Se pueden decir muchas cosas de Space Marine, el juego que se ha currado Relic sobre los marines del Warhammer 40.000, pero si sólo puedes definir su sistema de juego en una palabra, esa palabra es repetitivo.
Y eso no tiene por qué ser malo, un Gradius puede ser repetitivo en la forma en la que se juega y aun así ser divertido. Sin embargo, los matamarcianos llevan añadida una variedad de enemigos y paisajes muy grandes, y una dificultad elevada por la que si te llevas una leche, pierdes todos tus power ups. Space Marine, aunque es divertido al principio, se pasa todo el principio del juego con los mismos escenarios y los mismos orcos. La arquitectura es la típica de la serie, los enemigos son orcos brujos, orcos gañanes, orcos con escudo, con armadura, garrapatos… Poca variedad en lo que vemos, a la espera de las (pocas) nuevas unidades que salen en el tramo final del juego.
Pero lo peor no es eso. Lo peor es que, si bien el sistema de juego es entretenido en un principio, nuestro marine no «crece». Llega a tener distintas armas, pero no hay gran diferencia entre ellas, y sin ningún tipo de habilidades especiales o un sistema de combos más desarrollado, acabamos repitiendo siempre las mismas técnicas. El juego puede funcionar bien como una demo, pero para cuando empieza a haber nuevos tipos de enemigos (que no os voy a contar quienes son, aunque sea previsible el giro que pega el guión) uno ya esta harto de matar de la misma forma.
¿Y de que va la historia? Bueno, es fácil de contar. Encarnas a Titus, un marine del Imperio del Hombre, que llega a un planeta humano que esta siendo atacado por los orcos. Y nada, que llegas allí con dos o tres marines más, ayudas a la población (que poca debe ser o estar ya evacuada, porque se ven algunos soldados y ningún civil) y tratas de evitar que los malvados pieles verdes se hagan con el control de un trasto experimental que tiene mucha importancia para un misterioso inquisidor imperial.
Se promocionó este juego como un juego de marines espaciales «de verdad», un juego en el que no te cubres a cada paso y en el que las coberturas se rompen. Y es verdad. El problema, es que nuestros marines no son precisamente indestructibles, con lo que el juego acaba convirtiéndose en un «hostia, mira cuantos orcos» y salir corriendo en dirección contraria para poder sobrevivir. Joder, ¡Max Payne me parece más marine indestructible que estos ultramarines de baratillo!
Por lo demás, el juego es estupendo, y los escenarios son impresionantes. Repetitivos, pero impresionantes. Probablemente Relic ha estado demasiado sujeta por la licencia con la que trabaja (no lo sé, yo el universo de Warhammer sólo lo conozco por videojuegos) y no ha podido inventarse nuevos escenarios, asi que esas pseudocatedrales barrocas es todo lo que podemos ver. Aun así, y tras haber jugado a Dawn of War, da la impresión de que el que el juego sólo se desarrolle en un planeta es más una razón para no alargar el tiempo de desarrollo del proyecto que una restricción de la licencia.
Aunque lo peor del juego, probablemente, es el enemigo final. Es el típico monstruo «te mando mil oleadas y me matas por QTE», algo muy habitual en otros juegos, pero que en Space Marine, al no tener ningún tipo de Quicktime Event más allá de aporrear un botón determinado en las ejecuciones, queda un pelín mal y cutre. Por suerte no es de los QTEs asesinos, con lo que podremos llevarlo a cabo más o menos sin mucho problema.