Se suele decir que la realidad supera a la ficción y que la vida imita al arte, dos frases populares que se aplican a la perfección al Citizen Jack de Sam Humphries y Tommy Patterson, una miniserie de seis números que comenzó a publicarse el año pasado y en la que nos mostraban el camino hacia la Casa Blanca de un candidato presidencial vulgar, grosero e inepto que consigue conectar con los votantes al “llamar a las cosas por su nombre y decir lo que todos piensan” ¿Resulta familiar verdad? Pero parecidos aparte, esta comedia negra de horror enfocada a todo el que está harto de política es mucho más que una horrible predicción convertida en realidad, es un cómic muy divertido que nos muestra la cara más desagradable de la política y nos hace pensar que las cosas podrían haber sido peor ¿no?
Con la de cómics que podrían haberse hecho realidad y tiene que ser este…
Jack Noteworthy no es la persona mejor preparada para ser candidato a la Presidencia de los Estados Unidos, de echo probablemente sea la persona menos indicada para acercarse a un puesto de tamaña responsabilidad. Pero este vendedor de quitanieves de la Minnesota rural con una lista de defectos más larga que su propio brazo tiene un par de ases en la manga que le lanzaran como un cohete hacia la Casa Blanca. Una “naturalidad paleta” que le hace conectar con una inmensa mayoría de la masa de votantes a base de “ser como ellos” y un demonio llamado Marlinspike que le ha acompañado desde la niñez y que a cambio del alma de Jack hará todo lo que esté en su poder para sentarle en el Despacho Oval.
Entre venderte a los lobbies y venderte al diablo no se yo si hay tanta diferencia
Pese al increíble parecido entre ambos en muchos aspectos, Sam Humphries asegura que la idea de este cómic la tenía desde mucho antes de que a Donald Trump anunciase sus intenciones de presentarse a las elecciones presidenciales, lo que convierte a este cómic más bien en una “profecía”. Y es que como nos cuenta Humphries en el propio cómic y en numerosas entrevistas, esto era algo que tenía que acabar pasando. Los políticos como Jack no son algo nuevo, siempre han existido personajes populacheros que han basado su éxito en la política en pretender ser “ciudadanos de a pie” que han querido hacer pasar sus prejuicios por sinceridad y que a base de conectar a un nivel muy básico con una buena parte del electorado y de ser menospreciados tanto por sus rivales como por los votantes de estos han conseguido más de una victoria. Así que se podría decir que tanto Jack como Trump son solo consecuencias de algo que lleva existiendo demasiado tiempo, y que la principal diferencia entre ambos es que el ficticio consigue que en ocasiones empaticemos con él y que el de carne y hueso no ha necesitado (que nosotros sepamos) de ningún pacto diabólico para conseguir su objetivo.
Y lo peor de todo es que Jack en el fondo no es tan mal tipo
Pero si olvidamos por un momento del triste y aterrador momento que vivimos y nos centramos solo en el cómic, nos encontramos con una lectura muy divertida que en ningún momento pretende ser un sesudo y profundo análisis de la realidad política, sino una comedia negra que inspirándose en la degeneración de la vida política de las últimas décadas nos cuenta una divertida (y ahora muy preocupante) historia que ha terminado por quedarse corta en algunos aspectos.
La triste realidad de la política actual
Pero donde el cómic no se queda corto en el aspecto gráfico, donde el dibujante Tommy Patterson, quien cita entre sus influencias a autores tan dispares como Rob Liefeld (en serio) Jim Lee, Frank Frazetta o Michael Golden, y quien parece estar aun buscando su estilo propio (si comparamos su trabajo aquí con lo que hizo en los cómics de Game of Thrones cuesta creer que se trate de la misma persona) aquí a ratos parece más bien un discípulo de Frank Quitely, un nuevo estilo que encaja a la perfección con el horror y el humor negro que esta historia necesitaba.
Tommy Patterson es un dibujante cuya carrera habrá que seguir de cerca
Y aunque de momento la historia de Jack Noteworthy parece haber llegado a su fin, con la situación política actual no creo que tardemos mucho en verle regresar en una segunda miniserie. Aunque viendo como han terminado saliendo las cosas miedo me da que cualquier horror que surja de la imaginación de Sam Humphries acabe siendo superado de nuevo por la realidad, así que no sé si es lo más recomendable desear una secuela de esta historia o si sería mejor que nos quedemos como estamos por si acaso, que con una vez que la realidad supere a la ficción tengo suficiente.