Cuando se empezó a hablar de que Sam Mendes iba a colaborar con Juan Antonio Bayona para realizar una serie de terror gótico con gente como Timothy Dalton o Eva Green, la cosa pintaba interesante. Cuando vimos los primeros episodios de Penny Dreadful, nos encontramos con una versión siniestra de La Liga de los Hombres Extraordinarios que se tomaba más libertades sobre el material original de las que Moore se tomó en su día. A algunos nos nos acababa de gustar la cabecera de la serie, pero tras una primera temporada bastante sólida, como que acabamos deslumbrados por Eva Green y compañía. Tres temporadas después la serie ha acabado y no podemos dejar de rascarnos la cabeza…
Porque lo que eran «tramas a largo plazo» han acabado siendo tramas que no iban a ninguna parte. El último capítulo de la tercera temporada se ha dejado tantos finales apresurados, insatisfactorios y conflictos no resueltos que da toda la impresión de que tenemos entre manos una serie cancelada. Pero no, el creador de la serie y verdadera mente pensante tras ella, John Logan, jura y perjura que éste era el final que tenía pensado para la serie desde un principio, y que si no nos avisó de que la serie se acababa el domingo pasado, fue porque quería mantener el shock y la sorpresa en el espectador. Pero cualquier televidente que ignorase todo esto daba por hecho que estaba viendo otro de tantos season finale… Hasta que apareció un infame letrero de The End. Y ya nadie entendió absolutamente nada. Pero mejor vamos a repasar esta historia con un poco más de detalle…
Penny Dreadful es una historia coral inspirada en la literatura fantástica de la Inglaterra del siglo XIX, tratando de homenajear la literatura barata sobre hechos espeluznantes que tan de moda estaba por la época. La trama mezcla liberalmente las historias de Drácula, Frankenstein o el Diario de Dorian Grey sin cortarse un pelo, creando y deformando las historias de estos personajes a placer. Sin entrar a detallar en que se basa tal o cual personaje, podemos decir que la historia empieza cuando el padre de Mina Murray -el aventurero Malcolm Murray, interpretado por un excelente Timothy Dalton- se pone a buscar a su hija que ha desaparecido. Para encontrarla cuenta con una amiga de la infancia de ella, Vanessa Ives la cual cuenta con ciertos poderes místicos que atraen tremendamente a las fuerzas de la oscuridad, además de su fiel criado africano Sembene, un pistolero americano llamado Ethan Chandler y el doctor Victor Frankeinstein, un tipo que en sus ratos libres le da a la heroina y a robar cadáveres para crear vida artificial.
Podemos pensar que Penny Dreadful era una «historia rio», una trama coral en la que los personajes no tenían razones para cruzarse entre sí, pero aun así lo hacían. Personajes como Dorian Grey se van cruzando con los protagonistas sin que el espectador acabe de entender a santo de que aparecen en ella, pero somos optimistas y creemos que sus apariciones tendrán algún sentido… Hasta que no lo tienen. Penny Dreadful estaba contando un culebrón sobrenatural y se presuponía que todo lo que contaban tenía sentido, pero su final hace pensar todo lo contrario… Y eso cabrea. Pero mejor me dejo de marear la perdíz y voy directo al meollo de la cuestión, así que a partir de aquí empiezo con los spoilers:
Desengañemonos, la protagonista de esta serie era Vanessa Ives, y su trama es la única que parecía importar. El que Drácula o el diablo sean destruidos es irrelevante, lo único que importa es que Vanessa muere… De forma patética, porque al fín y al cabo la tenemos durante siete episodios resistiéndose al mal y presta y dispuesta para destruir a Drácula, para que al final del capítulo se entregue a él en cuerpo y alma como «reina de la oscuridad» o alguna pollez semejante. Y en el final de dos capítulos seguidos que tuvimos este fin de semana, nos encontramos con que Vanessa no hace otra cosa que dejar que llegue el fin del mundo, poner cara de loca y esperar a que llegue su exnovio a pegarle un tiro mientras Drácula se pega con todos sus amigos y no muere absolutamente nadie más que ella. Todo su sacrificio y toda su lucha personal no ha valido de absolutamente nada, el personaje parecía tener una evolución hacia su propia afirmación personal al tratar de liberarse de las cadenas de sus traumas personales, pero eso no la ha hecho más fuerte y sólo la hace morder el polvo.
Por su parte Malcom Murray y Ethan Chandler son los que tienen un final más «redondo», los dos pierden a sus familia y la ganan al tenerse el uno al otro, pero en el caso de Ethan la cosa es más escabrosa… Porque Kaetenay, el apache interpretado por Wes Studi, nunca llega a tener una resolución con Chandler, el pobre chaval al que condenó a la licantropía porque tuvo una revelación «de Dios». Queda claro que Ethan tiene ganas de matarlo, pero se presupone que después de la muerte de Vanessa no está de humor. Pero lo peor de todo está en el personaje de Brona, esa prostituta interpretada por Billie Piper que muere de tuberculosis al final de la primera temporada y de la que Ethan estaba perdidamente enamorado; y es que el Doctor Frankenstein, sin el conocimiento ni permiso de Chandler, decide resucitarla para acabar enamorándose de ella. La serie acaba con una Brona que ha recuperado todos sus recuerdos pero que nunca llega a reencontrarse con Ethan… Y es que ninguno de los personajes principales de la serie llega a saber que Frankenstein va por ahi robando cadáveres y resucitando gente, pero eso es mejor mirarlo con más detalle…
Porque Frankenstein en la primera temporada guarda en secreto los chantajes de su primer hombre resucitado, un tipo amnésico que detesta a su «recreador» porque lo ha convertido en un monstruo. La criatura se pasa toda la serie buscando su sitio en el mundo, y llega a interactuar con Vanessa Ives y hasta hacer amistad con ella, pero nunca se inmiscuye en las tramas principales a pesar de que les habría venido de perlas, pero esto habría dejado en evidencia los experimentos del buen doctor. Y es que la Criatura se pasa toda la serie buscando su lugar en el mundo y perdiéndolo, ya fuera por la crueldad del prójimo o por casualidades de la vida, con lo que acaba la serie como la empezó, completamente solo y sin llegar a ningun entendimiento con su creador. Y por otro lado tenemos al doctor Jekyll, que es presentado en la tercera temporada sólo para que sirva de ayudante -por mucho que le joda- en los experimentos de Frankenstein y que al final de la serie revela que va a heredar el título de «Lord Hyde». Ooooh…
Un tipo grande.
¿Otros personajes de la tercera temporada que no sabes a santo de que vienen? Pues la psicóloga de Vanessa Ives, que si hubiera sido asesinada por Renfield al principio del penúltimo episodio habría liberado algo de tiempo para cerrar otras tramas; al final todos sabemos que ella es la reencarnación de la bruja que entrenó a Vanessa, no hacia falta ni que Malcolm mencionara que en sus viajes conoció la religión hinduista y su ciclo de reencarnación (aunque eso huele más a secuela de la serie con una Vanessa reencarnada, pero bueno). Por otro lado tenemos a la maravillosa Catriona Hartdegan, un personaje que sustituye al señor Lyle en la serie (un tipo estupendo que sale de la serie como es debido, bravo) y que supuestamente sirve para algo. Y no. Quiero decir, llega, pega tiros, es superguay y muy molona, pero no hace nada. La gente en internet tenía mil teorías sobre su identidad, pero al final Catriona lo único que hace es matar vampiros y poner cara de pena delante de la tumba de Vanessa. Y fín.
«-Cuando soy buena, soy muy buena, cuando soy mala… Soy la peor.»
La serie apesta a cancelación, aunque bien es cierto que a lo largo de la misma John Logan nunca se cortó a la hora de despachar algunos personajes de forma poco ceremoniosa. Casi todas las tramas que iban sobre Dorian Grey eran relleno y resueltas de forma chapucera, con lo que es posible que todo esto sea un fraude… A menos que el año que viene nos encontremos con que John Logan estrena nueva serie con Eva Green y al final del primer episodio nos encontremos que aparece Catriona Hartdegan con una máquina del tiempo y le dice que es la reencarnación de Vanessa Ives, y que Drácula viene a por ella. Vete a saber, a John Logan parece gustarle demasiado eso de «sorprendernos»…