Estos días en Brainstomping andamos de cabeza y me ha tocado escribir algo para hoy, cosa que me resulta complicada porque ahora mismo está más interesante el Juego de Tronos del PSOE que cualquier cómic o serie que saliera ultimamente. Sin embargo, estos días hemos estado hablando de los editores y la buena falta que hace que hagan su trabajo, y en esto que me he dado cuenta de que ayer se publicó el regreso de una de las grandes editoras de la historia de DC al mundillo del cómic, la vuelta de la inconmensurable Karen Berger a esto de las viñetas con Surgeon X. Sólo se ha publicado un número y va en contra de todas las normas de la prudencia y el sentido común hablar del cómic, pero vamos a hacerlo porque toda promoción que pueda conseguir Karen es poca y nosotros por dejar en evidencia a DiDio y compañía hacemos lo que haga falta.
Lo triste es que Surgeon X no parece un título atractivo ni por asomo; el nombre de la serie parece más el de un mal spinoff noventero de X-Men, la portada del primer número es simplona y bastante genérica, y sus autores no muy conocidos en esto del cómic -la guionista Sara Kenney es una productora/realizadora de documentales de la BBC y el dibujante John Watkiss es uno de esos autores con una carrera bastante dilatada entre cine, pintura, animación y cómic, con lo que sus colaboraciones siempre han sido puntuales y curiosamente siempre han sido para Karen Berger. Así que lo único que destaca en la serie es el nombre de Karen Berger, con lo que se da la peculiaridad de que el nombre del editor esté en la portada del cómic, algo muy raro de ver hoy en día.
Surgeon X avanza en los temas ya tratados por Private Eye y otros cómics «neo-distópicos» que estamos viendo últimamente y se centra en la crisis de los antibióticos, una amenaza muy real hoy día y que en la historia que nos ocupa se ha consolidado en el año 2036: el ser humano ha abusado tanto de los antibióticos que los gérmenes se han adaptado y se han vuelto invulnerables a casi todos ellos, con lo que el uso de antibióticos se ha visto restringido por el gobierno y ahora los ricos pueden usarlos y los pobres no. La protagonista de la historia, una cirujana londinense llamada Rosa, reniega de las restricciones gubernamentales y toma la decisión unilateral de darle antibióticos a quien a ella le de la gana, llegando a la conclusión de que su juramento hipocrático está pasado de moda y que a partir de ahora ella decidirá a quien salvar y a quien no, con los dilemas éticos que esto puede acarrear.
Todo esto en un marco lleno de manifestaciones que remiten a V de Vendetta, oscuros secretos familiares y en general, una historia que si tuviera media neurona habría esperado unos cuantos números más para comentar, pero siendo Karen Berger la que está detrás de todo esto y sabiendo la desafortunada portada/título que ha tenido el cómic, como que creo que deberíais echarle un vistazo al primer número y ya me contaréis. Y es que en estos momentos es pronto para saber si Rosa y el secreto de la muerte de su madre es lo suficientemente interesante, si la relación con determinados personajes es circunstancial o si, en general, la historia va a algún lado. Puede que hace años tuviera sentido reseñar un numero uno de por sí, pero a pesar de contar con cuarenta y pico páginas, creo que es temprano para saber si Surgeon X va más allá de los tópicos que arrastra y su peculiar premisa, así que creo que lo mejor será darle un voto de confianza a un cómic que nace con la clara vocación de ser distinto.