Hoy vamos a pasar de las frutas y vamos a centrarnos en una verdura, una perteneciente a la familia de los tubérculos para ser más exactos. Solanum tuberosum es su nombre científico, pero ese latinajo no hace más que ocultar el que sin duda es uno de los productos más deliciosos y apetecibles que nos proporciona la naturaleza, la patata o papa.
Este tubérculo originario de América del sur ya era conocido hace más de 7000 años en aquella zona del mundo. “Ch’uqi” y “Amqa” eran los nombres que recibían en la lengua Aimara del Altiplano Andino, “Akshu” era el nombre que recibía en lengua Quechua y los Mapuches la conocían por el nombre de “Poñü”. Este tubérculo fue traído a Europa por los conquistadores españoles en el siglo 16, siendo hoy en día un alimento que se consume a nivel mundial y ha terminado siendo uno de los principales alimentos del ser humano. Algo que no sorprenderá a nadie que haya probado alguna vez tan sabroso alimento.
Solo el cultivo del trigo, el arroz y el maíz supera al de la papa para el consumo humano, y eso pese a que el rendimiento por hectárea que se consigue con este tubérculo supera en mucho a de los cereales. Además de todo eso posee un alto valor nutricional y es rica en líquidos, contiene varias vitaminas y minerales y si se consume con la cascara es una buena fuente de fibra, y por si fuera poco es un alimento bajo en sodio. Aunque no solo se puede consumir en su forma original, uno de los productos derivados de la papa mas consumidos es el puré. Una especie de copos o polvo que solo necesita de agua o leche para su preparación, una preparación que ya conocían en los andes y que ellos llamaban “chuno”.
Pero no solo nos encontramos ante algo que es una delicia para el paladar, dentro del campo de la tecnología la papa también es muy apreciada ya que a partir de ella se pueden producir almidón, cosméticos, alcohol, papel, cartón, bolsas de plástico ecológicas… la versatilidad de la papa no parece conocer limites. Ni la mítica ambrosia de los mitos y leyendas grecorromanos podría llegar a ser al mismo tiempo tan sabrosa y beneficiosa para el ser humano.
Pero por muchos usos que le encuentren los científicos y la industria, no podemos olvidar lo más importante de este tubérculo, su faceta más deliciosa, esa por la que habría que hacerle un monumento a la primera persona a la que se le ocurrió que esto se podía hacer con las papas… Freírlas. El origen de las papas fritas es muy discutido entre Franceses y Belgas, ya que ambos se adjudican el merito de haber inventado tan sabroso manjar. Los franceses aseguran que fue allí, durante el siglo XVIII ya se instalaban vendedores sobre el “Pont Neuf” de Paris vendiendo este sabroso producto que freían en Aceite. Los belgas por su parte aseguran que fueron ellos los inventores pero que allí se freían en grasa. Esto es así al menos en lo referente a las papas cortadas en forma de “bastón”.
Las papas fritas redondas y delgadas tienen su origen en Estados Unidos, más concretamente en el restaurante “Moon Lake Lodge’s” de Saratoga Springs allá por el año 1853. Cuenta la historia que este invento surgió cuando un cliente se quejo al chef de que este no cortaba las papas lo suficientemente delgadas, el chef como venganza decidió cortarlas tan delgadas que no fuese posible pincharlas con el tenedor. Al freírlas descubrió que había inventado una nueva y crujiente forma de elaborar este tubérculo que encanto a sus clientes, quienes a partir de ese día no pararon de pedir este producto. Se podría decir que el mundo ya no volvió a ser el mismo después de aquello.
Podría pasarme el día hablando de esta maravilla de la naturaleza, pero a estas alturas creo que Diógenes ya debe estar bastante escarmentado por haberme hecho trampas con las apuestas de los Oscars y se le habrán quitado las ganas de repetir sus traicioneras tretas el año que viene. Así que por mi parte queda aquí finalizada la semana de las frutas y las verduras. Habrá que esperar al año que viene para ver si me veré obligado contra mi voluntad para retomar este tema o cualquier otro igualmente pintoresco. La semana que viene ya regresaremos con la programación habitual del blog.