Nunca es bueno alegrarse por el fracaso ajeno, y al final que una película salga adelante y sea un horror tiene una solución tan fácil como no verla. El problema es que esa película horrenda tenga éxito y marque tendencia, contaminando o evitando que aparezcan películas posteriores. Superman Lives iba a ser el relanzamiento del personaje en el cine a finales de los 90, pero después de marear la perdiz una buena temporada, Warner decidió cancelar el proyecto y lo único que nos quedó de el fueron unas cuantas fotos de Nicholas Cage vestido de Superman y poco más. Hasta hoy…
Porque a través de Kickstarter un tal Jon Schnepp ha sacado adelante un documental para reivindicar el proyecto por encima de todo el cachondeo y leyenda que se ha extendido a lo largo de los años que han pasado desde la cancelación del proyecto. En los 100 minutos que dura, somos capaces de vislumbrar el proceso creativo de una película que se fue hundiendo a sí misma por su propia ambición, en una época en la que Warner estaba encadenando fracasos y necesitaba estar segura de lo que sacaba al mercado. Todos hemos oído la famosa charla de Kevin Smith sobre su participación en el proyecto, hablando de como Jon Peters -el expeluquero de Barbara Streisand- convirtió la experiencia en algo surrealista y extraño. De como Peters le pedía que Superman no volara, no llevara el traje y que al final de la película hubiera una pelea contra una araña gigante. El documental tomará la historia de Smith como punto de partida y le preguntará a Peters sobre ella, que la negará rotundamente. Sin embargo, a medida que avanza la historia nos vamos dando cuenta de que es muy probable que Peters lo dijera en algún momento -se puede ver como Superman lleva otro traje, o hay momentos en los que se piensa en no hacerlo volar y que haga una especie de parkour kriptoniano y por supuesto la araña gigante está-. Y luego está el hecho reconocido por Peters de que él no lee los guiones, porque prefiere «visualizarlos» mientras se los leen.
A partir del momento en el que dejan de contar la versión de Smith y éste es despedido en favor de Tim Burton y su equipo, el documental empieza a perdonarle la vida a la película constantemente, dejando entender que da igual que la película no vaya realmente sobre Superman, que a Burton había que haberle «dejado hacer». El problema es que la película ha sido un proyecto de Jon Peters desde el minuto uno, y si Burton rodó sus dos Batmanes en Inglaterra para mantenerse alejado de él, Superman iba a rodarse en Los Ángeles y terrorificamente cerca de la casa de Peters. Uno no acaba de entender como Burton coge a un personaje tan icónico como Superman y trata de contar otra de sus historias sobre inadaptados, cosa que se mantendría durante todo el proyecto -Clark Kent iba a ser más alienígena que el propio Superman, siendo un bicho raro hortera- y hasta heredaría el Superman de Snyder; A Peters debió de gustarle mucho la idea -no olvidemos que el hombre ha sido productor de todas las películas de superhéroes de DC menos los Batman de Nolan, y eso se nota- y así es como acabamos con un Man of Steel con ideas tan «raras» como un Pa Kent que no quiere que Superman ayude a la gente.
El documental se pasa casi la mitad de su metraje en examinar detalles de producción como el traje, diseños de personajes y demás, y se olvida de explorar más a fondo la historia y relaciones entre los personajes. Nos viene a contar que durante las tres o cuatro versiones del guión que se realizaron Superman iba a morir peleando contra Doomsday (que iba a ser un bicho totalmente distinto al original) y que Lex Luthor iba a hacer algo chungo, que Brainiac iba a atacar la tierra con su nave calavera y que probablemente los dos se iban a fusionar y luchar contra Superman después de la resurrección del kryptoniano.
Y es que más allá de que Superman era kryptoniano y moría luchando contra Juicio Final, poca cosa iba a quedar del cómic original. Lois, Jimmy y Perry apenas son mencionados en el documental (se habla de Bullock como Lois, pero Burton rechaza de lleno ese casting) y el Krypton que se ve en la película era una versión completamente nueva y diferente. El documental, como decía, acaba perdonándole la vida a la película y hablando de que el traje «final» se iba a parecer más al original -de hecho hasta tenía calzoncillos rojos, un lujazo-, aunque fuera plasticoso y muy del estilo del del Batman de Burton. ¿Podría haber salido una buena película? Yo diría que no, porque la gente implicada iba a chocar e iba a ser incapaz de sacar el proyecto adelante. Porque tampoco olvidemos de que estamos hablando de una película que se iba a estrenar en la segunda mitad de la década de los 90, una época en la que casi todos los blockbusters se la pegaron porque les había dado por olvidarse de que los efectos especiales no son el centro de la historia (que tampoco es que se acuerden mucho de ello hoy en día, pero bueno). «The Death of «Superman Lives»: What Happened?» es una experiencia curiosa de ver, porque como documental no es objetivo en absoluto y viene a lamentar que Burton no sacara adelante su visión de la película, poniendo a Peters como villano absoluto de toda la historia. Esto creo que es un error, porque si bien es cierto que la película se desarrollo sin que la mitad del personal supiera que estaba haciendo la otra media, y el diseño artístico es totalmente caótico porque muchas cosas se hacían «porque un día llegaban y te pedían diseñar un monstruo robot sin darte ningún contexto», me queda claro que Burton algo de responsabilidad en esto si que tenía. Y para muestra, os dejo con una transcripción de una conversación entre Cage y Burton durante una de las pruebas de vestuario:
CAGE:¿Que significa la capa? BURTON: Bueno, eso es... Ya sabes... Es otra cosa, ya sabes... Es algo que.. Uh.. Quiero decir que iba a tratarla otra vez de la misma forma, como si fuera una... CAGE: ¿Es sólo una versión más pequeña? BURTON: Es una... Para eso estamos aquí, para... CAGE: Sí.
Creo que no hace falta decir más, ¿no?