La semana pasada fue la de las decepciones esperadas. Al fiasco que Diógenes se olía con Man of Steel se sumo el que todos nos esperábamos con Age of Ultron, y es que otra cosa no, pero de ambos productos lo mejor que podemos decir es que nos han dado exactamente lo que nos esperábamos… o temíamos. Lo triste es que, releyendo el artículo que escribí hace unas semanas quejándome de la lentitud de la historia, me he dado cuenta de que por aquel entonces aun tenía esperanzas de que el comic fuese bueno. Pero a estas alturas tendría que haber aprendido que a Marvel esto de los grandes eventos no se le acaba de dar bien.
No acabo de entender como a Marvel, con lo bien que se le están dando en los últimos tiempos las series regulares, son tan desastres a la hora de plantear sus grandes eventos. Es casi como si se empeñasen en hacerlos mal a propósito, aunque es verdad que en el caso de Age of Ultron los problemas venían de lejos; este cómic originalmente era un One-Shot que acabo convirtiéndose en una serie de diez números, asi que tendría que haberse publicado bastante tiempo atrás pero por razones poco claras se fue retrasando demasiado. Además el dibujante de la misma, Brian Hitch, solo dibujó la mitad y pese a que todo el mundo sospechaba que era culpa suya el retraso, en entrevistas ha afirmado que su parte estaba terminada hace tiempo. Así que, ¿qué fue lo que paso?
Pues igual nunca lo sabremos, pero una vez leída la serie completa da la sensación de que en Marvel aprovecharon la mitad que dibujó Hitch para que Bendis apañara una segunda mitad con otra historia y otros artistas, dejando colgadas algunas tramas del principio del cómic, y teniendo que colar en el último número un par de pegotes metidos con calzador para enlazar con próximos eventos. La coherencia interna brilla por su ausencia, no queda del todo claro cuando se supone que está ambientado todo esto, muchos personajes están algo desubicados al ser una historia que se empezó a escribir mucho antes del Marvel Now, y al terminar su lectura te quedas con la sensación de haberte leído unos anuncios muy largos del próximo evento y de un par de series regulares. Y del cachondeo de que en este cómic Ultron apenas aparezca casi mejor ni hablamos, que me dala risa floja. Si, la palabra chapuza se queda corta para esto, de no ser imposible casi diría que esto lo han editado Bob Harras y compañía.
Lo peor de todo esto es que los veo capaces de acabar sacando una segunda miniserie en la que retomen las tramas que quedaron truncadas. Pero es que lo dicho, han sido diez números que no han servido más que para promocionar las series de Avengers A.I. y The Hunger. Aunque quizás lo más chapucero es cómo con la excusa de que Lobezno se ha cargado el continuo espacio-tiempo con sus viajes, han aprovechado para colarnos en Marvel a un personaje, que sinceramente dudo que le importe a nadie. Que encima la tan cacareada introducción de Angela en el Universo Marvel no podría haber sido más lamentable, se nota a kilómetros que ha sido un añadido de última hora que no tenía nada que ver con la historia que nos estaban contando y que podrían haberla metido aquí o en cualquier otro lado.
En resumen, pese a que ahora mismo Marvel está a un nivel más que bueno en cuanto a calidad de sus cómics, yo recomendaría huir como de la peste de sus grandes eventos. Eso por no hablar de la que sin duda es la mayor decepción que ha supuesto este cómic… En el último número aparece el cuerpo de un CABALLERO DEL ESPACIO del planeta GALADOR, uno que no es ¡ROM, EL CABALLERO DEL ESPACIO! Pero no es nada nuevo, es sólo retomar aquella historia que nos contaron en el Avengers 12.1 pero desde otro punto de vista, aquel cómic que me hizo soñar que podría volver a leer cómics de ¡ROM, EL CABALLERO DEL ESPACIO! Tantos meses esperanzado para nada… snifs. ¡Yo te maldigo Marvel Comics!