Como lectores, todos somos hijos del pulp, del folletín, de la novela de a duro. Nos guste o no, algunas de nuestras historias favoritas fueron en su día consideradas como «literatura barata» o escapista, sin ningún tipo de valor cultural, totalmente nociva para nuestras pequeñas cabecitas infantiles. Los cómics tardaron casi un siglo en conseguir el reconocimiento que merecían -aunque en algunos sitios todavía no lo han conseguido-, y algunas de sus grandes figuras en EEUU como Stan Lee o Julius Schwartz no dejan de haber sido en su momento lectores a o escritores de pulp. Y justo cuando la novela de a duro parecía haber desaparecido en la era de lo digital y el fanfiction, resulta que no, que sigue habiendo alguien ahí:
«¿Qué ha sido eso?» es un recopilatorio de relatos de Anima Barda, una revista pulp… Digital. Y aunque la revista toca varios géneros, en este primer recopilatorio en papel se han centrado en el pulp de terror, al estilo de Weird Tales o los Tales from the Crypt de la EC. Los autores toman como referente el relato «El Guardavías» de Dickens -que va incluido en el recopilatorio- y podemos ver como en cada cuento trata de recuperar el esquema del «asustaviejas», el de protagonista al que sacan de su rutina para ser horrorizado y transformado por una situación sobrenatural. Son historias cortas, de consumo rápido, ideales para viajes en autobús y situaciones parecidas, pero no estan pensadas en absoluto para ser leídas todas de una sentada -intenta leerte un recopilatorio de relatos de Lovecraft todo seguido y corres el riesgo de acabar peor que Abdul Alhazred, ¡y si no me creéis mirad como se ha quedado el pobre M’Rabo!
Pero tengo que haceros una confesión, porque aunque a mi me encanten bastantes películas de la Hammer, a mi esto del terror no me suele ir nada. Asi que claro, si voy a hablaros de un recopilatorio de relatos, lo lógico sería hablar de Ciencia Ficción, Aventura, Western o Novela Negra, pero nada de historias de estas pa cagarse. Y es que sí, soy un miedica patológico, un tipo realmente aprensivo, pero lo que más me cabrea de las historias de terror es que tengan un pase gratuito para no explicarse en si mismas. Que tu puedes contar que debajo de una casa hay un terror inmemorial del copón, y con esa explicación ya puedes volver loco a Lord Zutano y matar a la huerfanita Molly sin tener que dar ninguna justificación. Como «lo hizo una bruja», para mí es complicado cogerles el gusto. Sin embargo, uno tiene que darse cuenta de que estos relatos son muy cortos, y lo que buscan es provocar sensaciones concretas; para entendernos, son como pequeñas píldoras de ansiedad, historias de campamento para acojonarnos un poco.
Así, los relatos pueden evocar directamente a nuestra infancia con enanos de jardín psicópatas, terrores de la noche de reyes o irse directamente al terror gótico -alguno directamente es puro Lovecraft- y hablar de señores con pipa que se dedican a investigar un horror más allá de debajo de la cama y de la alfombra. Probablemente el cuento que más me ha sorprendido sea el de «Judy, te quiero», en el que el protagonista habla sobre su amor hacia una compañera de clase muerta y la tal Judy se pasa todo el relato respondiendo al escritor en primera persona, creando un contraste bastante interesante que te viene a provocar interesantes teorías sobre el final de la historia. Pero no voy a contar más, que si os interesa ya os lo leéis y en paz.