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Tras las etapas de Steve Englehart y Jim Shooter, los Vengadores entraron en su tercera década de vida editorial más vivos que nunca; fue la era en la que la serie comenzó a expandirse editorialmente. El grupo se dividió en dos con Ojo de Halcón liderando la rama Californiana del grupo, los West Coast Avengers/Nuevos Vengadores, de los que Steve Englehart tomaria las riendas. Ademas y muy poco después “Solo Avengers/Avengers Spotlight” haría acto de aparición, convirtiéndose en la tercera serie dedicada al grupo, estando protagonizada por Ojo de Halcón y otros miembros del grupo en solitario. Pero si hay un nombre propio importante en esta era de los Vengadores, este es el del gran Roger Stern.
Roger Stern es uno de esos guionistas que lo han sido todo para la industria, no hay más que leerse su Doctor Extraño, su Spiderman o estos mismos Vengadores. Pero pese a su gran calidad y a seguir en activo hoy en día, es raro encontrar trabajos suyos mas allá de alguna miniserie o especiales esporádicos. En la época en la que le toco escribir los Vengadores estaba en su mejor momento, lo que se reflejo en la serie dándonos una de las mejores etapas del grupo en su medio siglo de historia. La suya fue una era de cambios que simbolizaba a la perfección el espíritu del grupo, pero a diferencia de otros escritores eso no supuso un borrón y cuenta nueva con respecto al trabajo de quienes le precedieron.
La trama de Hank Pym iniciada por Shooter llego a su conclusión de la mano de Stern. Pym consiguió perdonarse a sí mismo y ser perdonado por sus compañeros y por su ahora ex -esposa para a continuación abandonar el grupo. Aunque su retiro no duro mucho y no tardo en volver al mismo en su rama Californiana de la mano de Steve Englehart en sus West Coast Avengers. A la recién reclutada Hulka (que aunque fue Shooter quien la introdujo en el grupo, fue Stern quien se ocupo de ella en la serie) se le unieron otros nuevos miembros como Eros/Starfox (el hermano de Thanos), el Doctor Druida, el mismísimo Namor (quien por fin se unía a las filas de los Vengadores) o la nueva Capitán Marvel (Monica Rambeau) entre otros.
Esta última, creada por el propio Stern en un anual de Spiderman, reflejaba a la perfección un tema que Stern trato bastante en su serie, la fortaleza de las mujeres. La Capitana Marvel en sus manos paso de ser una novata insegura a ser una Vengadora de pleno derecho e incluso presidenta del grupo. Pero antes de que la Capitana fuese la nueva líder del grupo Stern nos mostró el retorno de la Avispa al liderazgo de los Vengadores, y vimos como una vez alejada de la sombra de su marido se convirtió definitivamente en una mujer fuerte e independiente que era capaz de poner en su sitio al propio Hércules.
En su etapa Roger Stern también nos contó como la Visión, en su afán por proteger la tierra, estuvo a punto de de convertirse en un dictador mundial y perder su humanidad. Pero con la ayuda de su esposa y compañeros logro recuperarse y se volvió mas humano de lo que había sido jamás. A raiz de esa experiencia así el y su mujer abandonaron el grupo para tratar de vivir unas vidas normales, algo que pudimos ver en su propia serie limitada de la que ya hablamos en su día. Los Vengadores también tuvieron que hacer frente a unos cuantos fantasmas del espacio rezagados que querían escapar de la ira de ¡Rom, el Caballero del Espacio! También vimos como los Skrulls perdían su poder de cambiar de forma y nos presento a Nébula, la presunta nieta de Thanos que buscaba seguir los pasos del Titán loco. Y conocimos al Consejo de Kangs, formada por versiones alternativas del conquistador temporal, una idea que luego Walter Simonson expandiría y utilizaría tanto en su etapa en los Vengadores como en sus 4 Fantásticos. Pero si una historia se ha quedado grabada en el recuerdo de todos los que han leído esta etapa de los Vengadores esa es “La Saga de los Amos del Mal”
Los Vengadores habían sufrido muchos ataques a lo largo de su historia, pero hasta el momento ninguno había sido tan personal y brutal como el que orquesto el Barón Zemo. En esta saga que tan solo duro cinco números (algo de lo que debería aprender más de un guionista actual…) vimos como Helmut Zemo quería vengarse del Capitán América, a quien culpaba de la muerte de su padre y de su desfiguración. Para ello reunió a un montón de pesos pesados en una nueva encarnación de los Amos del Mal y asalto la mansión del grupo cuando todo el grupo se encontraba fuera en diversas misiones y en ella solo se encontraba el pobre Jarvis.
A continuación Zemo y los Amos del mal se atrincheraron allí y en una serie de ataques discretos y muy bien organizados, fueron poniendo fuera de combate a buena parte del grupo. El Caballero Negro fue capturado cuando regresaba a la mansión sin saber lo que había ocurrido. La Capitana Marvel fue encerrada en la dimensión de la que muchos héroes y villanos extraen la “materia oscura”. Y Hércules por su parte fue emborrachado hasta el límite para que fuese presa fácil de los secuaces de Zemo, quienes le dieron entre todos una paliza tal que casi acaba con él. Pero esto solo había sido el principio, aun faltaba poner en marcha la parte principal del plan de Zemo, destruir al Capitán América tanto física como moralmente.
Una vez aislados del exterior gracias a los poderes de Apagón, Zemo pudo dedicarse a placer a la tortura del Capitán América. Comenzó por destruir sus recuerdos personales ante sus ojos mientras se regodeaba de ello (fotos de su madre, de Bucky, su primer escudo…) pero al ver que esto no conseguía quebrar al Capi, ordeno a Mr. Hyde que le diese una brutal paliza a Jarvis delante de un impotente Capitán que no podía hacer más que mirar como el villano destrozaba a golpes al pobre mayordomo. Y hay que tener en cuenta que este tipo de cosas en los años ochenta impactaba, no era habitual ver semejante brutalidad en un cómic de superheroes. Es verdad que hoy en día esto no es nada del otro mundo, los villanos matan, torturan, violan… la violencia en el cómic estadounidense ha superado con mucho los limites que tenia por aquella época, pero en su momento Roger Stern rompió los esquemas de muchos con esta historia.
Finalmente la Avispa – que por aquel entonces volvía a ser la líder del grupo – fue capaz de organizar un contraataque con la ayuda de veteranos como Thor y de recién llegados como el Hombre Hormiga II (Scott Lang) y el Doctor Druida, y así entre todos ellos los restantes Vengadores fueron liberados. Thor, que pese a que no estaba en su mejor forma física (Para más detalles leer el Thor de Walter Simonson) no tuvo demasiado problemas en acabar con la mayor parte de los pesos pesados de los Amos del Mal, la Avispa y compañía pudieron evacuar a los heridos y el Capitán América pudo hacerle pagar al Zemo todo lo que había hecho ese día.
Si, los Vengadores habían derrotado a sus enemigos, pero esa victoria tenia un sabor muy amargo, la mansión estaba completamente destruida, Hércules había quedado en coma al borde de la muerte y Jarvis se paso una larga temporada recuperándose de las secuelas que le dejo la tortura a la que le sometieron los Amos del Mal. Pero pese al brutal ataque y las grandes pérdidas sufridas los Vengadores se levantaron de nuevo negándose a dejarse vencer por sus enemigos. Aunque no tuvieron demasiado tiempo para recuperarse ya que a continuación les toco sufrir la ira de los Dioses del Olimpo, ya que Zeus les consideraba responsables del estado de su hijo y a una coalición de seres artificiales en la que seria la ultima historia de Stern para el grupo. Está claro que a Roger Stern no le gustaba dejarle ni un momento de respiro al grupo.
En el apartado gráfico la etapa de Roger Stern contó al principio con la pareja artística formada por Al Milgom y Joe Sinnott, pero estos acabaron marchándose a ilustrar la serie hermana, West Coast Avengers, y fueron sustituidos por un clásico que hizo brillar la serie con luz propia, John Buscema. Fue este quien se encargo de plasmar sobre el papel la mejor parte de esta etapa de los Vengadores. Buscema ya había sido el dibujante de los Vengadores a finales de los años sesenta y ahora, casi veinte años después, tras una exitosa etapa en los cómics de Conan, regresaba a la serie que le consagro como dibujante de superhéroes. A Buscema le acompañaba un viejo conocido, Tom Palmer, un entintador que ya habia trabajado con el a comienzos de los setenta. Durante muchos años Palmer marco el estilo visual de la serie dándole un acabado de lo más mas clásico y uniforme dibujase quien dibujase, entintando tanto a John Buscema como a Paul Ryan, Andy Kubert o Steve Epting.
A Stern le reemplazo Walter Simonson en una etapa corta pero bastante divertida, este remato algunos cabos sueltos que habían quedado e introdujo a unos nuevos miembros tan inesperados como Mr. Fantástico y la Mujer Invisible. Tras él la serie careció de un guionista duradero durante un tiempo, alternándose en ella autores tan dispares como Mark Gruenwald, Ralph Macchio, John Byrne, David Michelinie, Fabian Nicieza, Larry Hama o incluso Scott Lobdell. No sería hasta la llegada de Bob Harras que los Vengadores volverían a tener un guionista regular, y digo regular en el más amplio sentido de la palabra. Y es que el comienzo de los años noventa fueron cualquier cosa para los Vengadores menos una etapa memorable.