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Los años 70: 50 años de Los Vengadores (parte 2)

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La segunda década de los Vengadores empezaba con la etapa de Steve Englehart enfrentando a los Vengadores contra su otro grupo, los Defensores. Un enfrentamiento que -marketing aparte- se debía a un pacto entre Dormamu y Loki la mar de extraño. Si a ello le sumamos que en aquellos tiempos Ojo de Halcón tenía el pavo subido y con la tontería se había unido a los Defensores, cualquiera podría pensar que la etapa de Englehart es la del Englehart malo, el de La Visión y la Bruja Escarlata. Pero no podíamos estar más lejos de la verdad…

¿Que quién gano la guerra Vengadores vs Defensores? Pues todos los que salen en esta portada han acabado en Vengadores, asi que el que quiera entender…

La etapa Englehart se caracteriza por un baile constante de dibujantes entre Bob Brown, Rich Buckler o Don Heck, libre por fín este último de la obligación de dibujar como Kirby, y mejorando bastante sus resultados. Es la etapa en la que la Visión y la Bruja Escarlata consolidan su romance -de una forma bastante más comedida que en sus series de los 80, y sobre todo más soportable- y Englehart crea a su personaje fetiche Mantis. Lo de la exprostituta vietnamita metida a superheroína y a Madona Celestial daría para un par de artículos, pero creo que basta decir que muy poca gente se ha acordado del personaje más allá del propio Englehart y que él mismo ha ido arrastrando su historia por casi todas las series que ha escrito, fueran de Marvel o no. Sus apariciones bajo otro nombre en DC Comics o hasta en Eclipse siempre han dejado a todo el mundo un tanto confuso, al ser un personaje tremendamente raro que nunca acabó de cuajar entre el público.

Mantis puede derrotar a Thor y la Visión. ¡Y sin despeinarse!

Englehart rematará la historia de Cornelius Van Lunt -revelando que era Tauro del grupo de criminales cosplayers «Zodiaco»- y llevará a cabo la saga de la Contratierra, una de las historias más memorables del grupo y que contará con el debut de un tal George Pérez, que daría mucho que hablar a lo largo de los años. Y eso sin olvidar que es en estos números en los que se une al grupo La Bestia -donde en mi opinión queda mucho mejor que en X-men- y Dragon Lunar, dejando un plantel de personajes para su sucesor, que será primero Gerry Conway, y poco después un tal Jim Shooter.

¿Que Ultron quiere una novia? Me da que Shooter ha visto demasiadas veces ciertas películas de Frankenstein…

Shooter es una figura polémica hasta casi veinticinco años después de dejar Marvel. Reclutado a los 14 años por Mort Weisinger para escribir en Legion of Super-heroes para DC, Jim Shooter llega a Marvel como asistente de Archie Goodwin, el editor en jefe en aquel momento. Son tiempos revueltos para la editorial y de intenso movimiento de sillas y con guionistas trabajando como sus propios editores, un ambiente complicado editorialmente hablando en el que Shooter ejerce labores de chico para todo apañando algunos guiones para rellenar huecos de agenda, trabajando con Stan Lee en la tira de prensa de Spiderman, haciendo correcciones… Sin embargo, la editorial seguía estando en el más absoluto de los caos, los plazos de entrega no se cumplían, se tenía que recurrir a números de relleno constantemente o hasta a odiosas reediciones de material antiguo con portada nueva, con lo que Stan Lee y el nuevo presidente de Marvel, Jim Galton, llegaron a la conclusión de que hacia falta mano dura. Necesitaban a un tipo de dos metros que no cayera bien a todo el mundo, necesitaban a Shooter. Pero eso ya es otra historia…

Estos son los Guardianes de la Galaxia. Los viejos, los que no tienen mapache y no molan.

Lo importante es que Shooter era el guionista de los Vengadores antes incluso de ser editor jefe, y fue la serie en la que se movió durante sus primeros años en el puesto. Se puede decir que, aunque colocó a Roger Stern como su propio editor, Jim Shooter pudo hacer y deshacer en la serie a placer y demostrando que, al margen de todos los odios que su figura haya podido producir a lo largo de los años, talento no le faltaba. Bajo su batuta Pérez empieza a brillar aún más fuerte bajo el entintado de Pablo Marcos, y tener a sustitutos de lujo como un John Byrne en estado de gracia no dejaba de ayudar a hacer la serie una de las mejores del mercado -siendo la mejor los X-men de Claremont y Byrne, por supuesto-. Sin embargo, no vamos a hablar de la saga de Korvac, o de su sucesor David Michelinie. De toda la etapa de Shooter, el número que me gustaría resaltar es uno (el 213) de la segunda etapa de Shooter, la dibujada por Bob Hall, en la que el entonces editor jefe de Marvel hace una historia un tanto polémica, el juicio de Hank Pym:

No se que tiene de particular este número, a M’Rabo siempre le he tratado fatal y nadie me echa de los Vengadores…

¿Era una buena idea? ¿Sí? ¿No? La historia en el fondo es bastante sencilla, en un número anterior, Hank Pym ataca por la espalda a una enemiga intrascendente a la que el Capitán América ha convencido para rendirse. Los Vengadores suspenden provisionalmente a Pym, que se lo toma todo fatal, se enajena y empieza a maltratar psicológicamente a su esposa, la Avispa. La cosa va a más cuando Pym se obsesiona tanto con sus propios fracasos y su complejo de inferioridad que esta convencido de que lo van a echar del grupo, por lo que decide crear un robot asesino que ataque a los Vengadores cuyo único punto débil sólo conozca el mismo, de tal forma que cuando el grupo este a punto de ser derrotado, él pueda salvar el día y quedar como un héroe. Cuando Janet descubre el plan de Hank intenta convencerlo de que no se enajene tanto, a lo que el Chaqueta Amarilla responde golpeándola, dejándole un ojo morado y alejándolo de toda posible redención.

Hay que reconocer que no había manera de que esto quedara bien en un cómic de los Vengadores de principios de los 80.

Tras una patética defensa de Pym sacada del manual del perfecto maltratador -acusa al Capitán América de dejarse engañar por la villana que se estaba rindiendo, porque la tipa en cuestión era muy atractiva y lo estaba engatusando-, su robot ataca a los Vengadores y los machaca de mala manera, con tal mala suerte que el cacharro derrota también a Hank antes de que pueda usar el punto débil. Sin embargo y cuando todo parecía perdido, Janet salva el día, y los Vengadores descubren todo el pastel. El número acaba con Chaqueta Amarilla largándose avergonzado, y Janet mandándolo a la mierda.

Hay que reconocerle a Bob Hall que la escena le ha quedado de maravilla. Los caretos de los Vengadores son para enmarcarlos…

Nunca me acabó de encajar muy bien esta historia, y ni siquiera a Shooter le acabó de gustar, ya que afirma que por falta de tiempo dos tercios del cómic estan dialogados por Roger Stern y reniega especificamente de la escena en la que Hank golpea a Janet, afirmando que su idea original era que Hank hiciera un gesto para apartarla, no que la zumbara. Pero en mi opinión el verdadero problema de la historia va por otro lado; aunque es cierto que tal y como dice Shooter la historia del Hombre Hormiga había estado llena de fracasos y errores mayúsculos como Ultron, lo que no tiene sentido es que de la noche a la mañana Hank cambie de ser un tipo normal que quiere a su mujer, a ser un desequilibrado misógino frustrado en todos los aspectos de su vida. Quizás peor que el papel de Hank -que después de todo ya había tenido algún brote esquizofrénico en su día- sea la actitud de Janet, que  nunca había actuado como la víctima de una relación de maltrato; si querías contar esta historia, tenías que ir arrastrándola a lo largo de meses o incluso años, y no me vale que me digan que la Avispa ya había actuado de forma rara cuando se anunció su boda, estas cosas van creciendo. En defensa de Shooter tengo que decir que ya en la historia de la creación de Jocasta Pym trataba de mala manera a Janet, pero era un incidente aislado que no crea esa sensación que pido de que la situación va escalando. Y asi es como éste cómic esta compuesto por un personaje actuando como el arquetipo de maltratador y otro actuando como el de víctima, con lo que la historia no deja de tener un tufillo moralizante que, aunque de un mensaje positivo y socialmente beneficioso, podría decirse que el camino del infierno esta empedrado de buenas intenciones y que sacrifica el cómic en pos de ese mensaje, apestando el conjunto a un simple sermoneo.

Stern y Milgrom, restableciendo a Hank Pym como ser humano.

Tras Shooter tomaría los trastos de guionista de la serie Roger Stern, tratando de arreglar un poco el desaguisado de Hank Pym y las consecuencias de ello. Stern lo usa como secundario durante año y medio, y aunque evita la tentación de borrar magicamente el comportamiento del personaje, trata de contar que la vida no acaba ahi, que hay que seguir adelante. Hank se enfrenta a sus demonios y acaba volviendo a ser el de antes, pero para cuando abandona la serie definitivamente, en el número 230, será el único personaje que no se perdona lo sucedido. Y sería durante ese año de 1983 cuando se cumplirían los veinte años de los Vengadores, con el dibujo de Al Milgrom y una alineación compuesta por Capitán América, Capitana Marvel -Monica Rambeau-, Starfox, la Avispa, Bruja Escarlata y Hulka. Y es que lo mejor de la etapa de Roger Stern aún estaba por llegar…

¡¡¡ESTOS SI QUE SON LOS VENGADORES, HICKMAN!!!

Continúa en los años 80->

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