Mucha gente me ha preguntado que cual es el proceso creativo que se esconde tras las tiras que aquí publico. Que de donde saco la inspiración, que si están basadas en hechos reales, que si es verdad que famosos autores de comics me llaman para pedirme consejo… es un no parar. Así que durante mucho tiempo he meditado sobre si debía compartir con el público el sistema de trabajo que me lleva a crear una semana tras otra estas pequeñas obras maestras del noveno arte. Y tras mucho pensarlo he decidido que sí, que mi publico merece saber cómo nacen estos pequeños comics que cada pocos días les traen una sonrisa a la cara.
Son muchas y variadas las formas en las que me llega la inspiración. A veces esta me llega a través de los sueños. Otras veces me inspiro en sucesos de la vida real y otras veces… bah, que demonios, no mentiré, son las drogas, ellas me dan la inspiración. Al igual que algunos genios genios del comic como Alan Moore o yonkis de mierda como Grant Morrison, son ciertas sustancias sicotrópicas las que me proporcionan la inspiración, mis musas por llamarlas de alguna manera. Pero no es una droga común. No me dedico a mezclar setas alucinógenas con mis cereales ni masco peyote ni me paso el día esnifando cocaína como un poseso. Mi droga se llama “tocarmeloshuevos”, es terriblemente adictiva ¡Y si la probaseis moriríais! Y es que yo, al igual que el grandísimo Charlie Sheen “Tengo magia y poesía en la punta de mis dedos, la mayoría del tiempo, y eso incluye las siestas”
Si, no puedo mentir, mi inspiración me viene de la presión que sufro por haber dejado para el último momento la tira del día. Mientras que alguno se pasa la semana dibujando como un enajenado sus tiras del Criticón y metiendo en ellas referencias a la filosofía clásica (Referencias que si soy sincero aun no he sido capaz de pillar) yo me toco los huevos a dos manos. Así que cuando llega el día de subir mi tira no solo no la tengo hecha, sino que la mayoría de las veces ni siquiera sé que voy a contar en ella. La ventaja de esto es que así mis tiras son siempre frescas y espontaneas, el lector nunca sabe que es lo que se va a encontrar. No quiero pecar de inmodestia, pero yo no hago comic, hago ARTE con mayúsculas.
El sentir como si el reloj pendiese sobre tu cabeza cual espada de Damocles, ver que se te acaba el tiempo, que hay que actualizar YA y aun no tienes nada. Pocas emociones hay tan fuertes como esa. Sientes que todas tus conexiones sinápticas se activan a la vez, tu cerebro funciona a millones de revoluciones por segundo, con un solo pensamiento. ¡Haz algo ya, lo que sea! Es subido en esta montaña rusa de emociones sin fin como surgen mis mejores trabajos. Cuando dejo que las ideas fluyan libremente y plasmo en la pantalla del ordenador lo primero que se me viene a la cabeza.
Todo esto se ve facilitado por mi método de dibujo. Yo no soy lo que se llama un dibujante al uso. Dios no creo mis manos para que las dedicase al tedioso trabajo de empuñar un lápiz y dibujar, me las dio para que con ellas pudiera tocarme los huevos y ser un artista de verdad, no un pintabaldosas. Mi estilo de dibujo es el vectorial. Algo que formalmente se describe como “Imágen formada por una serie de elementos geométricos (formas geométricas regulares e irregulares, marcadas por una serie de nodos y un sistema de tangentes) definidos por fórmulas matemáticas.”
En la práctica esto supone, que a diferencia de con un dibujo tradicional, que una vez realizado si quiero efectuar en el alguna modificación tengo que borrar y redibujar, aquí simplemente tengo que mover, rotar o redimensionar los objetos que lo forman. Resumiendo, cuando hago una tira voy al archivo en el que están todos los personajes dibujados, copio y pego el que necesito y lo modifico hasta que adopta la postura que necesito para la tira en cuestión. Nada podría ser más sencillo. Que soy un vago, si. Que soy un genio, pues también.
Estos dos factores combinados son los que le han dado a mis tiras este gran éxito entre los lectores del blog. Quien sabe lo que el futuro le depara a mis personajes, pero sea lo que sea, será algo grandioso.