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El Batman que es aún peor que Batman Forever: Batman & Robin

Después del clamor popular para que hablara de Batman & Robin, película que jamás he visto ni quise padecer, no tengo más remedio que hablar de este aborto de orco. Pero que sepais que os odio y que vais a ir todos al infierno.

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!

Arnold Schwarzenegger (Mr Freeze) va el primero en los créditos, esto de poner al villano antes del héroe no se hacía desde que en la primera película Jack Nicholson salía antes de Keaton. ¿Buen presagio? Nah… Por cierto, de todas las veces que la gente me ha hablado de los horrores de esta película, nadie me mencionó que los títulos de crédito iban con efectos de sonido. Cada intérprete viene acompañado por un pequeño sonido asociado a su personaje, así el título de Arnold desaparece en el fondo de la pantalla con un ruido de cristales de hielo o algo parecido, Chris O’Donell y Alicia Silverstone desaparecen con el ruido de sus motos y cosas así de horteras que no sé hasta que punto vienen a cuento. Por lo demás poco os puedo decir más allá de lo obvio, si como dicen esta película debía ir tres mil pasos más allá en su emulación de la serie de Adam West, creo que lo mejor habría sido meter unos títulos menos siniestros, aunque me da que lo último que puedo pedirle a esta película es coherencia…

Es curioso que la gente se quejara tanto de los primeros planos del culo, cuando resulta que estos ya salían en Batman Forever…

El Batman de George Clooney no es Batman, es Adam West. Su forma de moverse, de sacudir la cabeza y de sonréir en todo momento es característica de aquel actor, y el componente «familiar» que se recalca a lo largo de toda la historia hace que me pregunte en todo momento dónde estará la tía Margaret (o Harriet, o como se llame la señora esa que vivía con ellos en la serie de los 60). Y respecto al nuevo batmovil, pues maravillarme de que todo lo malo del de Forever aquí va más allá, porque tiene más neones y directamente parece el PC de uno de esos enajenados del moding que le meten leds a todo. Si a eso le añadimos que es monoplaza y descapotable, llegamos a la conclusión de que eso no es un coche, ¡es un kart!

Hubiera preferido un Mario Kart de Batman antes que la cosa esta, pero bueno…

En la imagen de arriba habréis podido observar -si es que la hemorragia ocular os lo ha permitido- que el plano esta ladeado, como en diagonal. Joel Schumacher, consciente de que tenía carta blanca para hacer el animal todo lo que quería y deseaba, se pone a experimentar con el encuadre y decide que dejar muchos planos torcidos es una maravillosa idea, con lo que a lo largo de toda la historia no pararemos de tener la sensación de tortícolis. Este tipo de alegres experimentos es lo que provocaría años después que nos mareamos con la cámara al hombro de Man of Steel, así que ya tenemos otra cosa que agradecerle al bueno de Joel.

¿Quién podría creerse que el Batman que se enfrentó a Jack Nicholson acabaría convertido en esto?

Lo cierto es que el entusiasmo por el «todo vale» se fue contagiando al resto de colaboradores de la cinta, con lo que las actuaciones de los actores son cada vez más exageradas y hasta el montaje sufre de los más estúpidos fallos de racord -mención especial a la primera aparición de Freeze, con los policías guardando las pistolas durante un tiroteo, pasándosela de una mano a otra y demás tonterías. Pero bueno, ya que estamos, hablemos de los nuevos villanos…

Mr Freeze, parcialmente basado en el de Batman Animated Series.

O no tan nuevos, porque tanto Mr Freeze como Poison Ivy repiten el origen de Catwoman y el Joker: Ivy es asesinada por su propio jefe al descubrir sus siniestros planes y regresa para vengarse, mientras que Freeze se cae sobre un pozo de productos químicos y muta en un tipo pálido que se vuelve loco y se lía a atracar bancos y cosas así, repitiendo en cierta forma el origen del Joker y el de Dos Caras. Y Bane… Bane esta bien, es muy fiel al del cómic, yo diría hasta mucho más honesto porque lo convierten en un simple esbirro y no tratan de jugar a hacerlo superinteligente.

Si esta imagen te recuerda a la película de Nolan, es que estás empezando a entender todo lo que salió mal en The Dark Knight Rises…

Tengo que admitir que me ha costado mucho tragarme la película entera, porque de tan mala que es me aburría y me quedaba dormido. Ya en el momento en el que Batman bajó surfeando por la espalda de un dinosaurio y Nightwing entró en el museo en moto dejando un agujero con la forma de su escudo, me quedó claro que esto ya no era ni el Batman de Adam West, esto es otra cosa totalmente distinta y sin ningún sentido. A partir de aquí intentaré pensar en esta película como si fuera un cuadro de de Kooning; sabes que detrás de lo que estás viendo hay una intención clara, pero la primera impresión te repele y te hace ser consciente de que probablemente no quieres conocerla.

Uma Thurman disfrazada de gorila, porque la dignidad de un actor no tiene precio…

Y es que la película es tan mala que destacar sus fallos es redundante. Empezando por un guión que introduce personajes «porque sí» (que alguien me diga que pinta el personaje de Elle MacPherson) por una fotografía que se cree que estamos en un musical de Broadway y que mezclar dos colores en un plano es un delito capital, pasando por una insustancial repetición de planos irrelevantes que no hacen más que ralentizar la acción totalmente y prescindir que desarrollar una historia elaborada a partir de retales de películas anteriores -lo de Batgirl clama al cielo, ¡prácticamente hace lo mismo que Robin en Batman Forever!- Batman & Robin es la misma mierda que Batman Forever, es todo lo malo de Batman Returns destilado y envasado en un nuevo producto que ni siquiera puede (o pretende) escudarse en una mística de «obra de autor».

Otro chiste malo, otro de tantos.

Porque Schumacher está aquí tratando de hacer comedia, y se cree que en la comedia camp todo vale, sin darse cuenta de que -oh dios mio lo que voy a decir- en el Batman de Adam West las cosas se hacían muy en serio, y se seguía un orden dentro de ese caos. Los guiones no eran un conjunto de escenas hipotéticamente molonas pegadas con pegamento de barra, eran formuláicos y tópicos, pero tenían su propio sentido, eran coherentes.

Lo lamentable es que, gráficamente, tanto Ivy como Bane son adaptaciones fieles al original.

A Schumacher se le acusó de haber vuelto al camp, de traicionar al personaje, pero si realmente hubiera hecho sólo eso por lo menos tendríamos una película con la que reirnos. Este Batman no sólo no hace gracia, es que aburre, y eso es lo peor que se puede decir de un blockbuster veraniego que se supone que viene a reventar la taquilla. No es de extrañar que el fracaso de la película (que aun así dió dinero) sepultara totalmente a la franquicia, y que Warner no se atreviera a recuperar el personaje hasta siete u ocho años después y ya en plena fiebre superhéroica tras los estrenos de Spiderman o X-Men.

Miralos, que contentos se han quedado sin saber que estaban arruinando su carrera…

Schumacher no volvería a dirigir un Batman, a pesar de que Batman Triumphant ya estaba más o menos avanzada y amenazaba con poner a Nicholas Cage como oponente principal, llegando a recuperar al mismísimo Joker de Jack Nicholson para vete tú a saber que tontería. Tras reconocer su derrota de cara a la opinión pública -y tras las declaraciones de George Clooney pidiendo perdón a los fans de Batman-, Schumacher empezó a hablar de devolverle el personaje a los lectores y hacer una versión fiel de Año Uno, pero todo el posible crédito que pudiera tener para con la franquicia se había evaporado. El siguiente Batman sería más oscuro, más siniestro y supuestamente más fiel al cómic, pero eso ya es otra historia…

Y colorín colorado, esta lamentable etapa de Batman se ha acabado.

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