Ayer dejamos a Magneto revelándonos sus diabólicos planes. Necesitaba localizar a un mutante lo suficientemente pequeño como para que este pudiese entrar en la minúscula nave espacial que se había encontrado y que le ayudase a obtener la tecnología que la hace funcionar. Todo mientras el Capitán América tiene que hacer todo lo que esté en su mano para proteger a estos misteriosos seres y detener los siniestros planes del mutante amo del magnetismo. Y otra cosa no, pero esta historia deja claro una vez más que la falta de imaginación no era precisamente uno de los problemas de Jack Kirby.
Así que si Magneto quiere descubrir que misteriosa tecnología se encuentra en el interior de este pequeño vehículo espacial, que ni se le pasa por la cabeza que sea solo una maqueta o algo así, tendrá que secuestrar a Míster Uno y obligarle a colaborar con sus planes. Pero Magneto no está solo, a sus ordenes cuenta con un pequeño ejército de mutantes, ¡la nueva Hermandad de Mutantes Diabólicos! Aunque son un tanto… peculiares. Vale que Mercurio y la Bruja Escarlata le abandonaron para unirse a los Vengadores, y que el Sapo y Mente Maestra nunca fueron gran cosa, pero en serio ¿De dónde ha sacado a estos tipos? ¿Son los que Skeletor no quiso para su ejército de guerreros malvados? Entre esto y que se dedicaba a buscar nuevos mutantes en los anuncios por palabras de los periódicos empiezo a creer que Magneto estaba en horas muy bajas durante esta época…
Ajeno a los planes de Magneto el Capitán América ha sacado a Míster Dos a pasear al campo, lo que ha calmado por completo a la criatura quien se dedica a contemplar apaciblemente la naturaleza. Pero esta paz dura poco ya que sin previo aviso reciben el ataque de la Hermandad de Mutantes Diabólicos de Magneto, el ataque es brutal y despiadado y solo la intervención de una escuadra de Agentes de S.H.I.E.L.D. consigue hacer huir a los mutantes. Míster Dos parece haber quedado bastante afectado por al ataque, no tiene pulso ni se mueve, parece que está muerto, pero de alguna forma inexplicable sigue con vida. Pero lo peor está por llegar, ya que el ataque de la Hermandad fue solo una distracción para que Magneto pudiese atacar el laboratorio y secuestrar de una vez por todas a Míster Uno. Igual no era tan mala idea después de todo el reclutar a esa panda de mutantes lamentables…
Pero el secuestro de Míster Uno, y su coincidencia en el tiempo con el estado catatónico de Míster Dos, hace que el Capitán América tenga una revelación. No se encuentran ante dos seres con una extraña amistad o relación simbiótica, son un mismo ser con dos cuerpos a su disposición para saltar de uno a otro cuando le convenga. ¿Es cosa mía o esta es una mutación de mierda? Tienes un cuerpo superfuerte y otro con grandes poderes mentales, pero cuando estás en uno el otro está indefenso y si cualquiera de los dos cuerpos muere tú te mueres… De pronto las mutaciones de Pellejo o Maggot no parecen tan tristes…
Magneto mientras tanto se dispone a obligar a Míster Uno a obedecer sus órdenes y obligarle a que explore para él la nave alienígena, lo que no sabe Magneto es que esta criatura hasta el momento no ha movido un musculo, y no parece que tenga prisa por hacerlo. Pero Magneto no es alguien que se rinda fácilmente y tiene sus métodos para persuadir a la gente, amenazarle con quemarle con una vela… A estas alturas de la historia ya ni me sorprende que Magneto tenga este tipo de ideas…
Viendo que Magneto no cejara en su empeño, el misterioso Míster Uno abandona su cuerpo miniatura y envía su mente al cuerpo de Míster Dos. Desde su colosal cuerpo convence a los agentes de S.H.I.E.L.D. y al Capitán América de que su vida corre peligro y que hay que detener a Magneto a toda costa. Pero el amo del magnetismo tampoco se ha quedado de brazos cruzados, y pese a que “Míster Uno” sigue sin moverse lo agarra con unas pinzas y lo introduce en la nave junto con un endoscopio. Magneto debía imaginar que una vez dentro de la nave se empezaría a mover porque si… y lo peor de todo es que tenia razón.
Pero en ese momento llegan el Capitán América y Míster Dos al rescate, la lamentable Hermandad de Mutantes Diabólicos hace todo lo que puede para contenerles pero n es fácil, los héroes tienen una misión que cumplir y no se detendrán ante nada. Pero estos nuevos mutantes de Magneto no son tan lamentables como parecían, Burner, el mutante que controla el fuego, desata todo su poder contra Míster Dos y este muere asfixiado al cerrar de forma refleja los poros de su cuerpo para tratar de resistir el ataque. Pero recordemos que si uno de los dos cuerpos muere, Míster Uno/Dos está condenado, así que atrapado en dentro del cuerpo minúsculo en sus últimos momentos de vida, se pone en pie por primera vez para explorar la nave. Pero no para desentrañar sus secretos como quería Magneto, sino para sabotearla y hacerla explotar y así vengarse de sus asesinos.
Sin saber lo que está sucediendo en el interior de la pequeña nave, Magneto y el Capitán América se enfrentan de nuevo. El mutante no quiere ceder lo mas mínimo ahora que esta tan cerca de conseguir su objetivo, así que desata toda su furia contra el Capitán. Pero no tarda en ser consciente de los verdaderos propósitos de Míster Uno al ver la forma en la que brilla la nave. Así que dándose cuenta de que ha perdido huye de allí a toda prisa abandonando a sus hombres y con la esperanza de que la explosión de la nave acabe con su enemigo.
Obviamente el Capitán América no murió en la explosión, curiosamente tampoco lo hicieron esta breve encarnación de la Hermandad de Mutantes Diabólicos. Estos siguieron siendo bastante lamentables y acabaron convirtiéndose en “Fuerza Mutante” a las órdenes, primero del Mandril, y más tarde de Buzz “Perro Loco” Baxter, convirtiéndose en enemigos ocasionales de los Defensores. De Míster Uno/Dos no se volvió a saber nada ¿Eran alienígenas? ¿Mutantes? ¿Producto de algún extraño experimento genético? Seguramente nunca lo sabremos. Lo que sí que sabemos a ciencia cierta es que aunque la etapa en solitario de Jack Kirby no terminó todo lo bien que podría haber terminado, esta fue muy grande y vale mucho la pena leerla.