Si hacemos una película, lo mínimo que podemos hacer es escribir un guión primero. Si compramos los derechos de un libro, lo mínimo que también podemos hacer es entender el libro original. Pero si somos la Disney y tenemos a Johnny Deep haciendo de pirata, podemos hacer lo que nos de la gana. Y a veces, hasta funciona.
La cuarta de Piratas del Caribe se hermana con el Piratas de Telecinco poniéndonos a Oscar Jaenada en el reparto y ofreciéndonos un guión que a ratos parece de la misma calidad que la de la serie de Pilar Rubio. Pero no creo que el desastre sea tan grande como lo pintan…
La historia empieza con Jack Sparrow rechazando una amabilísima oferta del rey de Inglaterra para guiarlo a la fuente de la juventud antes de que la encuentren los españoles (de que la encuentren otra vez se entiende, porque por lo visto Ponce de León ya la encontró doscientos años antes) pero a Jack lo único que le importa en estos momentos es el impostor que se esta haciendo pasar por el para reclutar una tripulación.
Ya os he dicho que poco o nada tiene que ver la película con el libro original, empezando por el personaje de Penélope Cruz, que es la hija de Barbanegra; un personaje que en la película es presentado de forma bastante eficaz pero que se va derrumbando a medida que avanza la película hasta resultar aburrido de cojones, como el resto de la película.
Porque lo peor de Piratas 4 es que empieza bien, pero llega un punto en el que empieza a perder el ritmo y se pierde entre escenas de acción. Es algo parecido a que te peguen un rodillazo mientras estás bailando la lambada, a partir de ese momento el baile ya deja de tener gracia y lo único que quieres es que se acabe. Películas como El Caballero Oscuro han sido acusadas de perder el ritmo en momentos determinados de la historia, pero el guión de Piratas 4 no llega a recuperarse ya en ningún momento; ni siquiera los chistes tienen ya tanta gracia, y el despropósito que es el final certifica completamente el desastre. Aun así el desastre no es absoluto, y mientras la peli aguanta, es bastante entretenida.
¿Se echa de menos a Orlando Bloom y a Keira Knightley? No, ese no es el problema. Hay dos personajes bastante más insufribles en esta entrega que hacen el mismo papel, y os aseguro que no son ellos los que joden la película.
Tras los desastres de la segunda y la tercera parte, parece que lo de Piratas del Caribe no tiene remedio; da la impresión de que lo único que salvaría esto sería poner a Ron Gilbert de guionista…