Hoy toca dirigir nuestra mirada al cine, más concretamente a una película que este año se quedo a las puertas de ganar el Oscar como mejor película, pero que eso no le ha impedido ser un peliculón como una casa. Se trata de la última película (Bueno, esperemos que penúltima) dirigida por el gran Martin Scorsese, una película basada en el libro “The Invention of Hugo Cabret” de Brian Selznick, una película llamada sencillamente Hugo.
Yo tengo que admitir, para mi vergüenza, que de esta película tenía una imagen un tanto distorsionada. De ella sabía muy poco, apenas había visto medio tráiler y poco más. Así que cuando me dispuse a verla estaba convencido de que me encontraría con una historia sobre un niño robot (El propio Hugo) que quería ser humano y descubrir sus orígenes, algo así como una versión steampunk de “Inteligencia Artificial” Por suerte estaba muy equivocado y me encontré con algo muchísimo mejor y más interesante.
Hugo es en realidad uno de los más hermosos homenajes a la historia del cine que he visto nunca. A través de la historia del pequeño Hugo Cabret, un huérfano que malvive como puede en la estación de tren de Montparnasse en el Paris de los años treinta, veremos cómo su empeño en continuar el trabajo de su padre de reparar un viejo autómata le llevara a embarcarse en un viaje en el que acabara encontrándose con una leyenda viviente del cine.
Del argumento prefiero no decir más, esta es una historia que hay que descubrir y disfrutar, a ser posible en alta definición y una buena pantalla si ya no es posible verla en el cine. Y es que visualmente es espectacular, la recreación que han hecho del París de los años treinta y su atmosfera es impresionante, y los interiores de la estación de tren son una autentica obra de arte.
Pero esta no es una película que se quede en lo superficial, en lo estético. Asa Butterfield, el niño que interpreta a Hugo, borda su papel y consigue no convertirse en uno de esos niños cargantes y repelentes a los que quieres ver fuera de la película inmediatamente. Ben Kingsley también está a la altura en su papel de “Papa Georges”, personaje que gracias a Hugo recuperara las ganas de vivir. Y no podemos olvidar a un sorprendente Sasha Baron Cohen, quien pese a tener el personaje más caricaturesco de la historia, este es un papel muchísimo más contenido de lo que suele ser habitual en él y que aporta un pequeño toque cómico a la película.
Eso sí, Christopher Lee esta desaprovechadisimo, parece que sale por salir, porque su personaje no tiene ninguna relevancia en la historia. Quizás sea simplemente que en el libro en el que está basada la película su personaje tenía un papel algo mas importante y todo eso se quedo en la mesa de edición. Habrá que esperar a ver si sacan una edición extendida de la película y en ella el personaje de Lee tiene alguna importancia real en la historia.
Lo curioso de esta película, es que se trata de una cinta estadounidense, ambientada en Francia y que homenajea los orígenes del cine. Mientras que su principal competidora en los Oscars, The Artist, es una película Francesa ambientada en Estados Unidos y que homenajeaba también los orígenes del cine. Es casi como si Scorsese y Hazanavicius se hubiesen puesto de acuerdo. Pero sea como sea, esta es una de esas películas que hay que ver. Así que el que aun no haya disfrutado de ella, ya está tardando.