A estas alturas estamos más que acostumbrados a las sorpresas que nos vienen desde DC comics. Raro es el día en el que no nos levantamos para encontrarnos con alguna nueva noticia que nos deja la boca abierta y los ojos a punto de lagrimear. Pero lo que sí que resulta raro es que esas sorpresas sean buenas, pero a veces, en muy contadas ocasiones, eso ocurre. Y la semana pasada hemos tenido una de esas contadísimas sorpresas agradables, una sorpresa tan buena que aun soy incapaz de entender cómo es que ha sido posible su publicación, debía ser que Dan Didio no estaba mirando… La novela gráfica en cuestión está escrita por el gran Paul Dini y dibujada por el no menos grande Joe Quinones y está protagonizada por Black Canary/Canario Negro y Zatanna, pero lo realmente importante de esta es que… snifs, la DC clásica regresa… Creo que se me ha metido algo en el ojo.
Lo que parecía un caso rutinario para Canario Negro, infiltrarse y detener a un grupo de ladronas que pretendían robar en un casino, da un vuelco inesperado cuando lo sobrenatural hace acto de aparición. Por suerte para Canario Negro, sabe que en casos como estos puede contar con la ayuda de una vieja amiga y compañera de la Liga de la Justicia y una de las hechiceras más poderosas del planeta, Zatanna Zatara. Juntas harán frente a esta nueva amenaza mientras recuerdan los viejos tiempos y consiguen que leer un cómic de DC vuelva a ser algo ilusionante.
Si, normalmente cuento mas del cómic que quiero reseñar, algunos dirían que incluso demasiado, pero en este caso prefiero ser lo más escueto posible y dejar que el publico descubra todo lo que tiene para ofrecer este cómic. A lo largo de las casi cien páginas de las que consta esta novela gráfica (mas cuarenta de extras) podemos disfrutar de una aventura divertida, inteligente, muy bien narrada y espectacularmente dibujada. Es verdad que igual me estoy dejando llevar porque hacía demasiado tiempo que no leía un cómic actual de DC que me hiciera sentir así, pero creo que la calidad del trabajo de Dini y Quinones habla por sí misma.
Pero para mí lo mejor de esta novela gráfica es que manda a la mierda al New52, que es lo que ha hecho que me sorprenda tanto su publicación justo ahora. Y es que esta historia podría estar ambientada tanto en el Universo DC pre-Crisis como en el pre-flashpoint. Las relaciones entre los personajes son las que henos estado acostumbrados a leer durante décadas, los uniformes de protagonistas y secundarios no tienen ni rastro de la mano negra de Jim Lee y no hay ni rastro de esa violencia sin sentido heredera de lo peorcito de la década de los 90 y que tanto parece gustar en la DC actual.
Y además Paul Dini demuestra una vez más que la continuidad, ni siquiera una que arrastre más de medio siglo de historia, no es un lastre en manos de un buen guionista, sino una gran herramienta narrativa que se puede utilizar para enriquecer las historias. Porque si algo queda claro tras su lectura es que un cómic como este hubiera sido imposible de escribir ambientándolo en el New52. En ese caso hubiéramos tenido una historia en la que las protagonistas no se conocían, que hubieran reaccionado de forma violenta al encontrarse por primera vez y que hubieran terminado con el villano de la forma más gore posible, probablemente con alguien perdiendo un brazo.
No hace falta que diga lo mucho que recomiendo la lectura de este cómic, un bicho raro en la DC actual y mucho me temo que un espejismo, porque no creo que a corto plazo vayamos a ver mas como estos. Aunque quizás el hecho de que a la semana de su publicación ya se haya colado en el Top10 de los Bestsellers de cómic del New York Times hace que alguien en DC se plantee que esta es LA forma de hacer cómics, pero me da a mí que allí hay demasiados didiotas como para que eso suceda. Eso si, a Paul Dini solo le falto mostrarnos a que se dedicaban la madre de Dinah y sus amigos en los años 40 y sucesivos para que esta novela gráfica fuese casi perfecta.