por No More Mondays
Como diría cierta mala pécora de la literatura, «no tengas amigas, porque es malo». Y yo digo «no tengas amigas, porque algunas no tienen ni idea de cine». Yo quiero mucho a algunas de mis amigas. Habéis oido bien, a algunas.
Blancanieves y el Cazador es una película que intenta hacernos creer que Charlize Theron es más fea que la niña maltratada y sosa de Crepúsculo. Charlize Theron, sí, la misma mujer que ha protagonizado nuestras pesadillas durante años con esos anuncios que nos recuerdan como nunca llegaremos a alcanzar semejante nivel de perfección. No somos dignas, ni siquiera cuando olemos a Dior.
La película nos dice por qué la mala madrastra de Blancanieves llegó a casarse con su padre, y con eso ya puedes salir del cine para ver lo que esten dando en otra sala, sea lo que sea, seguro que será mejor. Pero si te da vergüenza hacer eso y te quedas, te mereces lo que te va a pasar, porque te van a intentar contar otra vez el cuento de Blancanieves como si fuera una película de Transformers. Ya sé que la idea de coches que se transforman en robots gigantes ya es tonta de por sí, pero esta moda de hacer cuentos serios tiene que acabarse pronto, por favor.
Blancanieves es apresada por su madrastra y envíada una mazmorra, donde la tienen no sé cuanto tiempo para hacerle no se qué. Entonces la madrastra descubre que si se come el corazón de Blancanieves se hará inmortal, así que manda a su hermano comosellame para que le quite el corazón. Ya, yo tampoco sabía que la madrastra tenía un hermano, pero esto sólo es el principio, porque Blancanieves raja a su tío político y se escapa de la mazmorra, sin encontrarse ni un guardia hasta salir fuera de allí. Y sale justo en el patio del castillo, así que le persiguen montones de guardias y acaba por tirarse al mar. Al llegar a una plata se encuentra con un caballo blanco que no se que hace en una playa, pero es muy útil para que ella se acerque a él con ojos de vicio y se monte en él. Justo en ese momento se le cae el vestido para que pueda lucir hombros y que parezca la portada de una novela romántica. ¿Pensais que el caballo es importante? No, porque despues de correr un poco con él, se le hunde en arenas movedizas y tiene una escena como Artax con Atreyu, pero como la niña de Crepusculo es muy sosa es mucho menos emotiva.
Y si creeis que yo la tengo manía, el director de esta película la odia más todavía porque no hace más que hacerla pasar penurias para poder verla sufrir. Lo mejor de la película es Charlize haciendo de mala loca, se lo pasa muy bien gritando y gritando y poniendo cara de mala requetemala. Entonces, como parece que Blancanieves se ha metido en un bosque sobre el que la reina no tiene poder, ella encarga al novio de la Pataky para que se encargue de capturarla. No tendrá una sola película buena, pero hay que reconocer que Elsa tiene buen gusto.
La sosa no es una actriz, es un producto de marketing. Está toda la película con su cara de languidez, su boca entreabierta, pensando que así parece guapa, pero no, ni siquiera todo el maquillaje y la sombra de ojos de Hollywood la hace parece parecer otra cosa. La película no tiene historia, tiene cosas que pasan porque sí mientras te estan contando el cuento. Blancasosa pierde a su caballo salido de la nada, asusta a un monstruo del Señor de los Anillos que había en el bosque porque sí (supongo que porque es la elegida, pero floja excusa es), se refugian en una aldea que es quemada por los malos porque sí y todo sólo para sacar entre tanto a la pobre Charlize como se pone cada vez más vieja y más fea por no comerse el corazón de la sosa.
No voy a contar la película entera, pero no quiero dejar de escribir sin comentaros cosas terribles como las hadas Gollum, o ese discurso a lo Braveheart que se marca la sosa al final de la película y que hizo que unos cuantos se rieran en el cine. Lo peor estaría por llegar, porque en esta película Blancanieves se pone una armadura y se lia a espadazos con la madrastra malvada. Un desastre.