidos recreando el Multiverso fuera de cámara, Johnny se ha convertido en consorte Inhumano y en Vengador y Ben en Guardián de la Galaxia y Agente de S.H.I.E.L.D. Por no tener no hemos tenido ni tan siquiera alguna miniserie, especial o lo que fuese ambientado en el pasado, todo en el mismo año en el que incluso personajes como Foolkiller o Slapstick han tenido miniseries. Un destino un poco triste para ese comic que llevaba como subtítulo lo de “The World’s Greatest Comics Magazine” al que espero que Marvel le dé la vuelta en este 2017 que acaba de comenzar.

A ver si este 2017 es el de su regreso

Y de megaevento saltamos a megaevento. Aprovechando que este pasado año se estrenó la película de Captain America: Civil War, Marvel quiso aprovechar el tirón mediático para publicar una especie de secuela de aquel comic, Civil War II. Con una premisa que era básicamente “héroes se pegan contra héroes por X razón” y con Brian Bendis al volante (quien pese a que este año ha recuperado bastante nivel como escritor sigue siendo horrible para los megaeventos) Civil War II fue tan predecible y aburrida como esperábamos, con unos personajes cuyas caracterizaciones brillaban por su ausencia y del que esperamos que todo el mundo, editorial incluida, hagan una vez más como que aquí no ha pasado nada. De lo que no nos vamos  a librar es de esa manía de enfrentar a héroes contra héroes y este año nos tocara sufrir de los X-Men vs Inhumanos, un comic que no me sorprendería tener que incluir en el próximo listado de estos que haga…

Héroes contra héroes, porque ya no deben quedar villanos…sigh

Y de Marvel también toca quejarse de una tendencia que en 2016 se ha asentado, la de transmitir la sensación de que son ellos mismos los primeros que no confían en su habilidad de crear personajes nuevos. Por eso este 2016 más que nunca nos hemos visto inundados con nuevas versiones que reemplazan o comparten protagonismo con los héroes clásicos. Y esto es triste porque en los viejos tiempos Marvel era una editorial que se arriesgaba, que constantemente estaba creando nuevos personajes que no tenían nada que ver con los ya existentes. Así tras una década en la que pusieron los cimientos de su universo de ficción, en los 70 nos dieron personajes como el Caballero Luna, Puño de Hierro, Powerman, Deathlok, Pantera Negra, Killraven, Nova, El Castigador, Adam Warlock, el Motorista Fantasma, Lobezno y toda una nueva Patrulla-X… Los 80 nos dieron a Capa y Puñal, Longshot, Gata Sombra, Dazzler, Power Pack, Los Nuevos Mutantes… Personajes que no todos fueron igual de exitosos pero que representaban la voluntad de Marvel para innovar.

Esto si que era la casa de las ideas

Una voluntad que se fue secando a partir de los 90 y que ha alcanzado su mayor exponente en el 2016, donde ya no hay personajes realmente nuevos pero si tenemos dos Capitanes America, dos Iron Man, dos Thor, dos Novas, dos Motoristas Fantasma, dos Hawkeye, dos Avispas, dos Wolverine, dos Spiderman… Personajes con los que en algunos  casos se están haciendo cosas interesantes pero que dejan de forma triste y patente que o en Marvel ya no se atreven a arriesgarse con personajes nuevos si estos no van a remolque de un nombre famoso, o si como en aquel caso de DC y Gerry Conway hay algún embrollo legal que hace que si un personaje nuevo es derivado de otro ni los creadores del primero o del segundo reciben royalties (unos que en estos tiempos de adaptaciones cinematográficas y televisivas deben ser bastante jugosos) Pero sea cual sea la razón es ver como la que fue la casa de las ideas se ha convertido en la casa de las fotocopias.

Ctrl+C y Ctrl+V, el nuevo método de creación de personajes de Marvel

Pero DC Comics no se ha quedado atrás y tiene unas cuantas cosas que espero que se queden como un mal recuerdo de 2016 (pero sabemos que no lo harán) Porque aparte de todo lo malo que ya arrastran desde que comenzó el New52, o lo habitual en las grandes editoriales como esos autores que inexplicablemente siguen teniendo trabajo y comics que uno no sabe cómo han recibido el visto bueno para ser publicados (y que es demasiado tedioso y cotidiano como para molestarse en reseñarlo), hay algo que destaca de forma horrible sobre todo lo demás, Watchmen integrado en el Universo DC. Cuesta incluso escribirlo, pero es real y cada día está más cerca. Rebirth abrió las puertas a esta integración con esa escena de Batman sosteniendo la famosísima chapa ensangrentada del Comediante y la insinuación de que el Doctor Manhattan es el responsable de la creación del New 52.

Que falta hacia esto…

Que DC quiere explotar Watchmen todo lo posible no es una noticia nueva, como tampoco lo es que habían jugado con la idea de combinarlo con el resto de sus publicaciones desde hacía mucho, pero siempre limitándose a pequeños guiños como aquel del Question de O’Neill y Cowan soñando con Roscharch. Pero ahora es cada día un poquito más real como el propio Geoff Johns amenaza en Twitter… Que Alan Moore nos pille confesados porque de aquí no creo que vaya a salir nada bueno.

No se yo si feliz es la palabra mas adecuada…

Y por hoy lo dejamos aquí dejando atrás lo negativo de 2016, o por lo menos lo que yo he encontrado negativo (Diógenes iba a ser consultado para elaborar este listado pero en su hotel de St. Moritz siempre me dicen que no está disponible) y he sido capaz de recordar, que estoy seguro de que mi memoria ha debido borrar más de un mal recuerdo relacionado con el comic de 2016 (me cuesta creer que no hayan pasado muchísimas más cosas malas que reseñar) Mañana remataremos (¿para que sigo usando el plural si Diógenes no ayuda?) esta serie de artículos con lo mejor y lo peor del año con todo lo positivo que nos ha aportado el pasado año, que aunque parezca que no han sido unas cuantas cosas. Grandes nuevos comics, autores que han recuperado su inspiración y unos cuantos esperadísimos regresos que se habían hecho esperar mucho pero que han conseguido que valga la pena dicha espera.

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