Yo debo ser masoquista o algo así, porque a estas alturas y después de todo lo que ha pasado, aun tenía esperanzas en un comic del New 52 de DC. A finales de este verano comente por aquí todo ilusionado como DC iba a reunir de nuevo a Keith Giffen, J.M. DeMatteis y Kevin Maguire para realizar una serie protagonizada por la Liga de la Justicia del futuro. Un mes más tarde supimos que DC le había dado la patada a Maguire, que no estaban demasiado contentos con el tono de la serie y que habían puesto a Howard Porter como nuevo dibujante. Tras esto tendría que haber hecho como Diógenes y convencerme de que no saldría nada bueno de aquí, pero iluso de mí pensé que estando aun a bordo Giffen y DeMatteis esta serie seria al menos tan divertida como la de Larfleeze. No podría haber estado mas equivocado…
Con el despido de Maguire ya nos enteramos de que en DC no estaban contentos con el tono humorístico del cómic ya que pese a que los autores habían promocionado la serie como algo humorístico, en la línea de su JLI, en DC querían algo “dark & gritty”, se ve que allí no hablan mucho entre ellos… A pesar de todo esto, y a que Porter no es precisamente uno de mis dibujantes favoritos, yo confiaba en que la serie seria al menos entretenidilla, después de todo seguían escribiéndola Giffen y DeMatteis… Pero se ve que el editor, o los jefazos de arriba, han metido mano en el cómic de arriba a abajo porque el trabajo de esos dos está irreconocible.
En este comic nos cuentan como hace diez años (a comienzos del siglo 31) “Los Cinco” (¿Fatal Five?) aparecieron y aunque la gente no vivía en el paraíso precisamente, se vivía mucho mejor que después de la llegada de estos misteriosos seres. Algunos trataron de resistirse pero fueron aplastados y los héroes desaparecieron, aunque no queda claro si se trataba de la Legión o si este es el futuro de otra tierra diferente. Pero ahora Cadmus, y más concretamente sus directores, Teri y Terry “The Wonder Twins”, han encontrado la forma de luchar contra estos misteriosos Cinco, clonar a la Liga de la Justicia. El problema es que estos solo comparten parte de los poderes de los originales pero ni rastro de sus personalidades (y en algunos casos como en este “Barry” pelirrojo y de ojos verdes, ni su aspecto) Así que tenemos unos misteriosos villanos, unos héroes peculiares… pero nada de BWA-HA-HA.
No es que la JL3000 no llegue al nivel de la JLI, no es que no llegue al nivel de Larfleeze, es que no ha conseguido ni sacarme una sonrisilla en ningún momento. Leer este comic provoca una sensación extraña, la intención original era que fuese divertido, a lo largo del mismo se presentan numerosas situaciones que dan pie a momentos de humor, pero la cosa nunca va más allá. Es como si en lugar de reescribir el guion, Giffen y DeMatteis se hubiesen limitado a retocar los diálogos un poco para suprimir los chistes y les hubiese quedado algo soso y sin alma.
Tampoco ayuda nada a esta situación el trabajo de Howard Porter, que no es que sea el peor dibujante de comics del mercado, ni siquiera el peor de la editorial, pero esas caras que dibuja casi me hacen añorar a Greg Land… Es imposible leerse este comic y pensar en lo que podría haber sido de contar con el increíble talento para la expresividad facial de Kevin Maguire, seguramente muchas de esas escenas en las que los personajes de Porter ponen cara de “Me está dando una embolia” podrían llegar a ser hasta divertidas. Pero se ve que en la DC actual, la que mantiene contra viento y marea a Brett Booth pero le dice a Rags Morales que no cuentan con él, cuenta mas ser amigo de Jim Lee que tener talento.
Pues así es como están las cosas ahora, ya ni tener dos buenos guionistas al frente de un comic te garantiza nada, y yo cada día me veo leyendo menos comics de una editorial que hasta hace nada me encantaba. Así que aparte de un par de series de Vértigo, el All-Star Western de Palmiotti y los títulos de Green Lantern (que sigo leyendo por culpa de un cariño por los personajes mal entendido que hace que no sea capaz de dejar de leerlos) ya no soy capaz de leer nada mas de ellos. Pero las ventas parecen responderles bien, así que imagino que no soy la clase de lector que quieren ahora mismo en la editorial. Eso sí, no puedo evitar pensar en lo bien que se le puede aplicar a DC ahora mismo aquella famosa y polémica frase que escribió José María Méndez hace tantos años…