No quiero ver al elefante rosa alzar su grotesca trompa en mitad de la habitación. La mente humana es sabia y tiende a borrar los recuerdos traumáticos, y yo no iba a hablar del número 200 de The Avengers, un cómic que pertenece a una época supuestamente estupenda para leer a los Vengadores. No, no. No pensaba recordarlo, no debía recordarlo. Ciertas cosas están mejor enterradas, olvidadas por todos. Porque estamos ante uno de los peores cómics que he leido en mi vida, una basura que considero hasta nociva para el ser humano. Si veo a un niño leyendo ese cómic, antes prefiero que lea Crossed que eso. Porque si hay un cómic que habría que quemar, es ese. Pero lo habeis mentado, y ya no puedo mirar para otro lado. De acuerdo, adelante, ¿queréis hablar de la violación de Ms Marvel? Va por ustedes…
La cosa empieza hacia el 197 de The Avengers, que entra dentro de la etapa de David Michelinie en la serie. David es famoso por la famosa historia del diablo en la botella, en la que resolvía el alcoholismo de Tony Stark en una página o la etapa de Todd McFarlane en Spiderman, esa que marcó el principio de un largo declive para el personaje pero que aún se podía leer. O eso creo. Sin embargo, su etapa en Vengadores es posterior a la de Shooter (con Korvac y todo eso), y es bastante divertida, aunque por supuesto bastante inferior. Básicamente son los tiempos de Gyrich metiendo las narices donde no debe, La Bestia y el Hombre Maravilla viviendo la buena vida, robots japoneses gigantes y la primera aparición del Supervisor.
Sister Avenger. Sí, claro. Aunque cualquier día de estos se pone a hablar así en la etapa de DeConnick, que no me fiaría yo…
Ni Shooter ni Michelinie acababan de pillar al personaje de Carol Danvers. En el caso del segundo, se limitaba a caracterizarla como lo que actualmente llamaríamos una «feminazi», una caricatura de una feminista fanática que llama «hermana vengadora» a la Bruja Escarlata, a lo que esta última reacciona mirando para otro lado. En el número 197, las dos van paseando por la playa hablando de sus cosas, y Carol se burla del concepto de autorrealización que da el tener un hijo, porque ella es una valquiria hecha y derecha y tiene los estrógenos bien puestos. Bla, bla. Lo importante de la escena está en que al final de la misma, Carol sufre un desmayo. Y claro, si una mujer se desmaya puede ser por dos razones: o se ha asustado, o esta preñada. Al final del número, se confirma lo segundo. Empieza la tormenta.
¡A la Bruja Escarlata le vas a venir con embarazos imposibles!
Un par de números después, y volviendo los Vengadores de pegarse con la copia más lamentable de Mazinger Z, se encuentran con Carol a punto de dar a luz. Resulta que el embarazo es la mar de raro; no solo ella no recuerda cómo se ha quedado embarazada (recordemos que Carol en aquellos tiempos no bebía), si no que para colmo de males el feto se desarrolla a una velocidad anormalmente rápida y para el final del número 199 rompe aguas. Y es ahí cuando llegamos al número de la infamia, el número de aniversario más infame de la historia de los Vengadores, y eso que hablamos de una serie que ha tenido unos cuantos números escritos por Loeb y Liefeld…
Lo primero en lo que tenemos que fijarnos a la hora de afrontar este estropicio, es en sus creadores. El cómic, que hasta ahora siempre ha ido escrito por Michelinie en solitario, de repente tiene una burrada de argumentistas, manteniendo al ya mencionado David Michelie como autor del texto. La historia, de por sí, es total y absolutamente absurda: Carol tiene un hijo que se desarrolla a velocidad de vértigo, que alcanza la edad adulta en una tarde y se pone a construir una máquina complicadísima para no se sabe qué. Mientras tanto, empiezan a surgir disrupciones espaciotemporales por doquier, y la gente empieza a ver dinosaurios y mosqueteros paseándose por ahi alegremente, con lo que los Vengadores ya tienen algo en lo que entretenerse mientras Marcus (pues así se ha autobautizado el niño) finaliza su aparatejo enorme, pidiendole a Ms Marvel que lo acompañe a vete tú a saber donde. Ella se niega, por lo que él hace lo apropiado cuando tu madre te dice que no y la noquea con una descarga de algo rojo. Y luego la llama «mi amor», con lo que empieza a ganarse el premio «Batman Odyssey» al cómic más absurdo del año.
¡Un par de hostias bien dadas le daba yo a este niñato!
Abreviando la cosa un poco, digamos que los Vengadores le revientan su máquina maravillosa y lo obligan a confesar de que va y quien puñetas es, a lo que Marcus responde diciendo que es… El hijo de Inmortus, el villano de los Vengadores que es una versión alternativa de Kang el Conquistador en un universo paralelo. Y no solo es el hijo de Inmortus, si no que él mismo es su propio padre. O sea, que él es su padre y a la vez es su hijo, porque las historias de viajes temporales no suelen ser lo suficientemente enrevesadas y hay que poner incestos paradójicos de por medio para que queden bien.
«-Niño raro que nació esta mañana, ¿que haces? -Poca cosa, un nulificador supremo para pasar el rato. -Vale, pero luego te lavas las manos que vamos a comer.»
Dejando de lado la mamarrachada que es la identidad de Marcus, lo importante es saber cómo ha sido concebido. Aquí los guionistas podrían haber sido espabilados y haber dicho «era de noche… yo había bebido mucho…» pero nooooo, con el señor Michelinie las cosas no pueden ser sencillas; Marcus relata como Inmortus salvó a una mujer de un naufragio, la sedujo mediante «sutiles manipulaciones de sus máquinas» y la pobre mujer quedó embarazada. Por eso de que Inmortus vive fuera del tiempo y el espacio, la mujer esa de la que ni siquiera se sabe el nombre acaba desapareciendo de la existencia, «porque los mortales no pueden vivir mucho tiempo en el Limbo». Lo importante es que Marcus nació y se crió en ese limbo, y cuando su padre desapareció, se quedó solo.
Consciente de que al ser una criatura del Limbo no podía escapar de ese plano, Marcus decidió que lo lógico era abducir en plan UFO a Ms Marvel, usar «las sutiles manipulaciones» de las máquinas de su padre y follarse a lo vivo a la pobre Carol, se «encarnó» en su hijo y la devolvió a su época sin ningún recuerdo de lo sucedido. Y, por lo visto, la máquina que estaba construyendo era para arreglar la disrupción en el tejido espaciotemporal que provocaba su presencia en la Tierra, pero ahora no hay ya tiempo para construir otra y Marcus tiene que volverse al Limbo de las pelotas. Lejos de arrancarle la cabeza de un puñetazo por violador hijo de la gran puta, Carol decide que lo quiere como la trucha al trucho y Thor, sin plantearse por un segundo lo bien que quedaría Mjolnir decorado por los sesos de Marcus, se los lleva de vuelta al Limbo para que puedan ser felices el resto de su perturbada vida. Y así, supuestamente, pretendía el equipo creativo de este cómic que acabara la historia de Carol Danvers…
Como he venido diciendo entre ayer y antes de ayer, Carol es una de las niñas de los ojos de Chris Claremont y el escritor inglés no iba a dejar las cosas estar tan facilmente. Si Marvel quería quitarse de en medio a Carol, adelante, pero él no iba a permitir que las cosas quedaran así; Ms Marvel acabó escapando del Limbo con un cabreo que no te menées totalmente justificado, y le echó en cara a los Vengadores el no haberla ayudado cuando más lo necesitaba (es evidente que en el 200 de Avengers siguía estando manipulada por las máquinas de Marcus). Luego ya vendría cuando pierda los poderes, se una a la Patrulla X y todo eso, pero nosotros no estamos aquí para eso. Nosotros estamos para buscar culpables y condenarlos a las llamas del infierno si hace falta, y eso vamos a hacer.
¡Si sois Vengadores, haber vengado esto!
Dejando de lado que Michelinie escribe el número, el argumento lo firman Jim Shooter, Bob Layton, George Pérez y el ya mencionado David Michelinie. El editor es Jim Salicrup y el responsable último de todo esto por rango es Jim Shooter, editor jefe de Marvel y Sumo Pontifice de todo lo marveliano en aquella época. No podemos olvidarnos de que estamos hablando de Shooter en su periodo más «dictatorial», obligando a cambiar el final de la saga de Fénix Oscura (¡si Jean Grey se ha cargado un planeta de hombres espárrago debe pagarlo muy caro!) y demás historias de terror que aún se susurran por los salones del cómic yanqui. Por no hablar de que esta historia no esta muy lejana en el tiempo de otra en la que Hank Pym se convierte en un tipo bastante… Sordido. Asi que vamos a ver lo que dice Jim Shooter al respecto…
«I found my copy of Avengers #200. I read it. I agree with the consensus, it’s heinous. But, I don’t remember much about how it got that way.»
Dice que el cómic es atroz. De hecho, más adelante menciona que no recuerda nada sobre ese cómic, y que como editor jefe en aquellos tiempos admite total responsabilidad por haber permitido que semejante montón de mierda saliera a la venta. Sin embargo, no deja de apuntar que Michelinie se la tenía jurada a Claremont, que la contribución de Pérez a los guiones solían ser ciertos apuntes a alguna escena y que Layton y Michelinie eran muy amigos. Una vez se le pregunta a David Michelinie, el cuenta una historia bastante más esclarecedora; la idea original a lo largo de varios meses no era en absoluto la que se ve en el número 200, si no que Carol estaría «embarazada» de una nueva Inteligencia Suprema, la patata verde esa que gobierna el Imperio Kree. Por lo visto Shooter habría impedido que se llevara a cabo la historia ya que en uno de los últimos números de What If? había aparecido una historia parecida, con lo que se decidió cortar por lo sano y Michelinie tuvo que inventarse una solución de compromiso.
Confirmado: La Avispa fuma crack.
Y es aquí cuando se me vienen a la cabeza unas cuantas preguntas; ¿por qué cuatro argumentistas? ¿Sabía Michelinie lo que estaba haciendo, y quiso poner a Shooter como responsable del marrón, en venganza por no haberle dejado contar la historia original? ¿Se puso su amigo Bob Layton como coargumentista junto a Pérez, en plan Fuenteovejuna? ¿La historia es tan mala y atroz a propósito? ¿Que coño estaba haciendo Jim Salicrup en aquel momento como para no detener a todo esto? ¿El objetivo de Michelinie era librarse de Ms Marvel como fuera? A saber. Lo importante es que esa historia fue «deshecha» en cosa de un año, y seguramente habría sido olvidada por todo el mundo si no fuera porque Busiek quiso innecesariamente meter el dedo en la herida en su etapa de los Vengadores.