Cuando le preguntas a la gente cómo desapareció el Imperio Romano, te suelen decir que lo conquistaron los bárbaros. Que se cayó allá por el siglo V y que luego ya vino la Edad Media. No suelen hablar del idiota de Teodosio dividiendo el Imperio en dos un siglo antes (oriente y occidente, que era la parte de Roma que se cae antes), y gracias a Sálvame cada vez menos gente se acuerda de que la otra mitad del Imperio Romano no cayó, si no que siguió existiendo de una u otra manera hasta el siglo XV. Como su capital (lo que ahora se llama Estambul) estaba en la región de Bizancio, hoy en día no lo llamamos Imperio Romano de Oriente y lo llamanos Imperio Bizantino, que es una idiotez tan grande como llamar a España Imperio Asturiano.
Otra tontería que suele pensar la gente es que según se acabó el Imperio Romano de Occidente, Europa se cubrió de una especie de bruma terrible que devolvió el oscurantismo a la humanidad. Y una porra. En el Imperio Bizantino siguieron todos discutiendo temas de filosofía y arquitectura durante siglos, siendo la envidia de toda esa europa occidental que se había llenado de bárbaros que no sabían lo que era un buen baño, y de hecho gran parte de sus problemas no vino de los reinos más orientales o de los avances del Islam, sino de esos reinos «cristianos» hijos de puta que hicieron cosas como saquear su capital (por entonces llamada Constantinopla) y que se pasaban el día haciendo cruzadas, conquistando y reconquistando territorios del Imperio Romano de Occidente y, en general, proclamándose emperadores del «Sacro» Imperio Romano a pesar de que gobernaban desde un poblacho de Francia. Carlomagno se llamaba el nota, con toda la jeta. Pero volvamos al principio, cuando Roma acaba de caer y montones de bárbaros andan peleándose entre sí por los despojos del cadaver…
Y es que con tanta soplapollez como andaban los bárbaros, no era de extrañar que lo primero que hiciera el Imperio Romano de Oriente fuera intentar hacerse con el Imperio Romano de Occidente, así que durante el primer siglo posterior a la caida de Roma, gente como Justiniano se lió a conquistar Italia, el norte de África y hasta parte de Hispania mientras seguía pegándose con los persas (que en aquellos cinco minutos se llamaban Imperio Sasánida). Como a Justiniano le sobraba el dinero porque había descubierto no sé que minas, el tío se volvió un espléndido y empezó a pagar un pastizal en mercenarios, con lo que su General Belisario pudo conquistar lo que no está escrito (porque Belisario si que molaba), a pesar de que los Sasánidas periódicamente interrumpían la «paz eterna de oriente» con otra invasión para pedir más dinero (con lo cual ni persas ni sasánidas, eran el Imperio del Primo que Siempre Te Pide Algo Suelto).
La cuestión es que entre que a Justiniano le entraron celos de Belisario y empezó a marearlo y para colmo que el propio Belisario se iba haciendo mayor, todo lo que reconquistó el Imperio Bizantino de la Roma occidental duró muy poco tiempo. A los tres años de la muerte de Justiniano perdían toda Italia a manos de una invasión Lombarda, los territorios andaluces que habían conseguido en Hispania fueron reclamados por los visigodos unos cincuenta años más tardes (es que en España las cosas que hacen a su ritmo) y el norte de áfrica, ése que Justiniano se había asegurado para mantener el control del Mediterraneo, se llenó de una gente muy divertida que empezó a decir que ni dios ni Jesucristo, que Alá era el único dios y Mahoma su profeta, con lo que más de uno piensa que todas las conquistas locas y manirrotas de Justiniano sólo sirvieron para desestabilizar el norte de áfrica lo suficiente como para dejar el terreno bien preparado para la extensión del Islam, cosa que el Imperio Bizantino acabaría pagando durante el resto de su existencia…
Y es que cien años después de la sacada de chorra de Justiniano, las cosas habían ido de pena para el Imperio, que había estado luchando contra bárbaros en occidente, sasánidas en oriente y poco a poco había visto como su territorio había ido menguando. No habían ayudado las políticas de algunos generales, que habían decidido la conversión forzosa de todos los judios al cristianismo por toda siria, con lo que los judíos empezaron a recibir con los brazos abiertos a los persas. Tras unos 50 años de guerra con los persas y llegar a perder su preciadísima tierra santa en favor de ellos, los bizantinos consiguen recuperarla y firmar la enésima paz con los persas, que empiezan a sentir que algo raro está pasando entre los árabes. Corría el año 630 y tanto persas como bizantinos están derrengados, en menos de 50 años los árabes conquistarían a los persas y empezarían a acercarse peligrosamente a Constantinopla…
Para muchos historiadores es en esta época en la que el Imperio Romano de Oriente deja de ser tal y pasa a ser Imperio Bizantino, un reino medieval. Y es que los griegos pasan de tener una arquitectura clásica a una más «militar», a una configuración de ciudad más «fronteriza» que es consciente de que las grandes villas y avenidas son bastante más difíciles de defender ante los ataques de los árabes. Para colmo de males y tras conseguir estabilizar la situación con respecto a los árabes (entre otras cosas porque el Islam empieza a tener bronca entre sunies y chiies y prefieren pegarse entre ellos mismos), las tribus eslavas que poblaban parte de grecia, bulgaria, albania y la antigua yugoslavia, que hasta entonces han reconocido la soberanía bizantina pero se habían vuelto levantiscas, se ven presionadas por la llegada de los búlgaros, que en un principio entablan buenas relaciones con los bizantinos pero que pronto empezarán a tener conflictos con ellos.
Y aquí acabamos con los bizantinos a finales del siglo VII y con su territorio tremendamente menguado por musulmanes, tribus eslavas y los búlgaros. Han conseguido mantener asia menor y parte de Grecia, Creta, la propia Bizancio y algunos territorios de Italia e islas como Sicilia, Córcega y Cerdeña, pero han sido expulsados por completo del norte de áfrica y siria, con lo que el Imperio ha perdido sus principales graneros y se ve obligado a reformar parte de su territorio en villas agrícolas para poder alimentarse. Constantinopla ha pasado de tener medio millón de habitantes a tener decenas de miles, va a ser una edad media muy larga…