Hoy toca hablar de uno de esos raros casos en los que un comic fue capaz de brillar con luz propia en la nefasta década de los años noventa. El Starman de james Robinson no solo surgió de una década horrible para dedicarse al comic, sino que su serie tiene sus orígenes en Hora Cero, uno de los peores crossovers jamás publicados por DC. Y pese a ello Robinson fue capaz de crear uno de los mejores comics de las últimas décadas, dando lo mejor de sí mismo y su trabajo en esta serie, tanto dio que desde entonces y por desgracia no ha vuelto a estar a la altura de su trabajo aquí.
En Starman nos encontramos con que tras los sucesos de Hora Zero Ted Knight, el Starman original, ha envejecido hasta su verdadera edad y se ha retirado de su vida como superhéroe y como protector de su ciudad, Opal City. Una noche, el regreso de un viejo enemigo buscando venganza pondrá las vidas de Ted Knight y sus hijos patas arriba. Su hijo menor Jack, con el que no guarda muy buena relación, se verá obligado por las circunstancias y muy a su pesar a asumir el legado de su padre para salvar su ciudad y a sus seres queridos convirtiéndose en el nuevo Starman.
Jack no es lo que llamaríamos un héroe al uso. Cuando le vimos por primera vez en la serie nos encontramos con un artista al que solo le interesa conseguir rarezas para su tienda de antigüedades y que parece despreciar tanto la carrera de su padre como superhéroe como los intentos de su hermano mayor por emularle. Aunque no tardaremos en descubrir que pese a esa fachada en su infancia no había nada que Jack quisiese más que ser como su padre. Su aparente desprecio hacia las actividades superheroicas de la familia también se manifiestan en su “uniforme”, vaqueros, camiseta y una cazadora de cuero. Solo la “vara cósmica” de su padre le delata como superhéroe, por lo demás podría pasa por un tipo corriente antes que por un superhéroe.
En esta serie nos encontramos ante un “viaje del héroe” en toda regla, en el cual, y a lo largo de los siete años que duro la serie, acompañamos a Jack en el camino que le llevo a ser no solo un héroe y un hombre, sino a reconciliarse con su padreo una vez que ambos llegaron a conocerse de verdad. En esos años Jack viajo por el tiempo y también por el espacio, trabajo codo con codo con viejos compañeros de aventuras de su padre y con los héroes del lejano futuro y también acabo conociendo a todos los Starman que fueron y serán.
Pero Jack no estuvo solo, conto con muchos compañeros de viaje. El más importante sin duda su propio padre quien paso de ser casi un extraño a convertirse en el mejor amigo de su hijo. Algo parecido aunque de una extraña manera a lo que paso con David, el hermano mayor de Jack. Tampoco podemos olvidar al villano retirado Shade, un inmortal residente en Opal City que acabo convirtiéndose en una especie de mentor para Jack. También estaban los O’Dares, una familia de policías entre los que se encontraba también la reencarnación de un viejo héroe. Incluso algunos de los antiguos héroes que usaron el nombre de Starman, como el alien Mikaal se convirtieron en secundarios habituales de la serie, Y como no, la propia Opal City, creada con tanto mimo y detalle por Robinson que casi era un personaje más de la serie.
Así que el que quiera disfrutar de todo esto lo tiene bastante fácil, en ingles ya se puede conseguir la serie completa mas crossovers y especiales recopilada en seis “omnibus” de lujo. Y en español ha empezado a editarse este mismo año en el mismo formato, habiéndose publicado hasta el momento los dos primeros tomos. Si, es una edición cara, casi cuarenta euros el tomo, pero tengo en mis manos el primer número y no es solo que la edición lo merezca, es el que el comic en si lo vale aun mas, que ha sido empezar a leerlo de nuevo, siete años después de la primera vez que lo hice y lo estoy disfrutando aun mas que entonces.