Puede que haya dejado caer por aquí alguna que otra vez que me gusta como escribe Rick Remender… Bueno, vale, puede que más de una vez… El caso es que estas últimas semanas he tenido la oportunidad de releer el comic que me descubrió el talento de este escritor y que me dejo enganchado a todo lo que escribiese, y debo decir que lo he disfrutado aun mas que la primera vez que lo leí. Así que lo que toca hoy es rendirle un pequeño homenaje a uno de los comics de ciencia ficción más divertidos y apasionantes que he leído en los últimos años, Fear Agent.
Heathrow “Heath” Huston era un sencillo camionero “redneck” texano a quien le gustaba citar a Sam Clemens/Mark Twain, tenía una hermosa esposa, un hijo y una casa en el campo. Diez años después Heath es el último de los Fear Agents, los hombres y mujeres que se convirtieron en la última línea de defensa entre la humanidad y las fuerzas invasoras alienígenas de los imperios Teltadian y Dressite y que acabaron con la vida que Heath tenía. En el presente Heath sobrevive vagando por el espacio a bordo de su nave y ofreciendo sus servicios como exterminador de alquiler a cualquiera que pague sus servicios mientras trata de ahogar con alcohol los recuerdos de todo lo que perdió en la guerra y lo que tuvo que hacer para ganarla. Pero ni la amargura, las continuas desgracias o su personalidad autodestructiva han conseguido arrebatarle del todo a Heath la pequeña esperanza de al final hacer las cosas bien y reparar los errores del pasado…
Fueron dos los motivos que impulsaron a Rick Remender a sacar adelante este comic. Primero, Remender consideraba que la ciencia-ficción actual «había perdido sus pelotas», que todo se había vuelto muy cerebral y analítico y que había que regresar a los orígenes pulp del genero, a la diversión sin complejos y abandonar las pretensiones de realismo o rigorismo científico. Y ahí es donde entra en acción el segundo motivo que inspiro a Remender a crear este comic. El siempre fue fan de los viejos comics de ciencia-ficción de la EC Comics como Weird Science, Weird Fantasy o Incredible Science Fiction y en las que grandes talentos como Wally Wood, Al Williamson o Jack Davis entre otros daban rienda suelta a su talento. En aquellos comics lo que había era aventura en estado puro en la que valientes astronautas con sus escafandras y pistolas de rayos visitaban planetas extraños y se enfrentaban a horribles monstruos y robots mientras salvaban a damiselas en apuros. Ese era precisamente el espíritu que Remender quería recuperar y traerlo a una nueva generación que no había conocido esos comics, pero eso era algo que no podía hacer solo…
Tony Moore, quien en aquella época y según palabras del propio Remender en la introducción del recopilatorio, se había hecho conocido dibujando un comic de zombis del que nadie se acuerda con un amigo suyo del instituto… (Si, Remender no tiene muy buena opinión de Robert Kirkman) conoció a Rick Remender a través de su amistad común con Kieron Dwyer, y tras pasarse toda una ComiCon de San Diego en mesas conjuntas en la sección pornográfica de la convención acabaron haciéndose amigos. Moore además también era un gran fan de los viejos comics de la EC, aunque en este caso de los de horror, pero no tardo mucho en engancharse a los de ciencia-ficción gracias a las recomendaciones de Remender. La lectura de esos viejos comics debió gustarle ya que no tardo mucho en hacer una portada inspirada en el trabajo de Wally Wood para aquellos comics, lo que hizo no solo que a Remender se le ocurriese recuperar el viejo estilo de la EC para una audiencia más moderna, sino que le sirvió para encontrar a quien sería su compañero de viaje en esta aventura.
Pero Moore estaba trabajando al mismo tiempo en otro comic para Vertigo y era necesario alternar su trabajo con el de otro dibujante, y de nuevo las amistades comunes dieron su fruto. Un amigo de Remender le hablo de Jerome Opeña, un artista y dibujante de comics esporádico quien en aquella época estaba dedicado al diseño de videojuegos y a tocar con su grupo. Siendo vecinos en San Francisco Remender le invito a su casa para hablarle de su proyecto y Opeña se sumo a él encantado. Juntos, con colaboraciones esporádicas de la talla de Francesco Francavilla o Kieron Dwyer entre otros, dieron salida a la serie en 2005, pero no fue un camino fácil.
Comenzaron en Image y un año más tarde movieron la serie a Dark Horse, durante el transcurso de la misma Remender se mudo numerosas veces por todo el país y tuvo que lidiar con problemas financieros, ya casi todo su trabajo en la época era propio y no ganaba como para llegar a final de mes, problemas que acabaron desembocando en una depresión. Más tarde su entrada en Marvel aliviaría su situación financiera bastante pero les obligo a para la serie durante un año. Y todo esto puede verse reflejado en cierto modo en el propio comic y en el vagar constante de Heath por el Universo y sus problemas con su pasado y con la imagen de fracasado que tenia de sí mismo. Pero al igual que su personaje, Remender y sus compañeros fueron sobreponiéndose a todo lo que les caía encima y consiguieron llevar Fear Agent a buen puerto, un comic, que como dice el propio Remender, lo hicieron para ellos mismos.
¿Y qué nos ofrece este comic que no nos ofrezcan otros? Mucha diversión sin complejos, acción a raudales, humor negro y un tipo de ciencia-ficción retro que hacía tiempo que no se veía por ahí, aunque hoy es algo más común. Y es que la inspiración en el trabajo de Wally Wood, Al Williamson y demás genios de la EC ha sido total, desde el traje del protagonista a su cohete, las armas, los mundos alienígenas y sus habitantes, la falta total de complejos… Todo parece surgido de aquella época en este comic que casi parece una carta de amor a aquella época y del que el mismísimo Jack Davis ha dicho de este comic que ojala Harvey Kurtzman siguiera vivo para poder leerlo.
También podemos encontrar esa eterna constante en el trabajo de Remender de personajes que luchan contra todas las desgracias que el universo les tira encima porque son demasiado tozudos para reconocer la derrota y que a veces al final consiguen ganar, lo que resulta curioso viniendo de un escritor que suele declararse pesimista. Y claro, no olvidemos que también tenemos a un antihéroe que viaja por el espacio tratando de huir de su pasado mientras se enfrenta a horribles monstruos y despiadados robots armado con una mochila cohete, una pistola de rayos y una botella de whisky.
No creo que haya quedado duda de que este comic me ha gustado y mucho, y ahora es el momento perfecto para echarle un ojo. No hace mucho se ha editado por fin en España (anda que no ha costado) el primero de los dos enormes tomos que recopilan la obra completa a imagen y semejanza de los recopilatorios americanos (aunque con unas portadas bastante menos elegantes), por lo que ahora es la oportunidad perfecta para descubrir, en un idioma u otro, esta épica aventura de ciencia-ficción al viejo estilo que tanto costo sacar adelante pero del que al final valió la pena superar cada obstáculo en el camino.