DC comics por fin ha confirmado todos los títulos que formaran parte de ese evento que durante un par de meses reemplazará a todas sus series regulares durante un par de meses mientras se completa el traslado a sus oficinas de la costa oeste. Ese evento en el que alguien (Brainiac) crea un mundo formado por trozos de multitud de tierras alternativas (cada uno encerrado bajo una cúpula) y cuyos héroes tendrán que enfrentarse entre ellos, serie que no se parece en nada a las nuevas Secret Wars de Marvel, esa historia en las que alguien crea un mundo formado por trozos de multitud de tierras alternativas y cuyos héroes tendrán que enfrentarse entre ellos (yo sigo esperando a que esto sea un crossover no oficial entre ambas editoriales montado a espaldas de dichas editoriales). Convergence constará de una miniserie principal de nueve números y cuarenta ¡CUARENTA! miniseries de dos números, y yo normalmente pasaría como de la mierda de algo así, que ya estoy más que escarmentado con los megaeventos. Pero el que este evento vaya a servir para recuperar (muy brevemente) a buena parte del “autentico” Universo DC va a hacer que me sienta obligado sin remedio a leerlo… (soy algo masoquista)
Hay que reconocer que como excusa para crear una historia esto de dar tiempo a los autores, editores y demás empleados de DC para la mudanza es más original que lo de hacer una serie para vender muñequitos o para poder quitarse de en medio a personajes que ya no interesan… (cof, cof, originalsin, cof) pero me temo que el resultado final vaya a ser igualmente decepcionante. Tampoco dan demasiadas ganas de leer Convergence cuando uno ve el recochineo con el que aparece el primer número de esta historia en el previews de marzo y podemos leer frases como:
“¿A dónde van los mundos cuando mueren?”
«Todos los mundos que recuerdas aun pueden encontrarse en Tellos.
Todo importa. Cada historia importa”
Mi problema (y el de más gente) nunca ha sido que las historias del pasado no importen, sino que muchas de las historias que me gustaría poder leer en el presente son imposibles porque determinados personajes ya no existen o lo hacen de una forma que resultan irreconocibles, pero eso es algo que en DC nunca han parecido entender… Así que no, no debería tener interés en esto, pero la curiosidad y la nostalgia son más fuertes que mi voluntad y he acabado echándole un ojo a lo que va a aparecer en Convergence y es posible que mis ganas de leerla hayan aumentado un poco (solo un poco)…
El contenido exacto de esta saga se nos fue descubriendo casi con cuentagotas, revelándonos que la saga estaría dividida en una especie de cuatro “bloques temáticos” de lo que DC considera sus épocas más importantes y que me dejaron claro a qué clase de público estaba dirigida la saga… A los pobres nostálgicos que añoran una DC que no ya existe. La primera semana estará dedicada a los héroes de la DC Pre-Flashpoint, y resulta de lo más curioso y esclarecedor leer declaraciones del propio Didio en las que reconoce que el final de aquel universo fue algo brusco y se quedaron algunas cosas sin resolver… ¡Quien lo iba a decir!
Así que en esta primera cúpula (gente atrapada en una cúpula durante largo tiempo y enfrentados entre sí, como salga un huevo mágico o mariposas me pondré a gritar) en la que viven estos héroes y que están a punto de ser invadidos por los personajes de Flashpoint (muy “sutil” la simbología) podemos encontrarnos entre otros con un Superman (con su traje de verdad) casado con Lois (con su amor de verdad) y que esperan el nacimiento de su hijo. También vemos por ahí a Atom (Ray Palmer) tratando de rescatar a su sucesor Ryan Choi, que no estaba muerto como se creía (y como luego dejo de existir pues daba igual…) Y también nos encontramos con que Stephanie Brown no solo vuelve a ser Batgirl, sino que forma equipo con Cassandra Cain y con Tim Drake. ¿Puede mejorar esto? Pues yo diría que sí, ya que si Steph es Batgirl, Barbara Gordon no podía ser más que Oráculo y encima reevaluando su relación con Nightwing. ¿Puede mejorar aun más la cosa? Pues…
¡Wally West es Flash! y junto a sus hijos trata de localizar a su esposa Linda y escapar de los invasores de la Cúpula. Y no son los únicos ex-Titanes en pasarse por ahí ya que Donna Troy (la de verdad, no la cosa rara esa de New52) y Starfire tratan de ayudar a Arsenal quien aun se recupera de las secuelas de la pérdida de su hija y de su brazo. Por su parte las mujeres de la JLA le dan una fiesta a Jesse Quick (porque la JSA si existió… snifs) para celebrar el próximo nacimiento de su hijo, fiesta a la que no han invitado a Reene Montoya, quien como Question tiene sus propios asuntos que resolver. De este encierro no se han librado ni Batman ni Damian, y sin salir de su ciudad nos encontramos también con las añoradas Gotham City Sirens con las que Paul Dini nos hizo pasar tan buenos ratos.
Si, es el regreso (¡temporal, malditos!) de los auténticos héroes de DC antes de ser suplantados por esas fotocopias de mala calidad que tenemos ahora, pero si resulta de lo más agradable poder tenerles de regreso aunque sea durante un par de meses, no lo es tanto al ver que los autores encargados de todo esto forman una selección un tanto irregular. Si, por ahí tenemos el regreso de gente como Rick Leonardi, Tom Grummet, Greg Rucka (¡Rucka escribiendo a Montoya!) o Dennys Cowan, y aunque Gail Simone no ha dejado de escribir para DC, es bonito verla trabajar de nuevo con Oráculo. Pero esos nombres se alternan con otros que son de muy bajo perfil (algunos de los cuales ni me suenan) o de “estrellas” noventeras que han vivido épocas mejores como Nicieza o Marz. No precisamente los autores a los que me gustaría ver en un proyecto así.
Pero si la primera tanda de héroes recuperados deja un sabor agridulce vamos a ver que nos encontramos en la segunda semana. De la DC pre-Flashpoint pasamos a la DC noventera ¿pre-Hora Zero tal vez? Quienes se tendrán que enfrentar a la invasión de los personajes de Kingdom Come (lo peor de los 90 contra KC, hay que reconocerles que han sabido escoger estos enfrentamientos) Aquí los regresos no son tan atractivos precisamente, encontrándonos de entrada con que Jean Paul Valley/Azrael (¡San Dumas!) vuelve a llevar su horroroso traje de Batman y tiene que formar equipo con el autentico señor de la noche. Amanda Waller, quien aquí es bajita, gorda y fea, tiene que reunir a un nuevo grupo de villanos para hacer frente a la inminente invasión. Pero ella no es la única en volver a su antiguo look, ya que por ahí tenemos a un Green Arrow cuarentón y con barba y que acaba de enterarse de que tiene un hijo.
Si es bonito ver que Amanda y Ollie vuelven a sus viejo aspecto no lo es tanto reencontrarnos con la Catwoman noventera (nunca le podremos agradecer lo suficiente el rediseño a Darwyn Cooke) Superboy es otro que recupera la moda de hace dos décadas volviendo a ser aquí aquel niñato con su cazadora de cuero y pendiente que trataba de llenar las botas de Superman ,ya que este mundo fue capturado antes de que este volviese de la “muerte” provocada por Doomsday) Y con Superman desaparecido recae sobre los hombros de John Henry Irons/Acero proteger Metrópolis de la invasión de… Gen13 (porque Lee nunca dejara de tratar de meternos sus personajes con calzador como sea)
Entre tanto horror noventero no podía faltar la JLI, y si digo horror es porque me temo que no será la buena de Giffen y Dematteis, sino la posterior de Jurgens. Otra que regresa es Supergirl/Matrix, quien aquí se enfrenta a Lady Quark porque les ha debido hacer gracia eso de enfrentar a dos heroínas que perdieron sus mundos natales y acabaron viviendo en un exilio forzoso en la DC Post-Crisis. Y de un personaje al que Peter David le dio fama saltamos a otro, ya que en este mundo también vive aquel Aquaman de melena y barba que perdió una mano y la reemplazó con un arpón (pero que no molaba nada porque Geoff Johns aun no lo había “arreglado”) Y ya que estamos abriendo viejas heridas noventeras no podía faltar ver a Hal Jordan convertido en Parallax y enfrentado a kyle rayner (¡Esto sí que no molaba nada y Geoff Johns lo arregló de verdad!)
Pero nuevamente la selección de autores es un tanto irregular. si, es bonito ver a viejas glorias como Larry Hama, poder leer de nuevo a Louise Simonson trabajando con June Brigman (hay que reivindicar mas su Power Pack) y encima escribiendo algo relacionado con Superman, ver el Green Arrow de Rags Morales o como Keith Giffen cuela por la cara a Ambush Bug en sus números de Supergirl. Pero en cambio leer una JLI de Ron Marz o un Parallax de Tony Bedard no ilusiona mucho precisamente, por no hablar de lo curioso que no les hayan intercambiado para dejar que Marz regrese a aquel horror que desencadeno en su día. Pero así es la DC actual, se esfuerza mucho por no dejar del todo contento a nadie. Y como esto está quedando algo largo, dejaremos para pasado mañana (que en navidad Diógenes me deja descansar) el comentar la otra mitad de Convergence, con el regreso de la DC ochentera y la… snifs, la DC de la edad de oro… eso va a doler…