Hoy toca hacer un poco de arqueología comiquera para redescubrir a un personaje un tanto olvidado. Se trata de una de esas añoradas creaciones de la editorial británica IPC/Fleetway que en España publicaron Vértice/Surco entre los años sesenta y ochenta. Uno de aquellos clásicos junto con Flierman, Zarpa de Acero o Mytek entre otros. El que hoy nos ocupa es el aventurero indestructible Tim Kelly, más conocido por el título de su serie, Kelly Ojo Mágico.
En esta serie nos encontrábamos con Tim Kelly, un rico heredero bonachón y fanfarrón que viajaba hasta Sudamérica para reclamar la fortuna de su tío. Una vez allí era capturado por un policía corrupto que pretendía venderle como esclavo. Consigue escapar de sus captores y durante su huida salva la vida a un anciano indígena que en agradecimiento le muestra el templo de Zoltec. Allí encontró una enorme escultura cuyos ojos eran dos gemas, los ojos de Zoltec. Uno de ellos proporcionaba a su poseedor la invulnerabilidad absoluta, mientras llevase el ojo encima nada ni nadie podría hacerle daño.
Armado con la mística gema Kelly se dedico a viajar por el mundo viviendo aventuras al estilo de la época. Luchaba contra cultos selváticos, malvados piratas, monstruos… Sus aventuras no se diferenciaban demasiado de otros héroes del pasado como Phantom o Mandrake, eso sí, con el inevitable y algo delirante estilo británico. Entre estos adversarios destacaba Diablo, quien poseía el otro ojo de Zoltec. Este, a diferencia del que poseía Kelly, otorgaba a su propietario el poder de controlar las mentes de humanos y animales.
El tomo de sus aventuras cambio a mejor a mediados de los sesenta. En Octubre de 1966 Kelly conoció al Doctor Diamond, un excéntrico anciano con una peculiar forma de vestirse y que había construido una máquina del tiempo con la que podía viajar tanto por el tiempo como por el espacio y que estaba camuflada como un objeto cotidiano, en este caso un reloj de péndulo. ¿Resulta de lo más familiar, no? De este modo Kelly se convirtió en cierto modo en el «companion” de su propio Doctor, viajando por el tiempo para luchar contra todo tipo de amenazas al estilo de lo se que llevaba haciendo tres años en televisión con bastante éxito en Doctor Who.
En el apartado creativo nos encontramos con que Kelly fue creado por el guionista británico Tom Tully y que además es otro de los “hijos” del grandísimo, y tristemente fallecido hace unos pocos días, Francisco Solano López co-creador también del Eternauta entre otros. Con semejante padre artístico Kelly merecía algo más que el semiolvido al que ha sido condenado desde su desaparición del papel impreso en 1971.
Tras esto poco más se ha vuelto a saber del personaje. 2000AD publico algo en una época en la que creían tener los derechos del personaje, los que se encontraban envueltos en una de esas extrañas marañas judiciales que suele haber cuando desaparece una editorial. Cuando se dieron cuenta de su error ceso la publicación. De él no volvimos a saber nada hasta 2005, en las páginas de la serie Albion, una serie que recuperaba a muchos de los personajes de la desaparecida IPC/Fleetway y que estaba escrita por Leah Moore (La hija de Alan Moore) basándose en ideas de su padre.
Es una pena que el personaje haya terminado de esta manera, condenado al limbo de los personajes olvidados y siendo rescatado solo de forma puntual en plan nostálgico. Solo nos queda esperar que algún día alguna editorial decida darle una nueva oportunidad al personaje.