Lo habíamos dejado la semana pasada en Fantastic Four 151 y con Thundra contándonos su triste historia sobre Femizonia, el futuro alternativo en el que nació y en el que el matriarcado opresor esclaviza a los machos y los maltrata muy malamente.
Thundra prosigue su relato contándole a Medusa que, al igual que existe el futuro de Femizonia, también existe un futuro llamado Machus en el que el patriarcado opresor esclaviza a las mujeres. Cada futuro iba por su lado divinamente, hasta que por lo visto los hombres han empezado a rebelarse en Femizonia y las femizonas han llegado a la conclusión -no se sabe el como- de que esto se debe a que su mundo esta siendo influido por Machus. Así que deciden mandar al pasado a Thundra, la femizona más fuerte de todas, para que derrote al hombre más poderoso de la época de la forma más humillante y así el ego masculino jamás haga posible el futuro de Machus. Finalmente, por fín se explica la razón de que Thundra se pegue con Ben Grimm y no con Hulk -que es el más fuerte con diferencia y quien diga lo contrario se equivoca de forma lamentable-, cuando la femizona explica que la máquina del tiempo del Baxter atrae poderosamente a cualquiera que viaja por el tiempo. Todo muy correcto.
Mientras tanto en el edificio Baxter Mahkizmo, el rey de Machus, parece haber llegado al pasado con el objetivo de evitar que Thundra cumpla con su plan, y para ello sigue interrogando a mamporros sobre su paradero a la Antorcha Humana y a Ben Grimm, a los cuales llama afeminados y «pre-hombres» (la palabra «mangina» no se había inventado todavía, supongo). La pelea es un esperpento de mamporros irrelevante en el que Mahkizmo berrea y destroza lo que no está escrito, consigue derrotar a los dos con su Puñetazo de Poder Nuclear y se pone a molarse a si mismo hasta que por fín llega Reed Richards para salvar a sus camaradas y… Pues como que también es apaleado y el número acaba con el pobre señor fantástico cayendo al vacio desde el Baxter. Que por cierto, el que me diga que en los 70 no había decompressive storytelling no ha leído a Conway, que manera de desperdiciar páginas sin contar nada…
El número 152 empieza con el previsible rescate de Reed por parte de Thundra y con la femizona lanzándose a enfrentarse con el Hombre Nuclear, pero según se dan el primer golpe ambos se volatilizan por completo. Por lo visto ambos han sido teleportados al futuro (al de Mahkizmo), con lo que Reed decide que lo mejor es viajar también en el tiempo y todos menos Sue se suben a la máquina del Doctor Muerte para rescatar a la moza. Una vez allí y tras pegarse con unos rudos y varoniles tiparracos que se dedican a pegar latigazos y portar mujeres en plan cavernícola, aparece Mahkizmo y les pega otra paliza, con lo que acaban capturados en su palacio y descubren que Thundra también esta presa y esta siendo torturada. Ah, y Mahkizmo se pide a Medusa para pasar la noche, porque al hombre no le gustan las películas de gladiadores.
La reina de los Inhumanos engatusa durante la noche al Hombre Nuclear que ha aguantado todos los porrazos del tercer ser más poderoso del Universo Marvel de la época, y en un despiste le arrea un botellazo en toda la cabeza y lo noquea. Así de simple, vaya. El número acaba con Medusa pasando de liberar a los 4 Fantásticos y decidiendo pillar la máquina del tiempo para largarse a Femizonia para pedir refuerzos, sin molestarse en dar explicaciones a sus compañeros de grupo; esto deja claro que uno no se puede fiar de los Inhumanos y que la que se ha liado en lo de Death of X es culpa de ellos y de Scott Summers, que es un gilipollas.
El 153 viene firmado por Tony Isabella -sí, el Gran Tony, el creador de Black Goliath, Black Lightning y si no es por los de Bankia también Black Visa- y nos cuenta como los 4 Fantásticos consiguen escapar de su prisión (sin la ayuda de Medusa, porque los Inhumanos son lo puto peor) solo para volver a ser capturados por Mahkizmo, que ha llegado a la conclusión de que si una mujer es más espabilada que tres hombres de esa época, lo mejor que puede hacer es sentenciarlos a morir en la arena. Así que tira a los tres (y a Thundra) a un pozo donde se enfrentan a varios monstruos a los que más o menos consiguen derrotar hasta que Mahkizmo se harta y salta al ruedo para apalizarlos en persona. Y los 4 Fantásticos, aquellos que consiguieron derrotar al mismísimo Galactus, vuelven a ser vencidos por un gañán enajenado que tiene toda la pinta de votar a Ciudadanos. Isabella vete a casa, estás borracho.
Y en estas que estaba Mahkizmo vanagloriandose de su victoria, cuando de repente se abre una brecha espaciotemporal y aparecen Medusa y las femizonas, que se lían a tortas con Mahkizmo y su gente tan loca como ellas. Es en este momento en el que Isabella decide enmendarle la plana a Conway y explicarnos que los 4 Fantásticos han estado siendo debilitados por un generador de pájaras o algo parecido que tiene Mahkizmo, y que la naturaleza de Medusa la hace invulnerable a sus emanaciones y por eso ella pudo escapar y los 4 Fantásticos sólo hicieron el ridículo; Johny fríe el rayo en cuestión y Ben por fín puede darle puñetazos a gusto a Mahkizmo, que el muy gañán decide volver a usar su Puñetazo de Poder Nuclear aun a riesgo de cargarse el planeta en el proceso. Sin embargo y por una razón absurda, el hecho de que Thundra y Ben le peguen porrazos al tipo justo en ese momento provocan que Mahkizmo explote y en vez de provocar un hongo atómico que mande al cuerno a nuestros héroes y nos ahorre la etapa de DeFalco, ambos mundos empiecen a fusionarse y los 4 Fantásticos sean desplazados hasta su propia época. Sí, en serio, así funciona la «ciencia Conway-Isabella», nada tiene puto sentido pero si lo dice Reed Richards parece que hasta es lo más lógico del mundo; supongo que si el Señor Fantástico lo hubiera dicho hasta el mismísimo Shooter habría admitido a Jesucristo en el Universo Marvel.
Isabella -y seguramente Conway, que ya se sabe que en los 70 había mucho mamoneo con los créditos- acompaña este evento con bonitas escenas en las que se ve como las mujeres de Machus dejan de ser un saco de golpes y empiezan a defenderse de sus maltratadores, y como poco a poco pasan de la torta limpia a enrollarse unos con otros. Y así, todo termina con la fusión de los dos futuros, dando lugar a uno en el que ambos sexos son iguales y las «fuerzas de la naturaleza» decidiendo que Thundra debe volver al pasado con los 4 Fantásticos para vivir en un mundo en el que «los sexos son iguales por elección, y no porque dos mundos fueron forzados a estar juntos». Y fín.
Yo ya no sé que decir. No sé si es peor el remedio o la enfermedad, pero lo que me queda claro es que tanto Roy Thomas como Gerry Conway nunca supieron que carajo hacer con los 4 Fantásticos (de Isabella mejor no hablar, ese no sabe que hacer con ningún personaje), y por eso saqueaban cualquier cosa que hubiera escrito Stan Lee. Podríamos pensar que cuando Isabella escribe eso de que en 1974 «los sexos son iguales por elección» el Scott Lobdell de los 70 se esta marcando un Starship Troopers y el comentario es irónico… Pero el resto del cómic está escrito de forma tan chapucera, y tan por debajo del verdadero nivel de Conway -de Isabella mejor no decir nada, que su nivel estaría cercano a la altura del pozo séptico del Hombre Topo- que me queda claro que esta historia va en serio, y que tanto Conway como Isabella no eran nada conscientes de lo que estaban escribiendo.
Thundra seguiría apareciendo por el Universo Marvel de vez en cuando, dando más pena que otra cosa porque nadie supo muy bien que hacer con ella. Actualmente aparece en el Escuadrón Supremo de James Robinson, y afortunadamente todo su pasado como femizona ya no es mencionado por nadie. Por otro lado Mahkizmo, el Hombre Nuclear, volvería a aparecer unos cuantos años mas tarde (18, para ser exactos) en la Hulka de John Byrne… Y mirad, paso de contaros nada sobre esa historia porque es mejor disfrutarla. Basta decir que Mahkizmo es tratado como el personaje mierda que es y Byrne hasta aprovecha las pintas del Heteropatriarca de Machus para meter a su costa una puyita a los personajes noventeros que tan de moda estaban en aquellos tiempos…
Y con esto termina la guerra entre femizonas y machi… Machu… Mache… Bueno, que con esto acaba está tontería. Si alguien me necesita estaré cagándome encima de las obras completas de Tony Isabella, que todavía me dura la indigestión «divina» de la semana pasada…