Estábamos esta semana inmersos en los estrenos de las nuevas temporadas de series, con un Luke Cage a punto de llegar a Netflix y tal, cuando una web clickbaitera de tantas entrevista a Greg Rucka buscando el titular y lo consigue: a Wonder Woman también le van las chicas. Leída la entrevista en cuestión -hecha con el único propósito de sacar ese titular, y el resto al entrevistador le da absolutamente igual- me he cabreado mucho. Muchísimo. Pero no porque a Diana le guste comer almejas, no, lo que me cabrea es que volvemos a la misma hipocresía de siempre, aquí la gente tiene una orientación sexual «alternativa» en cualquier lado menos en los cómics…
Porque en su día Gail Simone ya repitió por activa y por pasiva que Catman era bisexual y en el cómic de eso no se veía gran cosa. Y DC se emperró en decir lo lesbianísima que era Batwoman, para luego prohíbir su boda con Maggie Sawyer y cargarse la relación de ambas. Personajes como el espantajo ese creado por Lobdell para los Titanes -me da tanto asco que ni me voy a molestar en buscar su nombre en Google- afirma ser supergay pero nunca ejerce como tal, igual que el Alan Scott de New52. En DC la homosexualidad es algo que se da de boquilla, mientras que en Marvel la cosa anda parecida, porque cuando no es implícita como lo fue durante años con el pobre Estrella del Norte, se convierte en un evento concreto en una serie secundaria -se casó con un novio inventado cinco minutos antes y a partir de ahí no se supo casi nada del personaje-, se utiliza para conseguir un puñado de titulares y luego todos nos olvidamos del tema, siendo el caso más claro el del Hombre de Hielo (aunque sobre su caso volveré un poco más abajo, que tiene tela). Eso sí, hay que reconocerle a Marvel que en Young Avengers llevaron la cosa un pelín mejor, y Hulkling y Wiccan han podido ejercer sin pasarse todo el día con un cartel de «somos peras con manzanas». Pero estábamos hablando de Wonder Woman, y en este caso la cosa es aún peor…
Porque muchos lectores han visto traicionada su imagen de Wonder Woman -recalcitrantemente heterosexualísima y eternamente fiel a Steve Trevor y hasta a Superman- sin cuestionarse ni por un momento el que estamos hablando de un personaje de William Moulton Marston al que le gustaba tener fiestas de pijamas con las amazonas en las que la ataban y hasta la zurraban en el culete. Aunque hay que decir que el argumento ese de que «tanta mujer junta y sola en la misma isla tiene que provocarte tendencias lésbicas por narices» me parece lamentable y sin pies ni cabeza… Pero dejando estas tonterías aparte, lo cierto es que el tratamiento de los medios de la noticia ha sido un tanto lamentable… Por el lado que más de uno menos podía esperarse:
Porque éste es el gran problema que hay entre muchos plumillas de hoy en día, que creen que si a Wonder Woman le gustan las chicas, automáticamente es lesbiana. Lo cual es bastante más problemático que el que sea bisexual, porque lo uno es un retconeo y lo otro es una «revelación», y es que el que sea lesbiana hace «artificial» su relación con Steve Trevor o con Superman… Cuando ni de coña tiene por qué ser así, y Rucka ni siquiera iba por ahí; lo que está diciendo Rucka es que Diana es bisexual, una orientación sexual que es muchísimo más rara de ver que la homosexualidad. De hecho, en el mundo del cómic yanqui la bisexualidad es algo casi invisible y prácticamente exclusiva de tipos muy raros (alienígenas y tal) o directamente degenerados que están muy locos, como si esto fuera un thriller de psicópatas de los 70. La propia entrevista a Rucka, llevada por un tipo supuestamente muy sensibilizado con estos temas, evita en todo momento usar la palabra bisexual y usa la palabra «queer», y se queda tan ancho. Y alguno dirá que todo esto es una gilipollez, y que lo importante es la coherencia del relato que nos estan contando en los cómics. Vale, ahora voy con ello…
Sabemos que tanto Marvel como DC están como locos corriendo a por el público «de tumblr». Que tratan desesperadamente de atraer a un público «gayfriendly», que tratan de ser feministas cuando ni siquiera entienden el concepto, y que el postureo se ve a la legua. Y a quien critique esa postura, los llaman fascistas retrasados o algo peor; si no te gusta Squirrel Girl eres una mala persona y un desalmado, ya sabes. La cuestión es que ambas editoriales están metiendo la zarpa y estan fomentando un comportamiento tóxico cuyo máximo exponente se vió en los X-Men de Bendis con la revelación de que Bobby Drake, el Hombre de Hielo, era gay. No bisexual, no, directamente gay. Los nuevos lectores, desconocedores de montones de cómics de los 60 en los que Bobby se pasaba todo el rato siendo un salido y buscando novia por todas las cafeterías de Nueva York, pensaron que todos los que se quejaron ante la situación debían de ser homófobos o unos frikis que no veían más allá de sus narices y lo maravilloso que hacía el mundo el hecho de que un personaje con tres o cuatro relaciones heterosexuales estables y que había protagonizado varias historias propiciadas por sus impulsos sexuales de repente fuera gay… Y no bisexual.
Porque Bendis podría haber revelado que Bobby era bisexual, pero que llevaba años reprimiendo ese faceta de su personalidad. Pero no, Bendis fue como un elefante en una cacharrería y dijo que «todo lo demás era mentira» y que lo que le gusta a el son los penes. Ya. Y con eso no solo cabreo a los heterosexuales machirulos intolerantes, si no que también cabreo a los bisexuales y hasta a algunos asexuales, ya puestos. ¿Bendis tiene puñetera idea de lo que es la homosexualidad o la bisexualidad? Que yo no dudo de que el hombre tuviera buenas intenciones más allá del golpe publicitario, pero la metedura de pata fue gorda y su huida hacia delante llamando homófobo a todo el que discutiera esa historia fue aún más lamentable todavía. Lo peor de todo es que, un año después, a Bobby Drake le ha desaparecido su identidad sexual por completo y todo el mundo pasa de hablar del tema, con un «don’t ask, don’t tell» en toda regla… Un desastre absoluto, vaya.
Así que Wonder Woman es bisexual, y supongo que no ejercerá como tal en una buena temporada. Que igual tenemos que se enrolla con Cheetah o alguna tontería así, pero seguramente la próxima vez que se enrolle con un hombre alguien se cabreará y dirá que el guionista de eso es un homófobo y es escoria. DC y Marvel no tienen ni idea de en que jardines se estan metiendo (aunque a estas alturas ni les importa) y sin un Allan Heinberg, un Brian K Vaughn o alguien con un mínimo de cabeza estan destinados a pegarse la hostia. Pero mientras tanto, eso sí, la gente habla de ello, los cómics se venden y el negocio va bien.
Aun así, hay algo en lo que tengo que darle la razón a Rucka… Y es que en esa misma entrevista él es consciente de que da absolutamente igual lo que el piense si no queda plasmado en el cómic. Y que él tiene que escribir una historia, no «una polémica». Y, dejando de lado lo que haya podido pasar con Frank Cho -no olvidamos- tenemos que tener en cuenta que Rucka es el escritor de Lazarus y que su Wonder Woman de momento no esta nada mal… Sí, habéis leído bien, Diógenes no solo esta diciendo que un cómic de Rebirth es bueno, está diciendo que Wonder Woman es un buen cómic (aunque el Year One es un poco coñazo). Y al final lo importante es que el cómic merezca la pena, porque esa es la mejor forma de enseñarle a gente como Brian Michael Bendis que los bisexuales existen y no son bichos raros.