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A mí tampoco me gusta el té: Haciendo el indio en Assassin’s Creed III

Vaya con la gente de Ubisoft, menudo prólogo que se han largado para la última entrega de su saga de conspiraciones apocalípticas. Assassin’s Creed 3 empieza con un prólogo que ocupa la friolera de 8 horas (menos si eres poco completista) y que nos tiene jugando con otro personaje que no es el tipo de la portada, pero que acaba resultándonos más interesante de jugar, aunque ninguno de los dos le llegue  a la suela de los zapatos al Ezio Auditore de la segunda parte. Pero me estoy adelantando demasiado…

Bienvenidos al siglo XVIII. En norteamerica. No a la Revolución Francesa ni a la guerra de los Siete Años (la de verdad, no la de las colonias), no. A una revuelta de cuatro colonos ingleses. Pues vaya.

Assassin’s Creed 3 cuenta el final de la historia de Desmond y la secta de los asesinos intentando evitar el fin del mundo o la conquista del mismo por parte de los templarios. En esta tercera parte y como en los juegos anteriores, Desmond revivirá la vida de un antepasado suyo para tratar de conocer la localización de ciertos artefactos que pueden ayudarle a evitar que el fin del mundo se acabe… Uh… A mediados de este mes. Vaya. Así, en el juego que nos ocupa, Desmond revivirá la vida de Connor, un iroqués que vivió en primera persona la guerra de la independencia yanqui. Como ya nos temíamos al ver anunciado el juego, esta ambientación se queda bastante coja si la comparamos a la Italia/Constantinopla del Renacimiento o a la Tierra Santa de las Cruzadas, porque al final en 1776 Nueva York eran cuatro casas de madera y poco más. Por eso el juego tratará de hacer hincapìé en trepar por arbolitos y mandangas de esas, sin conseguir un gran éxito con ello.

¿Es lo mismo trepar por los templos de Jerusalén o Roma que hacerlo por el bosque? No, por supuesto que no. El bosque es una mierda…

Porque AC3 es peor juego que los anteriores. Primero por ese prólogo/tutorial horriblemente largo (aunque la secuencia del teatro del primer nivel es estupenda, y te da mucha rabia no ver el Londres del XVIII) y que no puedes saltarte. Segundo porque, a saber que cuernos ha pasado, pero el combate es peor, es menos fluido que en anteriores juegos. Por lo visto, han intentado evitar ese «god mode» que llegaban a tener Ezio y Altair con sus cuchillas y con ello han roto el combate: Resulta que ahora en vez de spamear los combos con las cuchillas, ahora se funciona a base de bloquear todo el rato y hacer contras, cosa que no sería más divertida que el sistema anterior, y eso sin tener en cuenta los horrendos bugs en el control del combate y de movimientos en general del personaje. Porque claro, si el personaje se te buguea a la de nada y trepa por donde no debe a la mínima que te despistas, saltar de tejado en tejado se te hace muy farragoso y frustrante (los guardias te ven como nada); da la impresión de que a este juego también le habrían venido bien unos meses más de control de calidad. La parte «salvaje» de saltar por los árboles y tal es tan caótica, que acabas prefiriendo ir a caballo o corriendo antes que hacer el mono por ahi, que debería ser lo más divertido de todo. Si a eso le sumamos que toda la parte de «gestión» comprando tiendas y tal ha sido sustituida por una rutina de «gestión de recursos/crafteo» totalmente caótica y con un interfaz horrendo de la que acabas pasando olimpicamente porque en realidad casi no vale para nada (el dinero te va a seguir sobrando), tenemos un juego que en general ha empeorado en casi todo lo que han ido aportando las entregas anteriores. Aun así, la gran novedad jugable son los combates navales con fragatas del siglo XVIII, algo que pocas veces se ha visto por los videojuegos más allá de algun exótico MMO o del Sid Meier’s Pirates. En AC3 los combates navales son simples, pero estan lo suficientemente bien como para dejarte moverte por un espacio más o menos amplio, sin railes ni nada parecido, y además liarte a cañonazo limpio con toda la mar salada. Pero vamos con la historia, que voy a reventar a partir de los gatitos…

¡SPOILERS A PARTIR DE AQUÍ!

La historia de Desmond es el desastre de siempre, pero con eso ya contábamos. Toda esa trama de los asesinos y templarios al borde del fin del mundo ya se veía en el primer juego que era un pegote de cara a darle más chicha al Prince of Persia en las cruzadas que se había montado UbiSoft. La idea de hacer un «GTA histórico» era estupenda, y sumarla a una historia de conspiraciones a lo largo de varios siglos podría ser interesante. Sin embargo, ya se veía en la primera parte que los propios creadores del juego no acababan de ver a dónde iba la cosa, y en esta tercera parte eso se ha visto claramente; en cuanto les ha tocado enseñar las cartas porque el fin del mundo ya viene a mediados de este mes, han hecho que Desmond se sacrifique para evitar el fin del mundo y han soltado a un villano terrible por el mundo para asegurarse unas cuantas entregas de la serie más. Vamos, la chapuza que ya nos esperábamos, asi que tampoco le voy a dar yo mucha importancia, porque los bugs me parecen algo bastante más preocupante .

Tio más soso que el Connor no he visto nunca, madre mía…

Respecto a Connor y la guerra de la independencia yanqui… ¿Que queréis que os diga? Connor es un coñazo de personaje, no hay comparación posible con Ezio. Con Altair sí, seguramente, pero es que ese no era personaje ni nada. Con Connor si que han intentado trabajar más su personalidad, pero el tio es sosísimo y sólo tiene dos estados de ánimo, el de querer matar o el de estar en la parra. Para colmo, es tonto de cojones; gracias a su mentor Achilles tiene un valle para el solo y no se le ocurre llevar a su pueblo allí, que al final el valle es de su propiedad y no va a venir ningún terrateniente a echarles. Se ha intentado desarrollar su personalidad pero no la de su entorno, con lo que escenas supuestamente dramáticas como en la que se ve obligado a matar a su mejor amigo quedan totalmente sosas y hasta estúpidas.

Si quieren hacer un AC3 «colonial», que lo hagan en México o Perú, que tenían arquitectura por la que trepar…

Haytham Kenway es un personaje bastante más interesante, pero tras acabarte el juego con el te pasa como con el resto de los templarios; no acabas de entender las motivaciones de ellos ni la de los asesinos; siendo los segundos los que quieren preservar la libertad y el libre albedrío, lo único que hacen es matar gente siguiendo la venganza personal de Connor. Los templarios por su lado se dedican a amasar poder sin ningún tipo de objetivo concreto, y a putear en general con cosas como provocar disturbios en Boston «porque sí» y cosas así. Vamos, que si el transfondo histórico no da para mucho, el juego lo ha aprovechado menos todavía, preocupándose sólo de destacar al final del juego lo falsa que es la lucha por la libertad de Washington y compañía si esa libertad va a ser sólo para unos pocos. Que, a todo esto, de lo de que los fundadores de EEUU eran masones no se pasa más que de puntillas… ¡Con la de juego que les podía haber dado a unos guionistas tan enajenados como los de esta serie!

Lo mejor, los barquitos. Aunque te podrías acabar el juego entero sin haberlos tocado…

Vamos, que al final me alegro de que este AC3 se desarrolle en la guerra de la independencia de EEUU, porque así el de la Revolución Francesa que saquen el año que viene estará más depurado y el de las guerras napoleónicas puede que sea tan bueno como Brotherhood. Pero por favor, que lo protagonice otro personaje y Connor se quede en su pueblo…

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